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Gripe porcina H1N1: síntomas, causas y tratamientos

6 minutos
La gripe porcina H1N1 comenzó en Estados Unidos y en poco tiempo se propagó por varios países del mundo. Aunque la pandemia se conjuró, hoy en día el virus sigue circulando, pero la vacuna para la influenza previene el contagio.
Gripe porcina H1N1: síntomas, causas y tratamientos
Leidy Mora Molina

Revisado y aprobado por la enfermera Leidy Mora Molina

Escrito por Edith Sánchez
Última actualización: 09 julio, 2023

La gripe porcina H1N1, más conocida de forma coloquial solo como “gripe porcina”, es una infección causada por un virus. En principio se creyó que esta enfermedad era similar a la influenza que se presenta en los cerdos y que había pasado al hombre por el contacto frecuente con esos animales.

Con el tiempo se descubrió que el virus de la gripe porcina H1N1 en realidad combina elementos de virus de cerdos, de aves y humanos. En el año 2009 se produjo un brote de esta enfermedad y se extendió por el mundo, convirtiéndose en una pandemia.

Para 2010, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró el fin de la pandemia. Sin embargo, el virus de la gripe porcina H1N1 no ha desaparecido. En la actualidad se considera que es un virus regular de gripe humana y no ha vuelto a generar brotes. La vacuna antigripal puede prevenir esta infección.

¿Cuál es la causa?

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Esta enfermedad se transmite de forma fácil.

La gripe porcina H1N1 es causada por una cepa particular de la influenza. En la gran mayoría de los casos se transmite de persona a persona y no de un animal a una persona. Es importante destacar que esta enfermedad no se contrae por comer carne de cerdo, como a veces se cree.

La transmisión se produce a través de la saliva o de partículas de moco. Se concreta cuando una persona inhala gotas contaminadas, producidas por tos o estornudos de alguien que está contagiado.

Asimismo es posible adquirir la gripe porcina H1N1 cuando las gotas infectadas caen en una superficie. Si otra persona entra en contacto con la misma y luego se toca los ojos, la nariz o la boca, puede adquirir el virus.

Factores de riesgo

Durante el primer brote de la gripe porcina H1N1 los más afectados fueron los niños mayores de 5 años y las personas jóvenes. Esto era poco común, ya que precisamente esos segmentos de población suelen ser menos vulnerables al efecto de los virus.

En la actualidad, los factores de riesgo para adquirir la gripe H1N1 son los mismos que para cualquier otra cepa de gripe. A mayor contacto con personas infectadas, más posibilidades de contraer la enfermedad.

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De otro lado, quienes tienen un mayor riesgo de complicaciones son los siguientes grupos:

  • Personas mayores de 65 años.
  • Menores de 5 años.
  • Adultos jóvenes y personas menores de 19 años que reciben terapia de aspirina a largo plazo.
  • Personas con sistema inmunitario debilitado.
  • Quienes tienen enfermedades crónicas como asma, diabetes mellitus, enfermedad cardíaca o enfermedad neuromuscular.
  • Mujeres embarazadas.

Síntomas de la gripe porcina H1N1

Los síntomas de la gripe porcina H1N1 son muy similares a los de la gripe corriente. Pueden incluir una o varias de las siguientes manifestaciones:

  • Tos.
  • Dolor de garganta.
  • Congestión o goteo nasal.
  • Ojos llorosos y rojos.
  • Dolor de cabeza.
  • Dolores en el cuerpo.
  • Fatiga.
  • A veces hay fiebre y escalofríos.
  • Diarrea.
  • Náuseas y vómitos.

Como ocurre en el caso de la influenza común, este tipo de gripe también puede provocar complicaciones graves. De igual manera, en algunos casos empeora los síntomas de enfermedades crónicas preexistentes.

Posibles complicaciones

En los niños pequeños la infección de gripe porcina H1N1 puede provocar síntomas como los siguientes:

  • Dificultad para respirar o respiración muy rápida.
  • Irritabilidad.
  • Piel azulada.
  • Ausencia de interacción o de despertar.
  • Tos intensa y fiebre alta.
  • Sarpullido.

En el caso de los adultos, los síntomas severos incluyen los siguientes:

  • Falta de aire o dificultad para respirar.
  • Sensación de presión o dolor en el pecho o el abdomen.
  • Mareos repentinos y/o confusión.
  • Vómitos intensos y continuos.
  • Tos fuerte y fiebre alta.

La enfermedad puede desembocar en una neumonía, insuficiencia respiratoria, síntomas neurológicos graves (como convulsiones) o incremento en la severidad de enfermedades crónicas como el asma o la enfermedad cardíaca.

Exámenes de diagnóstico

La gripe porcina H1N1 es muy similar a la gripe estacional o común, por lo cual se requiere de pruebas para tener un diagnóstico certero. En principio, un criterio diferencial es que en la H1N1 suele haber más síntomas digestivos, como dolor en el abdomen y vómitos.

Sin embargo, la única manera de comprobar que hay gripe porcina es con un análisis de laboratorio. Para ello se toma una muestra de moco con un hisopo, que es una versión un poco más grande de los que se tienen en el hogar. Tal muestra se analiza y así se determina la presencia de la enfermedad.

Tratamientos disponibles

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La mayor parte del tratamiento es sintomático.

En la actualidad, la vacuna contra la influenza estacional también protege contra el virus de la gripe porcina H1N1. Se aplica en inyección o aerosol y es eficaz para enfrentar el agente infeccioso.

Si una persona no está vacunada, la enfermedad puede tratarse con los mismos antivirales con los que se combate la influenza común. Su principal efecto es el de reducir los síntomas. Son mucho más eficaces si se ingieren en las primeras 48 horas, tras la detección de la enfermedad.

De otro lado, si se contrae la infección es conveniente descansar mucho para que el sistema inmunitario se concentre en la infección. Asimismo, es importante beber líquidos en cantidad para prevenir la deshidratación y tomar analgésicos para reducir las molestias.

Prevención y recomendaciones

La mejor manera de prevenir la gripe porcina H1N1 es aplicándose la vacuna contra la influenza. Esta se debe poner una vez por año y es recomendable para todas las personas mayores de 6 meses de edad. En los adultos mayores esto es aún más necesario.

También es importante cuidarse del contacto con personas que estén infectadas. Si se contrae la infección, lo mejor es quedarse en casa y cubrirse la boca y la nariz para toser y estornudar. Solo se debe salir 24 horas después de que haya remitido la fiebre.

En general, conviene lavarse las manos con frecuencia, mantener limpias las superficies de la casa, en especial si hay alguien infectado. No tocarse los ojos, la nariz o la boca con las manos sucias.

Las mujeres embarazadas, los adultos mayores de 65 años, los niños menores de 5 años o quienes padezcan alguna enfermedad crónica deben evitar el contacto con los cerdos, incluso en ferias o sitios similares.

Una enfermedad que conviene vigilar

Los virus han sido un reto para la humanidad desde siempre. Como en el caso de la gripe porcina H1N1, muchas veces aparecen de manera súbita e incontrolada. Por lo tanto, lo mejor es convertir las medidas de prevención en hábitos de vida.

Las vacunas son una excelente herramienta para luchar contra los virus. Es muy conveniente que toda persona tenga todas las vacunas al día y guarde todas las medidas de precaución para evitar cualquier tipo de contagio.


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