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Hábitos para mantener una buena salud vulvovaginal en verano

5 minutos
Durante la época estival se tiende a llevar el bikini mojado y a no hidratarse lo suficiente. ¿Sabías que estas acciones aumentan el riesgo de infecciones vaginales?
Hábitos para mantener una buena salud vulvovaginal en verano
Leonardo Biolatto

Escrito y verificado por el médico Leonardo Biolatto

Última actualización: 21 agosto, 2024

La llegada del calor supone un riesgo para la salud genital femenina. Según la Asociación Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), durante la época de verano, las infecciones vaginales se incrementan un 50 %. En total, llegan a suponer hasta un tercio de las consultas que se realizan a los ginecólogos.

Sucede que los hábitos que trae el calor no son neutros para la zona íntima. Un día típico de verano que se pasa en la playa implica no cambiarse el bañador a menudo y no tomar tanta agua.

Estos sencillos eventos aumentan el riesgo de vulvovaginitis. Por eso, para conocer más en detalle cómo disfrutar de la estación sin poner en riesgo la salud, hablamos con el doctor Ignacio Lobo, ginecólogo y obstetra, pionero y especialista en cirugía vaginal v-notes (sin cicatrices).

Consejos para cuidar la salud vulvovaginal en la playa y en la piscina

La primera sugerencia que nos da el experto es elegir las prendas adecuadas para un día de verano. «La ropa interior y los bañadores de algodón son los recomendados, ya que transpiran», nos dice. De este modo, se limita la acumulación de humedad en la región genital.

Segundas opciones serían el lino y la seda. Ambos tejidos tienen la capacidad de mantener la piel seca.

Pero eso no es todo. Por mucho que elijamos la ropa adecuada, si la dejamos demasiado tiempo en contacto con la piel, indefectiblemente acumulará humedad.

El bikini debería cambiarse después de tomar un baño, para evitar el crecimiento de hongos y bacterias. Sería conveniente, entonces, llevar varios recambios si vamos a estar toda la jornada fuera.

Además, en el momento de intercambiar el bañador, el doctor Lobo propone lo siguiente: «Hay que lavar la zona genital con agua dulce después de salir de la piscina, para eliminar el cloro, o del mar, para eliminar los restos de sal». Y añade que secar bien la piel, tomándose el tiempo suficiente para esta tarea, es esencial si queremos prevenir infecciones.

Respecto a los protectores solares, siempre hay dudas sobre la seguridad de su aplicación en áreas del cuerpo con piel sensible. El ginecólogo es contundente al respecto: «Hay que evitarlos en la zona genital, tanto de manera directa como indirecta, ya que pueden causar irritación».

¿Qué papel juega la alimentación?

Aunque pueda parecer que no hay relación, lo que comemos es un aspecto más que influye para mantener una buena salud genital. Aquí incluimos también a la hidratación.

Por lo tanto, el primer ingrediente que debe estar en la dieta de verano, de manera abundante, es el agua. Una ingesta de líquidos en cantidades adecuadas evita desequilibrios en la flora vaginal.

También «deberíamos priorizar alimentos con propiedades probióticas naturales, como el yogur», explica el doctor Lobo. Los probióticos contribuyen a que los microorganismos que habitan la vagina se mantengan en equilibrio.

Otro grupo fundamental para fortalecer el sistema inmunitario «son las frutas y las verduras, especialmente las ricas en vitamina C», añade. Sería el caso de la naranja, el kiwi, las fresas, el melón, los pimientos rojos, los tomates y el brócoli.

A su vez, hay alimentos que es preferible evitar, ya que se asocian a una alteración del equilibrio bacteriano en todo el cuerpo, incluida la vagina. Es el caso del alcohol y la cafeína, nos hace saber el especialista, pues pueden deshidratarnos.

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«Los ultraprocesados o aquellos que se componen en su mayoría de azúcares refinados —detalla Lobo (foto)—, pueden favorecer el crecimiento de hongos vaginales».

¿Qué evitar durante el verano para cuidar la salud vulvovaginal?

Le preguntamos al ginecólogo qué rutinas o prácticas están desaconsejadas en los meses de calor. Y lo primero que nos informó fue el uso de bañadores, ropa interior o pantalones muy ajustados. Estas prendas aumentan la fricción y la retención de humedad.

Otro hábito para rehuir es el de las duchas vaginales. Ya sabemos que pueden alterar el equilibrio natural de la flora vaginal y favorecer las infecciones.

En el mismo sentido, el doctor Lobo plantea que se reduzca, en la medida de lo posible, el uso de productos de higiene íntima perfumados, asociados a la vulvitis. Tal es el caso de jabones, desodorantes vaginales, toallas sanitarias o tampones con aroma, que son un posible foco de irritación.

Disfruta del verano sin descuidar tu cuerpo

Según lo que nos comenta el experto, son 3 las infecciones más frecuentes en la vagina:

  • Candidiasis: producida por hongos, se suele desarrollar en ambientes húmedos y cálidos. Se asocia a mujeres que se dejan puesto el bikini mojado durante mucho tiempo. Los síntomas más frecuentes son enrojecimiento de la vulva, picor o sensación de quemazón.
  • Vaginosis bacteriana: ocasionada por un desequilibrio bacteriano en la vagina. Se asocia al uso de productos irritantes, que desestabilizan el pH genital. A veces no da síntomas o se expresa con flujo vaginal abundante de fuerte olor, picazón y ardor.
  • Tricomoniasis: originada en un parásito que se propaga a través de las relaciones sexuales. Los síntomas más comunes son la secreción vaginal con mal olor, la picazón, el dolor al orinar y al tener relaciones sexuales.

Para evitar las infecciones vaginales, debemos prestar atención a las señales del cuerpo. Ante el más mínimo síntoma que no sea habitual, que se vuelva persistente o que nos produzca malestar, hay que consultar a un ginecólogo, sugiere el doctor Ignacio Lobo.

En definitiva, mantener la buena salud vulvovaginal en el verano es posible. Debemos potenciar los hábitos que nos protegen y reducir los que nos perjudican, mientras disfrutamos de la playa, las piscinas y el calor.


Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.


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Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.