Hodofobia o miedo a los viajes: ¿por qué aparece y cómo superarlo?
Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater
La hodofobia o miedo a los viajes perfila un tipo de condición psicológica muy particular. Define a esas personas que sienten angustia por el simple hecho de alejarse de su zona de confort, de su hogar, de aquello que les es conocido y que controlan. No obstante, también se le pueden añadir otras fobias, como el miedo a volar o a coger el coche y sufrir un accidente.
Bien es cierto que la gran mayoría de las personas relacionamos los viajes con el ocio y el placer. Ahora bien, hay quien ve el periodo vacacional como una gran fuente de estrés.
Son días en que son comunes los desplazamientos, los viajes para visitar a la familia, los momentos para conocer nuevos rincones, nuevas ciudades y países. Este tipo de situaciones pueden generar en muchos una elevada ansiedad.
Hodofobia o miedo a los viajes: síntomas y causas
Más allá de lo inusual que nos pueda parecer, hay un hecho incuestionable: las fobias son la realidad psiquiátrica más común. Todos nosotros tenemos miedos, dimensiones singulares que evitamos y que pueden condicionar o no nuestra vida. Ahora bien, las fobias no dejan de ser por sí mismas un tipo de miedo irracional y una forma intensa de ansiedad que no podemos o no sabemos controlar.
Hay estrategias y mecanismos de afrontamiento que es posible poner en práctica. Conozcamos, por tanto, en qué consiste este tipo de condición psicológica.
Sigmund Freud explicó en una de sus cartas a un colega de profesión que viajar le causaba ansiedad. Desconocemos si lo que sufría el padre del psicoanálisis era una auténtica fobia, porque la hodofobia o miedo a los viajes puede ser muy limitante. Una cosa es sentir una leve ansiedad y otra ser incapaz de salir de casa.
Este tipo de trastorno psicológico define un miedo irracional y paralizante que se acompaña de una sintomatología intensa. Es decir, quien padece miedo a los viajes no siempre logra siquiera subirse a ese tren, sentarse en el asiento de un avión o llegar al hotel que ha reservado. Este hecho puede condicionar por completo la vida de quien lo sufre.
Por otro lado, cabe destacar que el DSM-5 (Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales) clasifica la hodofobia o miedo a los viajes como un tipo de fobia específica dentro de los propios trastornos de ansiedad. Veamos, por tanto, los síntomas que se describen para su correcto diagnóstico.
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¿Cómo se manifiesta la hodofobia o miedo a los viajes?
Este tipo de fobia, como cualquier otra, se manifiesta de múltiples maneras. Cada persona evidencia y manifiesta sus miedos irracionales de un modo particular. Hay quien lo hace de manera más intensa, mientras otros logran cierta funcionalidad. No obstante, podemos ver una serie de características comunes emocionales:
- Miedo ante la idea de dejar nuestra casa, de separarnos de lo que nos es conocido y seguro.
- Angustia intensa al coger el coche, al subir a un avión o a un tren.
- Miedo a sufrir un accidente.
- Vergüenza ante el hecho de que los demás perciban nuestra fobia.
También hay síntomas cognitivos, como los siguientes:
- La persona no deja de pensar en todas las cosas adversas que pueden ocurrir. Por lo general, se siente incapaz de controlar esos pensamientos negativos y catastróficos.
- La imaginación deriva en un bucle de imágenes funestas: accidentes, secuestros, ataques terroristas.
- Bloqueo ante hechos concretos, como tener que hacer la reserva de un viaje. Incapacidad para focalizar la atención en otras cosas.
- Confusión y problemas para tomar decisiones.
Finalmente, valen mencionar las manifestaciones físicas del trastorno. La hodofobia o el miedo a viajar cursa con innumerables signos físicos que van de menor a mayor gravedad:
- Mareos y taquicardias.
- Dolor de estómago y desajustes intestinales ante la idea de hacer un viaje.
- Sudoración con boca seca.
Estudios, como los realizados en la Universidad de California, por ejemplo, nos indican que existe una relación directa entre las fobias y los ataques de pánico. Es decir, en el caso de la hodofobia, podemos ver situaciones extremas en que la persona llega a sufrir estas reacciones ante la idea de hacer un viaje.
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¿Cuál es la causa de la hodofobia o miedo a viajar?
Algo que debemos tener claro sobre las fobias en general es que no siempre existe un desencadenante claro. Las fobias de origen inespecífico son bastante comunes y la hodofobia es una de ellas. No obstante, trabajos de investigación como los realizados en la Universidad de Marsella por el doctor René García nos señalan lo siguiente sobre la neurobiología del miedo:
- El origen puede estar en hechos traumáticos del pasado. En el caso del miedo a viajar, puede que la persona sufriera un accidente en el pasado o que fuera víctima de un ataque terrorista.
- Asimismo, también puede existir un patrón genético o incluso familiar. Si nuestros padres también sentían miedo a los viajes, a los aviones o barcos.
¿Cómo se tratan este tipo de fobias?
El mecanismo de afrontamiento más idóneo para todas las fobias es la terapia cognitivo-conductual. Dentro de este enfoque se suelen aplicar los siguientes recursos:
- Técnica de exposición: consiste en acercar a la persona a los estímulos fóbicos para trabajar los pensamientos y reacciones emocionales.
- Reestructuración cognitiva: supone que el paciente sea capaz de detectar patrones de pensamiento negativos e irracionales para transformarlos en enfoques más saludables.
- Gestión emocional: detectar las emociones paralizantes, reconocerlas, darles nombre y transformarlas en estados relajados y satisfactorios es una herramienta clave.
- Técnicas de respiración y relajación: la hodofobia o miedo a viajar puede beneficiarse también de adecuadas técnicas de respiración y relajación. Son recursos complementarios a la propia terapia cognitiva-conductual.
- Realidad virtual: en la actualidad, la realidad virtual es un recurso efectivo en el tratamiento de las fobias.
Las fobias paralizan, por ello hay que trabajarlas
Para concluir, podemos decir que todo miedo irracional puede afectar nuestra calidad de vida. En caso de no manejarlo, lo más común es que acaben surgiendo nuevas fobias hasta derivar en un estado en el que la ansiedad toma el control por completo. Evitemos llegar a estos límites: solicitemos ayuda experta.
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