¿Cuál es la función de las encías? 7 consejos para cuidarlas
Escrito y verificado por la odontóloga Vanesa Evangelina Buffa
Las encías cumplen una función protectora muy importante en la boca. Recubren nuestros dientes, preservándolos de daños externos. Asimismo, influye en el aspecto de la sonrisa y en la salud bucal en general. Por eso, conocer esta parte de la boca y dedicarle ciertos cuidados es de gran importancia.
Ahora bien, hay que tener en cuenta que la encía tiene varias partes y cada una de ellas tiene una función diferente. Por eso, a continuación describimos sus principales características y compartimos 7 consejos que te ayudarán a mantener este tejido sano.
¿Qué son las encías?
Las encías son las mucosas de la boca que rodean a las piezas dentarias. Están formadas por tejido conectivo recubierto por epitelio. También se conocen como «tejido gingival». Forman parte del periodonto, un conjunto de estructuras encargadas de sostener y fijar las piezas dentarias dentro de su alvéolo óseo.
En concreto, este tejido abraza cada diente a la altura del cuello dental o línea amelocementaria. De este modo, forman un sellado que protege la raíz dentaria, el hueso y las demás estructuras de soporte. Por esta razón, su cuidado y mantenimiento es de suma importancia.
Si las encías se enferman, no solo ocasionan molestias en el paciente. También pueden provocar la pérdida de los dientes y afecciones en la profundidad del hueso.
En su espesor, el tejido gingival está constituido por tejido conectivo denso que contiene fibras y células. Por fuera está revestido por un epitelio escamoso queratinizado que, si bien es continuo, recibe distintas denominaciones según su ubicación:
- Epitelio gingival en la parte externa visible.
- Epitelio sulcular en la porción interna, que forma el surco gingival libre.
- De inserción o de unión, que es la zona más interna del surco, en la que se une al esmalte de la corona dental.
El aspecto normal de una encía sana es de color rosado pálido y con una textura puntillada semejante a la piel de una naranja. Sus contornos definidos son otras de las características que denotan salud.
Cuando cambia de color, pierde su aspecto puntillado, se hincha, molesta o sangra, es porque algo no marcha bien. Estos signos indican que la encía está irritada por la presencia de placa bacteriana u otros agentes.
Tipos de encías
Si bien el tejido gingival es una sola mucosa encargada de proteger las piezas dentarias, se puede dividir en distintos tipos según su ubicación. Cada una de estas partes tiene características específicas. A continuación, te las contamos.
Encía adherida
La encía adherida es la zona del tejido gingival que recubre la porción radicular de los dientes. Está apoyada sobre el periostio del hueso alveolar que contiene las raíces dentarias. Se extiende desde la encía marginal en dirección apical. Llega hasta la unión mucogingival, donde se continúa con la mucosa alveolar.
Es la parte de la encía más visible, pues es la que notamos al hablar y sonreír. Se caracteriza por ser elástica, pero firme. Tiene la coloración rosa pálida que ya te contamos. Su ancho depende del sector de la boca en la que se encuentra. Es mayor en la zona de los incisivos y decrece a la altura de los molares.
Encía marginal o libre
La encía marginal o libre es la porción de tejido que rodea el cuello del diente. Esta zona se junta con el elemento dentario y forma el surco gingival. Tiene un tamaño que va desde los 0,5 a los 2 mm de anchura. Se extiende desde la cresta gingival libre hasta la encía adherida. Su aspecto es ligeramente más traslúcido que esta última.
Al tratarse de la porción de tejido más próxima y en contacto con la corona dentaria, es sobre la que se acumula placa bacteriana. Por lo tanto, su higiene y cuidado es fundamental para evitar enfermedades. En esta área es donde suelen realizarse los tratamientos de recontorneado de encías y los injertos.
Encía interdental
Esta porción gingival es la que se encuentra entre los dientes. Se localiza por debajo del contacto entre diente y diente, en lo que se denomina «zona interproximal». También se denomina «papila interdental».
En la zona anterior de la boca tiene forma piramidal. En cambio, entre los molares existen dos papilas más aplanadas —una interna y otra externa— que se conectan por una ligera depresión. Su ancho y profundidad dependen de la cantidad de la superficie dental que contacta con ella.
Además, esta porción se caracteriza por tener un epitelio no queratinizado. Al cubrir el espacio vacío entre diente y diente cumple una función estética. De paso, impide que los restos de comida queden retenidos en este sector.
Mucosa alveolar
Es el tejido con el que la encía adherida se continúa para luego unirse a la mucosa de los labios y las mejillas. Se trata de una zona de color rojo oscuro mucho más laxa, elástica y móvil.
