Hinchazón de tobillos y pies, causas y prevención

La hinchazón suele estar provocada por problemas de circulación. No obstante, si esta condición tiene un origen desconocido deberás consultar a tu médico.
Hinchazón de tobillos y pies, causas y prevención

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 09 julio, 2023

La hinchazón de tobillos y pies es común y usualmente no es motivo de preocupación, sobre todo si has estado de pie o caminando mucho. Pero si los pies y los tobillos hinchados permanecen mucho tiempo en ese estado o están acompañados de otros síntomas puede ser señal de un problema grave de salud.

En la mayoría de los casos, este problema de salud se debe a alteraciones conocidas, las cuales suelen ser benignas. Sin embargo, es necesario estar alerta si se vuelve un problema constante, ya que puede indicar la presencia de una condición más delicada. A continuación, mencionamos algunas causas comunes de este problema para que las tengas en cuenta.

Principales causas de la hinchazón de pies y tobillos

Las causas de esta manifestación clínica pueden ser muy diversas, siendo las siguientes algunas de las más comunes:

1. Complicaciones del embarazo

La hinchazón de tobillos y pies es normal durante el embarazo. Sin embargo, si es repentina o excesiva puede ser un signo de preeclampsia, una afección que puede poner en peligro tanto a la madre como al feto. La preeclampsia no es más que la presencia de cifras tensionales elevadas y proteínas en la orina durante el embarazo.

Si experimentas hinchazón severa o hinchazón acompañada de otros síntomas como dolor abdominal, dolores de cabeza, disminución de la orina, náuseas, vómitos o cambios en la visión, llama a tu médico de inmediato.

Las mujeres embarazadas pueden seguir múltiples consejos para aliviar la hinchazón en los tobillos y los pies durante esta etapa. Uno de los mejores consejos es elevar los pies cuando sea posible, sin embargo, usar calzado cómodo, evitar estar de pie durante largos periodos y las medias de compresión también son útiles.

2. Lesión del pie o tobillo

Una lesión en el pie o en el tobillo puede dar lugar a hinchazón. La más común es un esguince de tobillo, que ocurre cuando una lesión o paso en falso hace que los ligamentos que sujetan el tobillo sean estirados más allá de su rango normal.

Para reducir la hinchazón causada por una lesión en el pie o en el tobillo es necesario el reposo, para evitar forzar el pie lesionado. Usa bolsas de hielo, envuelve el pie o el tobillo con una venda de compresión y eleva el pie en un taburete o una almohada. Si la hinchazón y el dolor son severos o no mejoran con el tratamiento en el hogar, consulta a tu médico.



3. Linfedema

Se trata de una acumulación de líquido linfático en los tejidos que puede desarrollarse debido a la ausencia de vasos linfático, problemas con estas estructuras o después de la extirpación de los ganglios linfáticos.

La linfa es un líquido rico en proteínas que normalmente viaja a lo largo de una extensa red de vasos y capilares. Se filtra a través de los ganglios linfáticos. Cuando hay un problema con los vasos o ganglios linfáticos, el movimiento del fluido puede ser bloqueado.

Si no se trata, la acumulación de linfa puede alterar la cicatrización de la herida y provocar infecciones y deformidades. El linfedema es común después de la radioterapia o extirpación de los ganglios linfáticos en pacientes con cáncer. Si te has sometido a un tratamiento del cáncer y has experimentado hinchazón en los tobillos y pies, consulta a tu médico de inmediato.

Por desgracia, no existe una forma efectiva de prevenir la hinchazón en tobillos y pies por linfedemas. Sin embargo, la realización de ejercicios y masajes para drenar el líquido ayudan a eliminar los síntomas, así como el uso de vendajes de compresión.

4. Insuficiencia venosa

La hinchazón de tobillos y pies es a menudo un síntoma precoz de insuficiencia venosa, una afección en la cual la sangre se mueve hacia arriba de forma inadecuada desde las venas de las piernas y los pies hasta el corazón. Normalmente, las venas mantienen la sangre que fluye hacia arriba con válvulas de una vía.

Cuando estas válvulas se dañan o debilitan, la sangre que se filtra hacia abajo por los vasos y el fluido es retenido en el tejido blando de las extremidades inferiores, especialmente los tobillos y los pies. La insuficiencia venosa crónica puede conducir a cambios en la piel, úlceras e infecciones. Si experimentas signos de insuficiencia venosa debes consultar a tu médico.

El tratamiento de esta patología puede incluir desde cambios en el estilo de vida como hacer ejercicios, hasta el uso de medias compresivas y medicamentos. En los casos más extremos, es posible realizar una cirugía para reparar las válvulas dañadas y solucionar el problema de forma definitiva.

5. Hinchazón de tobillos y pies como signo de infección

La hinchazón de tobillos y pies puede ser un signo de infección. Las personas con neuro patía diabética u otros problemas en los nervios de los pies están en mayor riesgo de contraer infecciones en los pies.

Si tienes diabetes, es importante inspeccionar los pies diariamente para ver si tienes ampollas y llagas para prevenir la hinchazón, porque el daño del nervio puede embotar la sensación de dolor y los problemas en los pies pueden progresar rápidamente. Si notas un pie hinchado o una ampolla que parece estar infectada, comunícate con tu médico de inmediato.

