Franz Kafka: filosofía y pensamientos de un gran escritor

La literatura de Franz Kafka tiene la particularidad de ser compleja y cargada de simbolismo. A continuación, analizamos sus obras más influyentes y la filosofía que hay detrás de ellas.
Franz Kafka: filosofía y pensamientos de un gran escritor

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 06 julio, 2023

Franz Kafka fue un escritor checo, cuya narrativa de temática absurda y que refleja la angustia del ser humano ante el sinsentido de su existencia, lo sitúa como un precursor del existencialismo filosófico. Veamos, a continuación, quién fue este gran escritor y la filosofía que se esconde detrás de sus escritos.

Franz Kafka: vida y obra

Franz Kafka nació ​el 3 de julio de 1883 en Praga, que para ese entonces era parte del Imperio austrohúngaro. Nació en el seno de una familia judía relativa a la pequeña burguesía.

Desde muy joven, Kafka se interesó por la escritura. No obstante, estudió Derecho en la universidad por la influencia de su padre, con quien mantuvo una relación tensa durante toda su vida. En especial por su crianza autoritaria y temperamento difícil.

Fue abogado y ejerció su profesión en el Instituto de Seguros contra Accidentes del Trabajo para el Reino de Bohemia. Sin embargo, lo que realmente daba sentido a su vida eran las artes.

Alrededor de 1907, Franz Kafka empezó a escribir sus primeros relatos, al tiempo que trabajaba como asesor en la empresa de seguros. En 1912 tomó conciencia de ser escritor, por lo que ese mismo año escribió El juicio y Contemplación (una colección de 18 relatos que antes habían aparecido dispersos en diversos medios).

Este último texto le dio a conocer como escritor.

A partir de allí, se dedica a escribir otras obras, como Consideración (1913), La metamorfosis (1915), En la colonia penitenciaria (1919), El proceso (1923), entre otras. Así como varias piezas narrativas del género de parábolas aforísticas.

En 1917 fue diagnosticado con tuberculosis, lo que lo obligó a mantener frecuentes períodos de convalecencia y aislamiento en diferentes sanatorios, hasta su fallecimiento en junio de 1924.

Cabe destacar que Kafka solo publicó algunas historias cortas durante toda su vida, por lo que gran parte de su trabajo pasó prácticamente inadvertido hasta después de su muerte. Poco antes de fallecer le dijo a su amigo y albacea, Max Brod, que destruyera todos sus manuscritos. Sin embargo, este no le hizo caso y supervisó la publicación de la mayor parte de los escritos.

Calle Franz Kafka en Praga.
Si bien hoy tenemos calles con su nombre, en el transcurso de su vida no tuvo el reconocimiento que recibió luego.


Características de su obra

La literatura de Franz Kafka tiene la particularidad de ser compleja y cargada de simbolismo. En sus obras, lo que más interesa es la reflexión que se desprende de ellas, en lugar de su esencia narrativa.

Los protagonistas no son héroes

En los relatos de Kafka, el protagonista quiere escapar de su realidad a toda costa, pero no es capaz de llevar a cabo alguna acción que le permita superarla. Es decir, son personajes indefensos y sin una vocación política para transformar el mundo en el que viven, por más asfixiante que este sea.

En obras como El proceso o La metamorfosis, los protagonistas no luchan contra el medio externo que repudian. Al contrario, vemos a personas cuyas acciones están controladas por el propio sistema social.

Por ejemplo, Gregorio Samsa, protagonista de La metamorfosis, parece más preocupado por cómo su familia va a salir adelante económicamente, que por recuperarse de su nueva condición. De esta forma, la necesidad de volver al trabajo se vuelve más necesaria que su cambio.

Solo decide rendirse y concluir su lucha cuando se da cuenta de que su familia ya puede mantenerse por sí sola, alcanzando la única liberación posible al trabajo y a la enfermedad: la muerte.