No se observa a simple vista; solo es posible exponerla si apartamos los labios. Es mucho más sensible al calor y al frío. A menudo, aquí se producen las llagas, las aftas bucales y los abscesos dentales.
¿Cuál es la función de las encías en la boca?
Ya te contamos que la principal función de las encías es la de recubrir y proteger los dientes y los maxilares. A continuación, detallamos el sentido de este tejido en la boca:
- Protegen los dientes de la acción de los gérmenes. La encía actúa como una barrera que impide el contacto del hueso y la raíz de los dientes con el exterior. De esta manera, evita el paso de sustancias extrañas, bacterias y otros microorganismos a las zonas más profundas del periodonto.
- Intervienen en la fijación de los dientes a los maxilares. Forman parte de los tejidos que mantienen y sujetan a las piezas dentales en su lugar. Esto evita que los elementos dentarios se muevan y se desplacen, lo que es fundamental para que cumplan sus funciones de manera adecuada.
- Absorben la presión generada durante la masticación. Los movimientos masticatorios ocasionan fuerzas que son amortiguadas por las encías. De lo contrario, estas presiones recaerían de manera directa sobre los huesos, ocasionándoles daños a largo plazo.
- Mejoran la estética y la apariencia de la sonrisa. Las encías sanas contornean de manera sutil la corona de cada elemento dentario dándole un aspecto armónico a la dentadura.
- Favorecen la salud bucodental y general. Las encías sanas previenen la aparición de complicaciones y patologías en la boca. Además, disminuyen el riesgo de sufrir o empeorar algunos padecimientos sistémicos asociados a su deterioro.
¿Qué pasa cuando las encías no cumplen su función?
Cuando las encías se hinchan, sangran o se enferman no pueden cumplir las funciones que mencionamos. La gingivitis y la enfermedad periodontal son los trastornos más frecuentes que afectan a este tejido.
La gingivitis es la inflamación de las encías, que se tornan rojas, hinchadas y sangran con facilidad. En general, se produce por una inadecuada higiene bucodental que provoca el acúmulo de placa bacteriana y sarro. También se asocia con los siguientes factores:
- Edad.
- Hormonas.
- Estrés.
- Genética.
- Tabaquismo.
- Medicamentos.
- Inadecuada nutrición.
Si la gingivitis no se trata a tiempo, evoluciona a lo que conocemos como «piorrea» o «enfermedad periodontal». Este cuadro es mucho más severo, pues la inflamación y la infección suceden en las zonas profundas del periodonto.
El hueso alveolar y los tejidos de sostén se destruyen y las piezas dentarias pierden su fijación. Es común que los dientes se muevan y, en los casos más severos, se salgan. Además, este trastorno está vinculado a otras afecciones del cuerpo.
La periodontitis puede favorecer la aparición o agravar patologías sistémicas como la diabetes, las patologías cardiovasculares o neurológicas, entre otros. En el caso de las mujeres embarazadas, está asociada a complicaciones como partos prematuros, niños de bajo peso al nacer o preeclampsia.
Tratar estos trastornos en la encía a tiempo evitará complicaciones y le permitirá al tejido seguir cumpliendo su función. Como te contaremos, la higiene dental en el hogar y las visitas periódicas al odontólogo te ayudarán a cuidar este tejido.
Señales que hay que tener en cuenta
Hay algunas señales en la boca a las que debes prestar atención, pues te pueden estar indicando que algo no está bien con tus encías. Estas son las manifestaciones más frecuentes de los problemas gingivales:
- Encías rojas, hinchadas, inflamadas y sensibles.
- Sangrado de las encías al cepillarse los dientes o al comer.
- Retroceso de la encía y exposición de la raíz dentaria.
- Presencia de pus y mal sabor en la boca.
- Movilidad o separación de los dientes.
- Mal aliento.
7 consejos para cuidar tus encías y que sigan cumpliendo su función
Ocuparte del cuidado de las encías permite que este tejido siga cumpliendo cada función que mencionamos. Verás que no es tan difícil. Si pones en práctica estos consejos, podrás conservar tu tejido gingival sano y sin problemas.
1. Cepilla tus dientes y encías
El cepillado de dientes es una de las maneras más fáciles —y a la vez más importantes— a la hora de cuidar el tejido gingival. Permite eliminar los gérmenes y los restos de alimentos que forman la placa bacteriana y el sarro.
El cepillado debe realizarse al menos 2 o 3 veces al día y debe durar alrededor de 2 minutos. La limpieza no solo debe incluir los dientes; las cerdas del cepillo deben alcanzar también la zona de la encía libre o marginal.
Para que la limpieza sea efectiva, el cepillo se coloca con una angulación de 45 grados, en la unión de la encía con el diente. Se deben combinar movimientos hacia atrás y hacia adelante, circulares y de barrido, desde el tejido gingival hacia las piezas dentarias.
