Espermatocele: causas, síntomas, diagnóstico y tratamiento
El aparato reproductor masculino está compuesto por múltiples ductos donde se forman y se transportan tanto los espermatozoides como el semen. Todos estos conductos pueden presentar anormalidades quísticas o neoplásicas que alteren su estructura. ¿Deseas saber que es un espermatocele? ¡Sigue leyendo!
Un espermatocele no es más que un quiste blando e indoloro ubicado en el epidídimo. Este último es un conducto de la parte superior y posterior del testículo, en el cual maduran y se almacenan los espermatozoides recién formados.
Múltiples estudios afirman que se trata de una alteración común, sobre todo en hombres mayores. Sin embargo, no suele causar manifestaciones clínicas relevantes y su diagnóstico se suele realizar por casualidad.
Causas
El epidídimo está formado por tubos microscópicos que transportan los espermatozoides recién formados. Es posible que la obstrucción de alguno de estos ductos sea la causa del espermatocele. Sin embargo, los científicos aún no determinan el origen preciso.
Otra posible causa de este tipo de quiste en un niño son las alteraciones genéticas, aunque se trata de una malformación poco frecuente en los primeros años de vida. Los factores de riesgo del espermatocele tampoco están del todo claros.
Se cree que el uso de un medicamento llamado dietilestilbestrol durante el embarazo aumenta el riesgo. Este fármaco se indicaba para prevenir los abortos espontáneos y otro tipo de complicaciones, pero se suspendió su prescripción legal en 1971, por la asociación del mismo con el cáncer vaginal.
Síntomas de un espermatocele
Los espermatoceles no causan manifestaciones clínicas en la mayoría de los casos. Se trata de quistes indoloros, que mantienen un tamaño estable y no son cancerosos.
A pesar de todo, existen casos en los que los espermatoceles aumentan su tamaño de forma considerable. Por ello, es posible que causen algunos signos, como los siguientes:
- Presión en la base del pene.
- Enrojecimiento del escroto.
- Hinchazón detrás o sobre el testículo.
- Molestia o dolor en el testículo afectado.
- Posible aumento de tamaño del escroto.
- Sensación de pesadez en el testículo afectado.
Es importante tener en cuenta que un espermatocele no suele causar alteraciones en la eyaculación o dolor en el pene. Por lo que, en caso de padecer estos síntomas, lo más recomendable es acudir con el especialista cuanto antes.
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Diagnóstico
La forma más fácil y rápida de detectar un espermatocele es a través del examen físico. El médico deberá palpar cada testículo de forma minuciosa para encontrar la alteración. A pesar de que el quiste no es doloroso, es posible presentar alguna molestia durante la evaluación.
Una vez detectado el bulto en el escroto, el médico deberá indicar la realización de algunas pruebas para confirmar la etiología. Algunos de los exámenes necesarios son los siguientes:
- Transiluminación: el especialista iluminará el escroto con una luz directa y observará la alteración. Se diagnosticará un espermatocele cuando la luz indique que se trata de un quiste con contenido líquido, en lugar de una tumoración sólida.
- Ecografía testicular: la ecografía es un método útil cuando la transiluminación no arroja resultados concluyentes. Este método utiliza ondas sonoras para reconstruir la imagen testicular y evaluar la tumoración y sus características.
Tratamiento de un espermatocele
La mayoría de los espermatoceles cursan de forma asintomática, por lo que no ameritan ningún tipo de corrección, de acuerdo a los protocolos de las investigaciones recientes. Los quistes dolorosos pueden tratarse con analgésicos de venta libre, como el ibuprofeno o el paracetamol.
El médico podría recomendar algunos procedimientos para eliminar el quiste. Sin embargo, hay que tener en cuenta que la fertilidad podría verse afectada, por lo que se debe valorar con cuidado si se desea tener hijos o no en el futuro.
El primer procedimiento invasivo es la espermatocelectomía, que no es más que la resección quirúrgica del espermatocele. Se trata de un procedimiento ambulatorio en el que se hace una incisión en el escroto y se extirpa el quiste ubicado en el epidídimo.
El otro tratamiento disponible para un espermatocele es la aspiración con o sin escleroterapia. El médico insertará una aguja especial y extraerá el líquido del quiste. La escleroterapia se usa para cicatrizar el saco con una sustancia irritante.
Preservación de la fertilidad
Tanto la espermatocelectomía como la aspiración pueden dañar el epidídimo y los conductos deferentes, afectado así la fertilidad. Esto podría resultar un gran problema en los hombres jóvenes que deseen tener hijos.
Por ello, lo más recomendable es que los jóvenes realicen una preservación de esperma antes de inclinarse por este tipo de tratamientos. Los bancos de semen también podrían ser una opción, aunque lo más recomendable es consultar con el especialista sobre los métodos disponibles.
Una alteración con pocas complicaciones
Los espermatoceles son quistes con pocas manifestaciones clínicas o complicaciones. Un hombre puede pasar toda su vida con uno sin siquiera notarlo. Además, no afectan la fertilidad en ningún momento, salvo después del tratamiento.
Sin embargo, existen casos en los que pueden crecer y generar distintas molestias. Independientemente de ello, lo más recomendable es acudir al médico si se nota un bulto en el escroto. Solo así se puede hacer un diagnóstico preciso e iniciar el abordaje adecuado.
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