Hidrocistoma: qué es, causas y tratamientos
Escrito y verificado por la médica Mariel Mendoza
El hidrocistoma es un quiste benigno que se origina de las glándulas sudoríparas. Puede ser ecrino o apocrino, solitario o con presentación múltiple.
Los hidrocistomas contienen líquido de las glándulas sudoríparas atrapado en su interior, sin comunicación con la piel, de forma que no hay vaciado y pueden aumentar de tamaño conforme exista más líquido. Aparecen en la piel, con predominio en el borde de los párpados (en especial, el párpado inferior), las mejillas y la nuca.
Aparecen más en personas que viven en climas cálidos y húmedos.
¿Cuál es su causa?
El hidrocistoma es producto de la obstrucción de los conductos de las glándulas sudoríparas ecrinas o por el recrecimiento de las glándulas sudoríparas apocrinas. Su causa exacta se desconoce.
Se asocian con climas cálidos y húmedos, en los que se requiere mayor producción de sudor, lo que podría tapar los conductos. También aparece más en pacientes con hiperhidrosis, una condición que se caracteriza por el exceso de sudoración.
Respecto a las causas hormonales, hay asociación con la enfermedad de Graves. En la misma, existe una hiperestimulación de las glándulas sudoríparas por el aumento de las hormonas tiroideas.
El hidrocistoma es asintomático
El motivo de consulta se debe a la presencia de un nódulo con forma quística que causa incomodidad estética. De forma clínica, los hidrocistomas se evidencian como saliencias en forma de cúpula, por lo general traslúcidas, pero también con coloración rosada, azulada o marrón.
Su superficie es lisa y el contenido de líquido es transparente. Pueden ser solitarios o múltiples.
Estos pueden medir entre 1 a 16 milímetros y crecer o multiplicarse con el calor y la humedad. Cuando se distribuyen a lo largo de los márgenes del párpado aparentan un color más claro.
Son más frecuentes en las mujeres y después de la cuarta década de vida. Los hidrocistomas rara vez ocurren en la niñez y en la adolescencia.
El diagnóstico definitivo es microscópico
El diagnóstico definitivo es por biopsia o mediante la examinación precisa bajo el microscopio. A la vista, el hidrocistoma puede confundirse con otras lesiones benignas, como hemangiomas, linfangiomas, dacriocistitis o un quiste simple dérmico.
Las lesiones malignas también ingresan al diagnóstico diferencial, como el carcinoma basocelular o el melanoma. Son de forma especial similares al primero, motivo por el cual, la biopsia es clave para la exclusión.
Hidrocistomas apocrinos versus ecrinos
Los hidrocistomas ecrinos son más pequeños y con paredes más tensas. En mayor proporción, tienden a ser múltiples. Predominan en mujeres, en la mejilla y alrededor de los ojos.
Mientras que los hidrocistosmas apocrinos son usualmente solitarios y más grandes que los anteriores. Predominan en cabeza y cuello y cerca de las comisuras palpebrales y del canto palpebral.
Tratamiento
Para el caso de un hidrocistoma solitario, se extirpa de forma quirúrgica simple o con una cirugía de blefaroplastia. Sin embargo, se puede recurrir a la punción y vaciado antes de intentar este método, debido a que tiene riesgo de cicatrices.
Además, la extirpación quirúrgica puede tener recurrencias.
Cuando son múltiples, se recomienda la aplicación de atropina tópica al 1 % con cremas con escopolamina. También puede emplearse la cauterización o electrodesecación de la pared, el tratamiento láser o la vaporización láser con dióxido de carbono.
La cápsula de los hidrocistomas es delgada, por lo que puede romperse y sangrar al momento de la exploración o de su extirpación. En caso de que ello suceda, se debe garantizar el hecho de no dejar restos de cápsulas, debido a que propician una recaída de la lesión.
Son lesiones raras que requieren de evaluación médica
Los hidrocistomas son lesiones quísticas raras que representan parte de los tumores benignos de las glándulas sudoríparas. Es pequeño y traslúcido; los quísticos con contenido fluido en su interior pueden tener una leve movilización.
Su estudio médico es importante. Debido a su apariencia similar a otras lesiones más graves, como el carcinoma basocelular, se impone el proceso de diagnóstico diferencial adecuado.
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