Ten en cuenta de no excederte con la presión durante el cepillado, pues los movimientos muy bruscos o intensos podrían lesionar las encías. También has de asegurarte de llegar a todas las caras de todos los dientes presentes en la boca. Es decir, hay que limpiar las superficies externas, las internas y las caras masticatorias.
Por supuesto, no hay que pasar por alto la lengua. Allí también se acumulan bacterias y restos de comida. Además, su limpieza permite gozar de un aliento fresco. El cepillo de dientes debe tener cerdas suaves y ha de estar en buenas condiciones. Se aconseja cambiarlo cada 3 meses o al notar que los filamentos están desgastados o abiertos.
2. Limpia la zona entre los dientes
Asegurar la limpieza de la zona entre los dientes es otra manera de mantener las encías sanas. El sitio en el que las piezas dentarias contactan entre sí suele acumular placa bacteriana. Las cerdas del cepillo dental no llegan a este lugar.
Para limpiar el espacio interdentario se debe utilizar el hilo dental todos los días. La seda debe pasar entre diente y diente, llegando por debajo de la línea de la encía, limpiando cada una de las paredes proximales de cada pieza.
Además, para higienizar mejor esta zona de difícil acceso puedes valerte de otros complementos, como los irrigadores y los cepillos interdentales.
3. Usa una pasta dental adecuada
Elegir una pasta de dientes adecuada es determinante para que toda la boca esté sana. En este sentido, es conveniente que busques un producto que contenga flúor. Pero si tienes dudas de cuál dentífrico es el mejor, consulta con tu dentista de confianza.
Hay algunas personas que tienen más predisposición a formar sarro o cuyas encías son más sensibles. El profesional te asesorará en la pasta más indicada para las características de tu boca.
4. Complementa la higiene con enjuagues bucales
El uso de enjuagues bucales para complementar la higiene oral es muy beneficiosa. Los colutorios logran acceder a todas las zonas de la boca, incluso aquellas donde el cepillo y la seda no llegan. Asimismo, facilitan la limpieza de la encía adherida y de la mucosa alveolar.
Dichas áreas —que están cubiertas por los labios o las mejillas— son difíciles de limpiar de otra manera. El odontólogo orientará sobre el producto más adecuado, ya que hay varias fórmulas en el mercado.
5. Cuida la dieta
Una alimentación adecuada favorece la salud de todo nuestro cuerpo y contribuye a que las encías cumplan su función. Por eso ,es recomendable preferir los alimentos de origen natural, abundantes en vitaminas y en minerales.
Las vitaminas C, B y K refuerzan las encías, por lo que es importante incluir brócolis, cítricos y kiwis en la pauta alimentaria. Además, es buena idea reducir el consumo de productos ultraprocesados y con alto contenido de azúcares simples, que favorecen la proliferación de las bacterias.
Evita las bebidas carbonatadas, las golosinas y la bollería, y prioriza la ingesta de productos frescos.
6. Visita al odontólogo de manera regular
Visitar al odontólogo cada seis meses ayuda a mantener las encías y el resto de la boca en óptimo estado. El profesional te asesorará sobre las mejores maneras de cuidar tus estructuras orales.
Además, en el caso de que haya algún problema, con un diagnóstico a tiempo podrá solucionarlo de manera inmediata. Así evitarás molestias, complicaciones y la necesidad de tratamientos más complejos en el futuro.
Una profilaxis cada seis meses o una vez por año es una intervención con beneficios para la salud del tejido gingival. Esta limpieza profesional permitirá eliminar el sarro, la placa bacteriana y las manchas que el cepillado doméstico no logra quitar.
7. Ten especial cuidado si llevas prótesis u ortodoncia
Tener prótesis dentales, implantes o llevar aparatos de ortodoncia aumenta el riesgo de sufrir enfermedades en las encías. Prestar especial atención al cuidado del tejido gingival es fundamental en estos casos.
Cepillar las prótesis, la zona entre implantes y eliminar la placa bacteriana que se acumula en los brackets y alambres de los frenos evitará el daño en este tejido. La limpieza se recomienda al finalizar cada comida, pues los objetos en la boca retienen residuos que irritan el tejido gingival.
Encías sanas para cumplir su función
Las encías tienen la importante función de mantener nuestros dientes fijos y protegidos en la boca. Pero además, cumplen un rol importante en el aspecto de la sonrisa.
Con los consejos que aquí te contamos podrás mantener cada una de las partes de este tejido sano y funcional. Además, evitarás patologías graves como la gingivitis y la periodontitis, que podrían dejarte sin dientes o afectar tu salud general.
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