Guía completa para sembrar moringa en casa: ¡sigue estos pasos!
La moringa es un árbol cuyas hojas son muy conocidas por las propiedades que se le endilgan, así que es ideal para sembrar en casa. En esta nota te hablaremos un poco sobre esta especie y, además de profundizar en sus beneficios, ¡te enseñamos cómo tener la tuya!
Aunque es originaria de la India, se adapta muy bien a diferentes suelos y temperaturas, así que seguro podrás cultivarla y tenerla en tu casa.
La moringa, ¿qué es?
Como lo anunciamos, la moringa es un árbol al que también se le conoce como el árbol de la vida. Puede alcanzar hasta los 10 metros de altura y una frondosidad considerable. Se ha ganado una gran fama a nivel mundial por sus propiedades nutricionales.
Sus hojas son las más utilizadas en diferentes preparaciones. De hecho, estas son muy empleadas en la medicina tradicional india o ayurveda. Las condiciones naturales en las que crece la especie se caracterizan por ser cálidas y húmedas a la vez.
Sus zonas de mayor distribución son América, África, Europa y Asia.
Además de las hojas, sus propiedades también se encuentran en las raíces, frutos y semillas. Según algunos artículos, la moringa proporciona un 27 % de proteínas, así como vitaminas A y C, y minerales como hierro, fósforo y calcio.
Sus beneficios
Por su composición, la moringa es un producto natural que se recomienda, en los ámbitos de la medicina naturista, para complementar el tratamiento de diferentes afecciones de salud. De acuerdo con algunas publicaciones científicas, podría ser útil para lo siguiente:
- Disminuir la inflamación.
- Mejorar los trastornos estomacales, como la gastritis.
- Reducir el dolor, gracias a sus propiedades analgésicas.
- Proteger el hígado y evitar las disfunciones hepatorenales.
- Incrementar la tasa de cicatrización en la piel. Aunque la evidencia está comprobada en animales y no en humanos.
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Paso a paso para sembrar moringa en casa
Sembrar moringa en casa es una muy buena idea, pues es un árbol bonito que puede usarse para preparar infusiones. Así, quizás te beneficies de sus propiedades nutricionales.
Su cultivo puede darse por tres vías:
- Germinando sus semillas.
- Sembrando unos esquejes.
- Partiendo de la planta en una etapa más desarrollada.
¡Aquí te contamos cómo hacerlo, según estos métodos!
1. Germinación de las semillas
La primera forma de sembrar moringa en casa es a través de la germinación de sus semillas. Estas se pueden adquirir en viveros o tiendas especializadas, sin mayor problema.
Una vez las tengas, entonces haz lo siguiente:
- Colócalas en un recipiente con agua durante 24 horas para ablandar la cáscara.
- Prepara la matera en la que vas a sembrar la moringa o selecciona el pedazo de jardín en el que pondrás las semillas.
- Haz un agujero de 5 centímetros de profundidad y humedece el sustrato.
- Coloca allí dentro las semillas, tápalas y vuelve a regar.
- Durante los primeros 10 días vas a necesitar regar casi a diario. La idea es que el suelo esté húmedo, pero no encharcado.
- Al cabo de una semana podrás ver los brotes y a la semana un incipiente árbol.
- Ten en cuenta que si vas a sembrar varias semillas de moringa, debes dejar de 30 a 40 centímetros entre cada una.
- Ahora bien, si elegiste una matera para tu moringa, esta deberá tener mínimo 30 centímetros de profundidad.
2. Sembrar los esquejes de la moringa
La segunda opción que te tenemos para sembrar moringa incluye sus esquejes. Estos se los puedes pedir a una amiga o familiar que ya tenga su árbol.
Debes hacer lo siguiente:
- Identifica una rama que tenga 30 centímetros de largo y unos 4 de diámetro, que esté unida al tronco principal.
- Córtala y plántala en la maceta o en el jardín, según lo tengas dispuesto.
- Sin importar en dónde la pongas, debes garantizar que se puede hacer un hueco de 15 centímetros de profundidad en la tierra para colocar ahí el esqueje.
- En unos cuantos días, con amor y riego, las raíces de tu esqueje crecerán y darán firmeza a tu árbol de moringa.
3. Sembrar una planta pequeña
Concluimos esta guía para sembrar un árbol de moringa en casa con la última opción. Cuando hablamos de una planta pequeña, nos referimos a una que hayas comprado en el vivero. Esta la puedes colocar en una matera o directo en el jardín.
Suelen traer tierra y raíces, así que lo único que debes hacer es un hueco profundo y suficiente para cortar el plástico y meter la plantita con todo y la tierra que ya trae. Tal vez necesite un poco más de sustrato para que quede firme.
Riegas y ya está. Pronto verás cómo tu planta empieza a crecer en ese espacio que le has destinado.
¡Cuida tu moringa para que sea fuente de vida!
Como árbol de la vida que es, la moringa necesita algunos cuidados extras que debes proporcionarle para que crezca sana. ¡Toma nota de los más importantes!
- Luz directa.
- Suelo ligero, arenoso y con buen drenaje.
- Temperatura ideal entre los 22 y los 35 grados centígrados; siempre menores a 40 ºC.
- Poda anual para darle forma, controlar el crecimiento y retirar ramas secas.
- Riego moderado, con sustrato siempre húmedo, pero no encharcado.
¡Listo! Ya sabes todo lo necesario para sembrar tu moringa en casa y disfrutar de los beneficios que tiene.
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