Guía de cuidados para el falso ciprés: voluminoso y brillante

Al principio, puede que cueste, pero una vez enraizado, los cuidados del falso ciprés son poco demandantes. No quiere decir que desatenderás el arbusto, sino que bajarás un poco el rigor que exige en su juventud.

En general, estos árboles son amantes del sol, soportan el frío, se defienden en la sequía y les gustan los suelos algo ácidos. Te explicaremos cómo brindarle las condiciones para que prosperen frondosos. Antes de ello, veamos cuáles son las características de esta planta.

¿Existe un ciprés falso? ¿Cómo es este árbol?

Sí, hay un falso ciprés y pertenece al género Chamaecyparis. Se trata de un arbusto de hojas perennes y texturizadas, posible de encontrarse en formas altas y enanas. Estas últimas son usadas para setos.

El follaje es parecido al cedro; su color se pasea entre gamas verdes, amarillas y azules verdosa o grisáceas. La corteza es marrón intenso.

En cuanto a tamaño, van desde los 2 hasta los 20 metros; la altura es determinada por la variedad. Son populares adornando los patios en Navidad.

Se asemeja al ciprés y de ahí su nombre común. Estos coníferos ganaron un puesto entre las plantas ornamentales, por lo que es frecuente contemplarlas en parques y jardines domésticos.

Guía de cuidados que necesita el falso ciprés

Hay más de 70 clases de falso ciprés, por lo que la variedad de tamaños y formas es normal en estos arbustos. Los hay piramidales, enanos, ovalados y globosos, por solo mencionar algunos.

En todos los casos, necesitan una serie de cuidados para preservar su volumen y esplendor. Con este fin, compartimos una guía sencilla sobre lo que requiere la planta.

Bríndale iluminación

La frondosidad de este arbusto responde en gran medida a su exposición al sol. Si piensas plantar un falso ciprés en tu patio o jardín, es necesario que lo ubiques a plena luz o en una sombra parcial, sobre todo cuando se trata de la variedad dorada.

Respecto a este tema hay investigaciones. La revista Ciencia y Tecnología Forestal reseñó en un estudio qué condiciones de luz y fertilización otorgan la mayor calidad. Se estableció que hasta un máximo de 35 % de sombra es aceptable para lograr un crecimiento óptimo del ejemplar, pero resulta ideal otorgar luz plena.

Protégele de los vientos fuertes

Aunque el falso ciprés resiste las bajas temperaturas y los vientos fuertes, es posible que dichas condiciones ambientales quemen su follaje. Sobre todo, cuando son arbustos jóvenes. La recomendación para evitarle daños es aislarlo con mantillo en el suelo y alrededor con una pared arpillera.

Planta y trasplanta con precaución en macetas

Puedes cultivar el falso ciprés en un contenedor, pero recuerda que algunos de estos arbustos crecen hasta 20 metros. Asegúrate de que es una variedad enana (las que rozan los 2 metros) antes de preferir recipientes pequeños.

Llegado el momento de plantar, selecciona un envase que le brinde al árbol el espacio suficiente para crecer. Si trasplantarás el ejemplar, aplica como técnica la inclinación del contenedor hacia un lado; retira el ciprés con delicadeza y llévalo al nuevo matero. Este último tiene que estar preparado con tierra nutrida y drenada.

Garantízale un buen suelo

El Jardín Botánico de Misuri señala que el falso ciprés se da sin inconvenientes en suelos promedios, con buen drenaje y humedad media. Pero sus favoritos son los húmedos.

El sustrato tiene que ser rico. Lo consigues añadiendo humus y mezclando grava, arena y tierra, ya que esto favorece el drenaje y no habría encharcamiento.

Ofrécele el agua necesaria

Para su frondosidad, procura una hidratación profunda. Esto le ayuda a enraizarse con fuerza. Con el paso de los años ya no estará tan sediento; entonces moderas el riego a las temporadas secas.

Atención con los hongos

Una de las enfermedades que podría atacar a este árbol es el «chancro del ciprés». La Guía de gestión integrada de plagas coníferas explica que esta infección se produce por un hongo patógeno letal para la familia del ciprés.

Su efecto es la deformación del tronco, hasta acabar con la planta. En temporadas de mayor humedad, como otoño y primavera, es cuando estos parásitos suelen afectarles más.

Los cuidados que requiere el falso ciprés en estos acasos se ciñen al suministro de materia vegetal, como la corteza de pino marítimo. Este mantillo, rodeando el pie del árbol, es útil previniendo el chancro. Algunos estudios, como el publicado en la revista Forests, reseñan las propiedades antifúngicas, antibacterianas y antioxidantes del pino contra ciertos tipos de hongos.

Dato extra: cuidados para el que falso ciprés prospere a partir de semillas o esquejes

Si prefieres sembrar desde cero y no comprar una planta en el vivero, presta atención a este apartado. La Universidad Autónoma de Hidalgo recomienda que el falso ciprés se trasplante entre abril y mayo, siempre que el procedimiento sea por esqueje. No obstante, este método comienza su preparación en otoño.

Y es que para estas fechas debes cortar un pedazo de madera del árbol, de unas 4 pulgadas de largo. Limpias el follaje que tenga, mojas con agua un extremo y lo humedeces en hormona de enraizamiento.

Lo siguiente es sembrarlo en un suelo húmedo y drenado, cubrir con una bolsa plástica y dejar la planta al sol hasta que eche raíces. Cuando suceda, verifica que las raíces muestren resistencia al tirar del corte. Así sabrás que el procedimiento funcionó.

Si la siembra es mediante semillas, las remojas todo un día en un frasco con agua. Toma de allí solo las que se hundan hasta el fondo, envuélvelas en una toalla de papel y guárdalas en el refrigerador dentro de una bolsa plástica.

Transcurrirán 2 meses hasta que debas sembrarlas en un suelo preparado. Las plántulas demoran un año en brotar y en todo este tiempo necesitan sombra a medias; transcurrido ese lapso, comienzas a acostumbrarlas al calor.

La siembra del falso ciprés demanda paciencia; no es una planta que crezca en poco tiempo.

El secreto de los cuidados del ciprés falso

La clave de los cuidados del falso ciprés está en el mantenimiento perenne. Ellos no precisan podas específicas, pero es apropiado uno que otro corte para darle forma y controlar la altura.

Un par de veces al año es adecuado podar. Puedes hacerlo en cualquier temporada, excepto el corte de puntas, que se recomienda en otoño o primavera.

El resto corresponde a la limpieza habitual, como retirar el follaje seco, abrir las ramas para ver si en el interior hay pedazos dañados, brindarle agua y mantener su suelo aseado y nutrido. ¡Así que manos a la jardinería!