Ictiosis vulgar: ¿qué es y cómo es su tratamiento?
Revisado y aprobado por la enfermera Leidy Mora Molina
La ictiosis vulgar es una enfermedad que se caracteriza por generar una resequedad extrema en la piel, pero también gruesa y con escamas. Se dice que quien padece esta patología es como si no tuviera piel, sino «escamas de pescado».
Hay que anotar que la ictiosis vulgar es solo una de las más de 20 modalidades de ictiosis. De todas ellas es la más común. Se estima que el 95 % de los casos de ictiosis corresponden a esta modalidad.
En algunas ocasiones, este trastorno aparece junto con otros problemas de la piel como el eccema alérgico. La mayoría de los casos de ictiosis vulgar son leves, pero también es posible encontrar casos graves. Hasta el momento, no hay cura para esta patología.
¿Qué es la ictiosis vulgar?
La ictiosis vulgar es un trastorno hereditario que hace que las células de la piel se acumulen y formen escamas gruesas y secas en la superficie cutánea. Esa es la razón por la que también se le llama «enfermedad de escamas de pescado» o «enfermedad de piel de pescado».
La ictiosis vulgar es la forma más leve de ictiosis. Lo más habitual es que comience en la niñez, pero los adultos también pueden desarrollarla, aunque es muy poco frecuente. En este caso, es adquirida; es decir, obedece a factores distintos a la herencia.
Muchas de las personas que tienen ictiosis vulgar ni siquiera se dan cuenta de que la padecen. Las manifestaciones son tan leves que suelen confundirse con la piel reseca y se mantienen controladas mediante el uso de cremas humectantes.
¿Cuáles son sus causas?
Lo más común es que la ictiosis vulgar surja al heredar una mutación genética de uno o ambos padres. Si la misma está presente solo en uno de los progenitores, el curso de la enfermedad será más leve. Si ambos padres tienen la mutación, el trastorno tiende a ser más grave.
Casi siempre está presente al nacer o aparece en los primeros años de vida. Por lo general, desaparece durante los primeros años de la infancia y ya no se vuelven a tener síntomas. Sin embargo, también hay un pequeño grupo de afectados que vuelven a experimentar las manifestaciones en la edad adulta.
Los casos de ictiosis vulgar adquirida en la edad adulta son poco comunes. En esa etapa de la vida suele ser fruto de la ingestión de algunos medicamentos. Otras veces está asociada a enfermedades como el cáncer, la enfermedad de la tiroides o la insuficiencia renal.
Asimismo, hay casos de ictiosis vulgar que están relacionados con otras enfermedades de la piel como la dermatitis atópica o la queratosis pilaris. En este último caso puede haber protuberancias blancas o rojas en la piel que son similares al acné.
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Síntomas de la ictiosis vulgar
En condiciones normales, la piel sufre un proceso de desprendimiento periódico de queratina y se renueva. Si hay ictiosis vulgar, dicho proceso se lleva a cabo de una forma mucho más lenta. Es así como se produce una acumulación de queratina en la parte superior de la piel y da origen a las escamas.
Cuando esto ocurre, se presentan los siguientes síntomas:
- Piel seca.
- Presencia de pequeñas escamas en forma de tejas. El color puede ser blanco, gris o marrón.
- Cuero cabelludo con escamas.
- Grietas en la piel, profundas y dolorosas.
- Piel engrosada.
- Picor.
Las escamas aparecen con más frecuencia en los codos y en la parte inferior de las piernas. Suelen ser más gruesas y oscuras en la zona de las canillas. Los síntomas son más intensos en condiciones de frío y clima seco. Mejoran si hay calor y humedad.
Diagnóstico
Muchos casos de ictiosis vulgar cursan sin diagnóstico, pues se confunden con piel seca. Sin embargo, un dermatólogo puede detectar este trastorno a simple vista. Lo habitual es que también indague sobre los antecedentes familiares y sobre los síntomas.
Asimismo, en la entrevista clínica se indagará sobre la presencia de otros problemas de la piel u otras condiciones de salud que pueden estar asociadas. En algunas ocasiones es necesario hacer un análisis de sangre y una biopsia de piel para confirmar el diagnóstico.
Tratamientos disponibles
La ictiosis vulgar no tiene cura; no obstante, se puede tratar con el objetivo de controlar los síntomas. En principio, esta afección se aborda con medicamentos como los siguientes:
- Ungüentos y cremas exfoliantes. Permiten controlar la descamación y le aportan humedad a la piel.
- Retinoides. Por lo general, se emplean para casos graves de ictiosis vulgar, ya que disminuyen la producción de células en la piel. Es posible que tengan efectos secundarios de consideración, por lo cual se debe ser precavido.
Se acuda a medicamentos o no, de todos modos la línea de tratamiento más importante tiene que ver con el estilo de vida y los cuidados caseros. Al respecto, lo recomendable es adoptar las siguientes medidas:
- Baños prolongados de inmersión. Permiten ablandar la piel. Luego, con una esponja o una piedra pómez, se puede frotar la piel con suavidad y retirar las escamas.
- Secado con la toalla. Lo más conveniente es secarse después del baño con golpecitos de toalla. De este modo, la piel queda un poco húmeda.
- Crema humectante o lubricante. Se aplica después del baño, aún con la piel húmeda. Ayuda a mantener la piel hidratada.
- Aplicación de productos. Es recomendable la aplicación de productos con urea, ácido láctico o ácido salicílico de baja concentración. Se debe hacer dos veces por día, ya que ayudan a remover las células muertas de la piel.
- Humidificador de aire. Es conveniente utilizarlo de forma continua para agregar humedad al ambiente.
¿Cuándo consultar al dermatólogo?
Si realizar las rutinas de cuidado no hay ninguna mejoría, lo mejor es visitar al dermatólogo. Es posible que se requieran medidas adicionales para controlar la enfermedad. Además, es importante descartar que haya otras patologías de la piel.
La ictiosis vulgar puede provocar grietas y hendiduras en la piel. En algunas ocasiones eso facilita el desarrollo de infecciones. En esos casos, es fundamental ir al dermatólogo para que establezca las indicaciones pertinentes.
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