¿Cuáles son las funciones de la microbiota?
Escrito y verificado por el biólogo Samuel Antonio Sánchez Amador
¿Conoces todas las funciones que cumple la microbiota en el cuerpo humano? ¿Sabes que existe una flora bacteriana más allá del intestino? En muchos casos, las bacterias comensales del organismo son unas aliadas preciadas ante diversos desafíos.
La toma de medicamentos antibióticos, el consumo de alcohol y tabaco, el estrés o los cambios bruscos de la dieta son hábitos que pueden modificar la microbiota normal. Diversos estudios citan la importancia de esta asociación de microorganismos en el cuerpo, pues realizan funciones tan importantes como la de otorgarnos resistencia ante la invasión de patógenos dañinos.
Sobre la microbiota normal
El término flora no está bien aplicado desde un punto de vista técnico, pues las bacterias en el interior del cuerpo no guardan relación alguna con el grupo de los vegetales. Lo correcto es referirse a ellas como microbiota normal o microbioma.
Esta terminología hace referencia al conjunto de microorganismos (bacterias) que se localizan de forma usual en distintas secciones del cuerpo de los seres vivos, incluidos los humanos. Ya desde la infancia, su presencia es determinante en el desarrollo, la adquisición de la inmunidad y la relación con el medio que nos rodea.
Estas colonias de bacterias se agrupan por especie y funcionalidad, y suelen tener una función concreta en la zona en la que habitan. Como veremos a continuación, las bacterias colonizan mucho más que el intestino.
¿Pasajeras o permanentes?
La funcionalidad de las bacterias que componen la microbiota depende mucho de un componente temporal. La misma puede ser dividida, en base a lo que estamos comentando, en dos categorías:
- Microbiota autóctona: aquellos microorganismos que colonizan al hospedador durante periodos de tiempo prolongados, incluso toda la vida. De forma usual, participan en las funciones fisiológicas del organismo y han evolucionado con él para obtener y aportar el máximo de beneficios.
- Microbiota alóctona: bacterias que se encuentran en un sistema fisiológico de forma transitoria o latente. Aquí, la relación colaborativa no es común, pues estos microorganismos también pueden sobrevivir fuera del hospedador, y por lo tanto no tienen que especializarse en aportarle beneficios.
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¿Cuáles son las funciones de la microbiota?
La microbiota autóctona se encuentra en diversos lugares, tales como los intestinos, los órganos sexuales, la piel, la boca y la cavidad nasofaríngea. Según diversas fuentes bibliográficas, cualquier tejido superficial que esté contacto con el exterior es susceptible de desarrollar un microbioma característico. A continuación, repasamos algunas de sus funciones más relevantes.
Modula el desarrollo cerebral
Según un estudio realizado en el año 2011, por increíble que pueda parecer, existen indicios de que la presencia de bacterias en el intestino interfiere en el desarrollo cerebral. Esto vincula al sistema digestivo con el nervioso.
En esta investigación se postuló que en individuos libres de gérmenes o asépticos, la actividad motora de las neuronas se encuentra disminuida. Al contrario, en aquellos colonizados por microorganismos, la funcionalidad neuronal parece más activa.
Estos resultados proponen que la colonización microbiana en sistemas fisiológicos interfiere en mecanismos señalizadores que afectan a circuitos neurales, lo que se traduce en un cambio en el control motor y las respuestas a la ansiedad. Es una relación compleja que revela las intrínsecas conexiones de los cuerpos.
Protege de invasiones de microorganismos
Investigaciones han descrito que uno de los papeles más importantes de la microbiota es evitar la mutiplicación de patógenos en el cuerpo. Algunos de estos microorganismos beneficiosos producen bacteriocinas, es decir, toxinas proteicas que inhiben el crecimiento de otras cepas.
Destaca el caso de los lactobacilos (Lactobacillus casei, L. acidophilus y L. bifidus), habitantes del tracto gastrointestinal y la vagina, que inhiben el crecimiento de patógenos como el VIH o la salmonela. Se valen de la producción de ácido láctico o peróxido de hidrógeno para concretar esta tarea.
Ayuda en la digestión
Parte de la microbiota asociada al intestino está especializada en la digestión de carbohidratos. Estas bacterias degradan polisacáridos específicos de la pared celular de los vegetales. Poseen la capacidad de digerir elementos como la celulosa, hemicelulosa y pectina.
Estas transformaciones bioquímicas permiten a las células humanas absorber los compuestos resultantes, lo que según este estudio, puede suponer hasta el 10 % de las calorías diarias de un ser humano sano. De otra manera, sin las bacterias comensales, sería energía desaprovechada de los alimentos.
La microbiota especializa al sistema inmunitario
Otras fuentes científicas revelan que las bacterias de la microbiota juegan un papel esencial en la inducción, entrenamiento y funcionamiento del sistema inmunitario de los seres humanos. Al fin y al cabo, son de los primeros microorganismos en colonizar el cuerpo.
Estos primeros colonizadores se encargan de mostrar a los linfocitos T qué cepas son útiles y qué señales tener en cuenta a la hora de identificar a potenciales invasores. Todo esto se traduce en una especialización del sistema inmunitario.
Aún así, el estudio citado propone que donde existe un abuso de antibióticos y una falta de patógenos a los que combatir, estos factores pueden generar un fallo en la selección de la microbiota. Esto sería la causa del aumento de desórdenes autoinmunes e inflamatorios en los últimos años, con mayor incidencia de enfermedades crónicas.
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Funciones de la microbiota: ¿qué recordar?
Las funciones de la microbiota en el cuerpo van mucho más allá de una mejora del tránsito intestinal. Especializan el sistema inmunitario, nos protegen frente a otros patógenos, e incluso pueden modular el desarrollo cerebral y cognitivo del hospedador.
Es por esto que, cada vez más, los probióticos y prebióticos están a la orden del día. Mantener una microbiota normal sana siempre es una tarea a la que abocarse, pues como mínimo, nos ahorramos diversas patologías asociadas con desequilibrios intestinales.
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