¿Cómo identificar y tratar las mordeduras de ácaros?
Revisado y aprobado por la enfermera Leidy Mora Molina
Las mordeduras o picaduras de ácaros suelen causar molestias leves en la mayoría de las personas. Por lo general, las mismas originan lesiones inflamatorias en la piel e incluso propician el desarrollo de enfermedades. ¿Te interesa conocer cómo identificar y tratar las mordeduras de ácaros? A continuación te contamos.
Los ácaros son un grupo de artrópodos relacionados con las garrapatas. Estos son pequeños insectos, de menos de 1 milimetro, que carecen de ojos y alas, por lo que se desplazan saltando. Los ácaros no son visibles a simple vista, lo que dificulta su identificación oportuna.
Existen diversos tipos de mordeduras de ácaros. En este sentido, algunos se alimentan de las células cutáneas para luego desprenderse, mientras que otros penetran en la piel para cumplir parte de su ciclo evolutivo. La mayoría son ectoparásitos de otros animales y pican a los seres humanos por accidente.
Síntomas de las mordeduras de ácaros
Las manifestaciones clínicas de las picaduras por ácaros son muy variadas y dependen del tipo de ácaro involucrado. Algunas personas pueden no sentir la mordedura hasta poco después de que ocurra, mientras otras desarrollan una erupción cutánea severa.
Por lo general, las infestaciones por ácaros son resultado de la exposición a roedores, gatos, perros, aves, cerdos, paja o heno contaminado. Es habitual que las picaduras ocurran en áreas del cuerpo descubiertas.
Algunos síntomas comunes de las mordeduras por ácaros son los siguientes:
- Manchas rojas en la piel rodeadas de un halo rosado.
- Pequeñas protuberancias o bultos.
- Irritación y sensibilidad en la zona.
- Dolor cerca de las lesiones.
- Picazón intensa.
- Ampollas o vesículas alrededor del sitio de la mordedura.
Por otro lado, los ácaros de polvo no son capaces de picar a los seres humanos, sino que causan reacciones alérgicas, como dermatitis o rinitis. Esta especie suele alimentarse de las células que se desprenden de la piel y se acumulan en la cama, las almohadas y las alfombras.
Estudios afirman que 1 de cada 3 personas con asma o rinitis alérgica muestra sensibilidad a los ácaros. En la mayoría de los casos, esto es resultado de las heces y de los cuerpos en descomposición que quedan atrapados en el polvo y viajan por el aire.
Las exacerbaciones asmáticas son más frecuentes en personas que están rodeadas de un ambiente con fuerte presencia de ácaros.
¿Cómo identificar el tipo de ácaro que me mordió?
Existe una amplia variedad de ácaros capaces de producir mordeduras en las personas. En ocasiones, las características de las picaduras pueden ser de utilidad para reconocer al artrópodo responsable. De igual forma, las trampas adhesivas también son de utilidad para capturarlos.
1. Escabiosis o sarna
La escabiosis es una ectoparasitosis ocasionada por el ácaro Sarcoptes scabiei. Investigaciones estiman una prevalencia de 300 millones de personas afectadas en todo el mundo. Esta afección se asocia con el hacinamiento, la mala higiene y la desnutrición.
Los ácaros de la sarna requieren de un huésped animal para sobrevivir. Los mismos son muy contagiosos y pueden propagarse por contacto directo con personas infestadas. En la mayoría de los casos, los síntomas tardan entre 2 y 4 semanas en aparecer.
La manifestación típica es una erupción formada por pequeñas pápulas rojas que recubren el tronco y las extremidades. Estas lesiones son comunes en las axilas, las areolas, la cintura, los muslos y los genitales.
El surco acarino es una lesión lineal y descamativa clásica de la sarna, la cual posee una vesícula en un extremo que indica la entrada del ácaro. Estos surcos son frecuentes en los pliegues de las muñecas, los dedos y el dorso del pie.
De igual forma, las personas suelen presentar un escozor intenso que empeora durante la noche y en situaciones de calor. Ante la sospecha de esta enfermedad se debe acudir con un especialista lo antes posible.
2. Tungiasis
La tungiasis es una enfermedad parasitaria producida por el ácaro Tunga penetrans, también llamado nigua. Se produce cuando la nigua hembra penetra en la piel y se alimenta de la sangre de la persona, para luego poner varios huevos en su interior.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) informa que el 99 % de las infestaciones ocurren en los pies. Al nacer, las larvas de la nigua son capaces de disolver la piel y causar dolor, escozor e inflamación en la zona. Es recomendable no rascar el área por el riesgo de sobreinfección bacteriana.
De igual forma, es habitual la presencia de pequeñas manchas y nódulos blanquecinos o grisáceos. La lesión principal se caracteriza por ser una pápula redondeada, de coloración amarillo-verdosa, con un punto central oscuro, rodeada de un halo rojizo.