Por su parte, todas las decisiones del señor K (protagonista de El proceso), no nacen de una libertad o decisión de él mismo, sino que se deben a la organización de la misma sociedad que lo obliga a ir a casa del abogado, a las buhardillas de la administración, etc.

Temática de lo absurdo

Se ha utilizado el término kafkiano para calificar a todo aquello que, pese a su aparente normalidad, es absurdo. Y es que Kafka plantea la posibilidad aterradora de que el sistema en el que vivimos, y que asumimos como normal, sea precisamente eso: un absurdo.

En las obras de Kafka, la realidad está fracturada y el ser humano tiene que tratar de enmendar su existencia actuando con normalidad. Por ello, ante la sensación de estar desubicado, al protagonista no le queda de otra que levantarse por las mañanas para ir a la oficina (así se haya convertido en un bicho gigante); o ser sometido a una serie de procesos burocráticos sin saber exactamente por qué, sino porque así lo demanda la ley.

Obra fragmentaria

La obra de Franz Kafka también se caracteriza por ser fragmentaria. Esto significa que en ella no existe un origen o un principio. De hecho, lo que la define es la imposibilidad de encontrar fundamentos.

Por ejemplo, en El proceso vemos cómo el señor K amanece una mañana con unos funcionarios en su habitación que le informan que está detenido. A partir de allí, su vida empieza a desarrollarse en el marco de un proceso burocrático, sin siquiera saber por qué se le acusa.

En todo el texto se evidencia el viaje de K, buscando los fundamentos, pero la conclusión es evidente: es imposible encontrarlos. Asimismo, en La metamorfosis nunca encontramos el motivo de la transformación de Gregorio Samsa. Sencillamente, un día amanece siendo un enorme bicho y muere sin saber el por qué.



Reflejo de la angustia

Los protagonistas de Kafka no son héroes que luchan por cambiar su mundo asfixiante y repudiable. Al contrario, son personajes sumisos e indefensos que ceden a la organización del sistema y se dejan llevar por la angustia que supone su realidad.

Este rasgo característico de la obra kafkiana es un reflejo de la angustia del ser humano en un mundo moderno e industrializado; el cual es concebido por el autor como un enorme mecanismo que reduce a la persona a una mera pieza de su engranaje, incapaz de entender su papel en él y mucho menos de descifrar las leyes que lo rigen.

En este sentido, podemos decir que una de las virtudes de Kafka fue anticipar un sentir que hoy en día es generalizado: angustia por enfermarnos y no poder hacernos cargo económicamente de otros ni de nosotros mismos; o por vivir en un mundo en en el que las oficinas del Estado no están de nuestro lado.

De esta forma, Kafka refleja muy bien que la angustia del hombre actual tiene su origen en la normalidad, lo cual lo hace aún más aterrador.

Angustia en los personajes de Kafka.
La angustia del mundo kafkiano es un reflejo del sentimiento que muchos tienen en la actualidad ante la vorágine del ritmo social.

El existencialismo en las obras de Franz Kafka

Franz Kafka ha sido considerado uno de los precursores de las corrientes existencialistas del siglo pasado. En específico, por el reflejo de la angustia cuando el ser humano reconoce el absurdo y la falta de sentido de su propia existencia.

Ante esta falta de sentido, lo que menos debemos hacer es dejarnos superar por la lógica de un mundo asfixiante; el cual nos dice a cada instante cómo debemos vivir, qué debemos consumir y cómo relacionarnos con los demás. Se trata de ser los verdaderos protagonistas de la existencia.


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  • Kafka F. La metamorfosis. 1a ed. Santa Fe: Ministerio de Educación de la Provincia de Santa Fe; 2019.
  • Kafka F. El proceso. España: Editorial Planeta, 2017.
  • De Brocà S. El existencialismo y Kafka. utf [Internet]. 2018 [consultado el 2 sep 2022];(6):5-10. Disponible en: https://revistes.urv.cat/index.php/utf/article/view/2220

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