6. Coágulo de sangre

Los coágulos de sangre que se forman en las venas de las piernas pueden detener el flujo de retorno de la sangre desde las piernas hacia el corazón y causar hinchazón de tobillos y pies. Los coágulos sanguíneos pueden ser superficiales (se producen en las venas justo debajo de la piel) o profundos (una condición conocida como trombosis venosa profunda).

Eritrocitos libres y agregados formando un coágulo

Los coágulos profundos pueden bloquear una o más de las principales venas de las piernas. Estos coágulos pueden ser potencialmente mortales si se desprenden y viajan al corazón y los pulmones.

Si tienes hinchazón en una pierna, junto con el dolor, la fiebre de bajo grado y posiblemente un cambio en el color de la pierna afectada, llama a tu médico de inmediato. El tratamiento con anticoagulantes puede ser necesario.

Las personas pueden prevenir la aparición de coágulos utilizando mallas, medias de compresión o ropa holgada alrededor de los tobillos. Además, reducir la ingesta de sal, mantenerse activo y evitar estar sentado o de pie durante mucho tiempo constituyen otras medidas preventivas.

7. Enfermedad renal, cardiaca o hepática

A veces, la hinchazón puede indicar un problema en el corazón, el hígado, o una enfermedad renal. Los tobillos que se hinchan en la noche podrían ser un signo de retención de sal y agua a causa de la insuficiencia cardíaca del lado derecho.

La enfermedad renal también puede causar hinchazón de tobillos y pies. Cuando los riñones no están funcionando adecuadamente, se puede acumular líquido en el cuerpo. La enfermedad hepática puede afectar la producción de una proteína llamada albúmina, que evita que la sangre se escape de los vasos sanguíneos a los tejidos circundantes.

8. Clima cálido

Por más extraño que parezca, el clima cálido también puede generar la hinchazón de los pies y tobillos. Esto se debe a que los vasos sanguíneos se dilatan para tratar de regular la temperatura corporal, aumentando la extravasación de líquido en las piernas.

En estos casos, lo ideal es tomar medidas generales para prevenir la aparición de los síntomas. Tomar suficiente agua para asegurar el buen funcionamiento renal y usar zapatos adecuados son unas de las principales recomendaciones que se pueden seguir.

9.  Consumo de algunos medicamentos

Todos los medicamentos comercializados son capaces de generar efectos secundarios no deseados en las personas que los consumen. Por desgracia, muchos medicamentos causan hinchazón en los pies y tobillos como parte de dichos efectos adversos. Dentro de los fármacos capaces de causar estos efectos secundarios destacan los siguientes:

  • Hormonas como los estrógenos y la testosterona.
  • Bloqueadores de los canales de calcio.
  • Esteroides.
  • Antidepresivos.
  • Antiinflamatorios no esteroideos.

En caso de presentar hinchazón en los pies después de iniciar un tratamiento farmacológico, lo más recomendable es consultar con el médico especialista. Es posible que sea necesario suspender la ingesta del medicamento y buscar una alternativa al tratamiento que no genere tal efecto.

Otras causas de hinchazón en los tobillos y los pies

Como ya se dijo con anterioridad, el aumento de volumen en los tobillos y los pies de las personas es una dolencia bastante común y no necesariamente indica la presencia de una enfermedad. Algunas de las causas benignas de este problema de salud son las siguientes:

  • Sobrepeso u obesidad.
  • Edad avanzada.
  • Pasar mucho tiempo sentado o de pie.
  • Mantener un estilo de vida sedentario.
  • Usar calzado incómodo o inadecuado.
  • Consumo constante de alcohol.
  • Cirugías en las piernas o la pelvis.
  • Tener una dieta abundante en sal.
  • Picaduras o mordeduras de insectos.

¿Cómo prevenir la hinchazón?

La forma de prevenir la hinchazón en los tobillos y pies puede variar dependiendo de cada causa en específico. Sin embargo, existen medidas generales que se pueden aplicar para evitar la aparición de este problema, dentro de las cuales destacan las siguientes:

  • Colocar las piernas en almohadas o elevarlas por encima del nivel del corazón.
  • Ejercitar las piernas para bombear mejor la sangre.
  • Mantener una dieta baja en sal.
  • Usar medias de compresión. 
  • Ponerse de pie y caminar cada cierto tiempo durante los viajes largos.
  • No usar ropa ajustada en los muslos.
  • Bajar de peso en caso de ser necesario.
  • Dejar de fumar.
  • Mantener las enfermedades de base controladas.

Un problema de salud con múltiples causas

Como puedes ver, tanto las causas como la forma de prevenir la hinchazón en los tobillos y los pies son múltiples. Por fortuna, la mayoría de las condiciones son benignas y se pueden controlar con simples medidas preventivas y un tratamiento médico adecuado.

Las principales medidas de prevención incluyen elevar los pies, disminuir el consumo de sal, bajar de peso y mantener un estilo de vida activo. Sin embargo, si al aplicar estas medidas el problema persiste y se añaden nuevos síntomas al cuadro clínico, lo mejor es consultar con el especialista lo antes posible, ya que puede tratarse de una afección más seria.


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