¿Qué es una fístula gastrointestinal y qué la causa?

La fístula gastrointestinal se manifiesta con síntomas tales como diarrea, náuseas, sangrado rectal e incluso fiebre y dolor abdominal insoportable. El pronóstico es muy variable.
¿Qué es una fístula gastrointestinal y qué la causa?
Samuel Antonio Sánchez Amador

Escrito y verificado por el biólogo Samuel Antonio Sánchez Amador.

Última actualización: 06 julio, 2023

Una fístula se produce cuando se forma una conexión entre un órgano y otra estructura, generalmente de aparición secundaria a una lesión. La fístula gastrointestinal es muy común en los pacientes con enfermedad de Crohn, pues hasta el 35 % de ellos desarrollan al menos una en algún momento de su vida.

Por otro lado, este tipo de patologías también son típicas en pacientes que han sido sometidos a un procedimiento quirúrgico en el abdomen. Según estudios, hasta el 85 % de ellas surgen como un efecto secundario de estas prácticas. Si quieres saberlo todo sobre las fístulas gastrointestinales y cómo abordarlas, sigue leyendo.

Tipos de fístulas gastrointestinales

Los estudios científicos clasifican las fístulas según su lugar de aparición, por lo que pueden ser externas o internas. Las internas comunican dos órganos entre sí, mientras que las externas lo hacen de manera directa o indirecta con la superficie corporal. Además, dependiendo del número de conexiones que generen, también pueden ser simples o complicadas.

En base a su lugar de aparición se distinguen 4 tipos diferentes de fístulas gástricas:

  • I: esofágicas, gástricas y duodenales.
  • II: del intestino delgado.
  • III: en el colon.
  • IV: cualquiera de las anteriores que ha drenado a través de un defecto de la pared mayor a 20 centímetros cuadrados.

Llama la atención el último término. Las fístulas, al ser aberturas, permiten el escape de líquidos presentes en el tracto gastrointestinal. En base a este parámetro, una fístula puede ser de flujo bajo (drena menos de 500 mililitros al día) o de flujo alto (drena más de 500 mililitros diarios).

Aparato digestivo humano.
Cualquier sección del aparato digestivo humano puede presentar una fístula. Estas podrán comunicar dos órganos entre sí o salir al exterior.

¿Cuáles son los síntomas de la fístula gastrointestinal?

El portal Drugs.com nos indica alguno de los síntomas más comunes de la presencia de una fístula gastrointestinal en los pacientes. Entre ellos encontramos los siguientes:

  • Dolor abdominal o indigestión gaseosa.
  • Diarrea.
  • Pérdida de peso, náuseas y vómitos.
  • Acidez estomacal.
  • Líquido que se filtra a través de una herida en el abdomen.

Con una fístula interna el paciente también puede experimentar hemorragia rectal, infección en el torrente sanguíneo, malabsorción de nutrientes, deshidratación y un empeoramiento de patologías subyacentes. Por otro lado, algunas no generan síntomas; todo depende de los parámetros ya citados y del estado de salud individual.

Posibles complicaciones

Si el paciente presenta sangrado rectal abundante, vómitos y náuseas descontroladas o el abdomen está agrandado se hace necesario buscar ayuda médica de forma urgente. Algunas fístulas pueden poner en peligro la vida de la persona si se asocian a una infección bacteriana en el tejido circundante.

A pesar de los avances en la medicina, fuentes de investigación nos muestra el siguiente dato: del 25 al 50 % de los pacientes con fístulas enterocutáneas terminan muriendo. Hay que tomar estos datos con ciertas reservas, pues solemos referirnos a personas que ya presentan una salud comprometida.

Principales causas de la fístula gastrointestinal

Estudios médicos exploran las causas principales de una fístula gastrointestinal. Te contamos sus descubrimientos de forma somera en las siguientes líneas.

Procedimientos quirúrgicos

Tal y como hemos dicho, el 75-85 % de las fístulas gastrointestinales son producto de una complicación tras una cirugía abdominal. Es difícil obtener una cifra concreta, pues depende de muchos factores, pero todos los autores concuerdan en lo mismo: más de la mitad surgen en el periodo posoperatorio.

Enfermedades diverticulares

La aparición de divertículos que afectan al intestino grueso de forma grave también puede desencadenar la aparición de fístulas. Estas se ubican como conexiones con órganos intraabdominales (la vejiga, por ejemplo).

Enfermedad de Crohn

La enfermedad de Crohn causa una inflamación crónica prolongada de ciertas partes del tubo digestivo. Esto conlleva dolor abdominal, fiebre, fatiga, estreñimiento y sangrado en las heces. Hasta el 35 % de las personas con esta patología desarrollan fístulas.

Procesos malignos

La aparición de tumores cancerígenos en el intestino y órganos adyacentes promueve los procesos de fistulización. La extensión radial de una masa en la mucosa del tracto digestivo y una destrucción del tejido normal hace que se fomente esta conexión.

¿Cómo se puede diagnosticar?

La Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos recoge algunos de los métodos diagnósticos más eficaces para detectar una fístula gastrointestinal. Entre ellos encontramos los siguientes:

  • Esofagografía: una serie de radiografías que se toman para evaluar el estado del esófago, el estómago y el intestino delgado. Se busca de forma directa la fístula.
  • Enema opaco: una radiografía especial del intestino grueso que abarca el colon y el recto.
  • Tomografía computarizada: gracias a esta herramienta se busca en el abdomen la fístula entre las asas intestinales o áreas en las que se han producido infecciones previas.
  • Fistulograma: utiliza una forma de rayos X en tiempo real llamada fluoroscopia y material de contraste (a base de bario) para generar imágenes de un pasaje anormal adentro del cuerpo.

Si bien todos los métodos diagnósticos son válidos, el fistulograma es la técnica que más información médica relevante reporta. Gracias a él, además de detectar la propia fístula, se puede evaluar el estado de la lesión y su extensión.

Radiografía y fistulograma.
Las radiografías seriadas son tomas sucesivas de placas radiológicas para cubrir gran parte del tubo digestivo, desde el esófago hasta el recto.

Tratamientos disponibles

Existen dos variantes de tratamiento: conservador y quirúrgico. En el primero de los casos se le suelen recetar al paciente antibióticos para evitar la aparición de infecciones bacterianas severas. Además, si la fístula es producto de la enfermedad del Crohn se hace necesaria la administración de medicamentos inmunosupresores.

Algunos abordajes conservadores más son el empleo de pegamentos de fibrina para cerrar la fístula de una forma poco invasiva y la nutrición intravenosa del paciente mientras cicatriza. La tasa de éxito de esta metodología no es muy alta, así que suele derivar en extirpaciones quirúrgicas de la zona afectada.

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Fístula gastrointestinal: complicación de algo subyacente

La fístula gastrointestinal es una entidad clínica de difícil abordaje, pues suele surgir como subproducto de una complicación previa, ya sea una cirugía o una enfermedad intestinal prolongada.

Por ello, el pronóstico depende de la patología primaria y de la situación personal del paciente. La afectación de la calidad de vida es elevada y se interpone con los tratamientos de base que se lleva adelante la persona.


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