¿Qué es la hipomanía y cómo se expresa?
Revisado y aprobado por la psicóloga Elena Sanz
La hipomanía comparte ciertos rasgos con la manía, uno de los síntomas del trastorno bipolar que hace que las personas diagnosticadas experimenten elevados niveles de energía y euforia. Sin embargo, la hipomanía tiene una duración más breve en el tiempo y puede aparecer por sufrir algún tipo de trastorno como el ya mencionado: bipolaridad.
La propia Real Academia Española (RAE) recoge en el diccionario la definición: ‘grado leve de la psicosis maníaco-depresiva’ o ‘euforia moderada’. El tratamiento dependerá del desencadenante. Por ejemplo, si ha sido por la toma de una medicación hay que dejar de consumir ese producto.
Síntomas de la hipomanía
Los síntomas de la hipomanía son similares a los de la manía, solo que en este caso tienen una duración menor en el tiempo. ¿Por qué decimos similares y no iguales? Porque la hipomanía no provoca psicosis, algo que sí puede suceder en la manía.
Para explicar todos los síntomas que permiten detectar la hipomanía nos vamos a basar en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-V). En él se expone que la hipomanía debe durar como mínimo 4 días consecutivos y reunir los siguientes signos:
- Tener mucha energía y sentirse eufórico.
- Dormir menos de lo acostumbrado.
- Aumentar la autoestima de manera desmesurada.
- Pensar y hablar mucho más rápido de lo habitual.
- Tener comportamientos impulsivos hacia actividades peligrosas.
- Aumentar la actividad en el ámbito social, laboral o sexual.
La persona con hipomanía cambia radicalmente y dejar de ser quien era. Pero el episodio no es tan grave como para causar una alteración importante del funcionamiento. Estos cuadros no necesitan hospitalización.
Causas y factores de riesgo de la hipomanía
Las causas de que aparezca un episodio estarán relacionadas con el diagnóstico de trastornos como la bipolaridad. También se vinculan con el tiempo y la estacionalidad, demostrando a veces patrones de aparición. Se han observado algunos casos de hipomanía en personas que estaban medicadas por su depresión.
Además de estas posibles causas, los factores de riesgos de la hipomanía son los siguientes:
- Estrés prolongado.
- Diagnóstico de depresión.
- Cambios en los hábitos de sueño.
- Intoxicación por drogas o abuso de alcohol.
¿Cómo se puede diagnosticar?
El diagnóstico no es sencillo de llevar a cabo. Como bien mencionábamos al principio, los síntomas deben haber durado un mínimo de 4 días. Asimismo, la persona debe presentar al menos 3 de los síntomas que hemos enumerado.
Tras el diagnóstico, que en ocasiones puede confundirse con otras patologías, se iniciará el tratamiento. Pero antes de esto habrá que identificar las causas. El médico puede requerir la ayuda de un psicólogo o psiquiatra para determinar el origen de la hipomanía en una persona.
Tratamiento de la hipomanía
Para el tratamiento del trastorno, la psicoterapia puede ser una vía válida. También en aquellas situaciones en las que se sufra un trastorno como el bipolar, será importante seguir la toma de una determinada medicación.
No obstante, en muchas ocasiones esto no es necesario. Cambiar el estilo de vida puede ayudar mucho en la hipomanía cuando no está relacionada con trastornos como los ya mencionados. En estas situaciones, conviene empezar haciendo modificaciones pequeñas que lleven a otras más grandes.
Comer bien y equilibrado, mantener una buena higiene del sueño, hacer un poco de ejercicio cada día… todos estos cambios pueden ayudar a mantener bajo control la hipomanía. Sin embargo, es importante que quede claro que no se puede prevenir su aparición.
Además, es recomendable llevar un diario. Esto permitirá saber en qué situaciones la hipomanía surge y cuáles pueden ser los posibles desencadenantes. Conocerse a uno mismo es fundamental para hacer frente a la hipomanía. No obstante, este camino siempre necesitará del acompañamiento de un profesional.
Comprensión y cuidado del otro
Ahora que ya sabes cuáles son las diferencias entre manía e hipomanía, y conoces un poco más sobre ella, podrás comprender mejor a las personas que la padecen. No es algo fácil para ellas. Los episodios hipomaníacos desconciertan, abruman al resto y provocan que uno mismo tampoco sepa muy bien por qué le está ocurriendo eso.
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