3. Ácaros Demodex
Los ácaros del género Demodex son ectoparásitos frecuentes en la piel humana que no pueden verse sin ayuda de un microscopio. Estos son más comunes en los adultos mayores y habitan principalmente en los folículos pilosos de la cara, así como en el tórax y el cuello.
Se alimentan de las células de la piel y no producen molestias evidentes. No obstante, las abrasiones causadas por sus picaduras pueden conllevar los siguientes síntomas:
- Piel áspera con escamas.
- Pequeños puntos rojos en la piel.
- Ardor y sensibilidad.
Las personas con depresión del sistema inmunitario son más propensas a padecer estas lesiones. De igual forma, estos ácaros pueden propiciar una peor evolución de otras enfermedades cutáneas, como la dermatitis, la rosácea y la alopecia.
4. Ácaros de aves y roedores
Los ácaros de las aves, como Dermanyssus, suelen adquirirse al entrar en contacto con ciertas aves de corral o sus nidos. Las mordeduras en humanos son poco frecuentes y suelen producir lesiones similares a la sarna.
Por lo general, las personas afectadas pueden presentar pequeñas pápulas y manchas acompañadas de picazón que empeora durante la noche. De igual forma, puede existir irritación, dolor e inflamación de la piel. Las lesiones suelen respetar la cara, los dedos y los genitales.
Por otro lado, se han descrito un amplio número de ácaros de roedores que pueden morder a los humanos por accidente. Investigaciones sugieren que las especies Ornithonyssus y Liponyssoides son capaces de producir dermatitis pruriginosa en el hombre. Esta se caracteriza por hinchazón, enrojecimiento y escozor.
5. Ácaros de la paja y el roble
Los ácaros de la paja suelen habitar en el heno, los granos y las semillas almacenadas en graneros. Por lo general, se alimentan de ciertos insectos y las picaduras en humanos son excepcionales. En la mayoría de los casos desaparecen del cuerpo luego de causar la mordedura.
Las picaduras en humanos suelen producirse en el cuello, los brazos y los hombros. Las mismas se presentan como pequeñas manchas rojas únicas o múltiples, similares a un sarpullido. Al igual que en el resto de las picaduras, el escozor es un síntoma típico.
Por otro lado, los ácaros del roble viven en las hojas y se alimentan de las moscas que llegan al lugar. Las mordeduras en humanos son más comunes a finales del verano y suelen ser de mayor gravedad. En este sentido, dejan ronchas y nódulos rojos en el rostro, la cara, los hombros y el cuello.
Las picaduras por ácaros de roble pueden confundirse con las lesiones de la tungiasis. Al cabo de 12 horas, las mismas aumentan de tamaño y se convierten en protuberancias dolorosas. Además, suelen desaparecer luego de 1 a 2 semanas de tratamiento.
Tratamiento de las mordeduras de ácaros
Ante la sospecha de una mordedura por ácaro es recomendable tomar un baño con abundante agua y jabón. Esto, con el fin de eliminar los posibles ácaros que puedan continuar adheridos a la piel. De igual forma, la persona debe retirar y lavar con agua caliente la vestimenta y las sábanas de la cama.
El tratamiento, cuando no penetran la superficie cutánea, es sintomático. Se emplean cremas que contengan corticosteroides o antihistamínicos para aliviar el escozor hasta que las lesiones en la piel desaparezcan. Los antihistamínicos orales son utilizados si ocurren reacciones cutáneas más graves.
En caso de padecer escabiosis, es necesario el uso de medicamentos que permitan eliminar la infestación. Algunos de los más empleados son la permetrina, el crotamitón y la ivermectina. Los afectados deben mantener una buena higiene y evitar el contacto con otras personas.
¿Cuándo buscar atención médica?
Las mordeduras de ácaros suelen ser inofensivas, sin embargo, estas no deben ser subestimadas. Por tal motivo, hay que acudir a consulta ante cualquier tipo de picadura con el fin de obtener el tratamiento adecuado y reducir el riesgo de complicaciones.
Es recomendable buscar ayuda lo antes posible si el escozor, el dolor y la hinchazón empeoran luego de un par de días. De igual forma, la presencia de fiebre y secreción de pus en la herida podría indicar una posible infección.
Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.
- Sánchez J, Sánchez A, Cardona R. Exposición y sensibilización a insectos en pacientes alérgicos en el trópico. Biomédica. 2018; 38(2 ): 80-86.
- Campillos M, Causín S, Duro E, Agudo P, et al. Escabiosis: revisión y actualización. Medifam. 2002; 12( 7 ): 40-54.
- Jofré L, Noemí I, Neira P, Saavedra T, et al. Acarosis y zoonosis relacionadas. Rev. chil. infectol. 2009; 26( 3 ): 248-257.
- Vogel P, Morelo Dal Bosco S, Juarez N. Mites and the implications on human health. Nutr. Hosp. 2015; 31( 2 ): 944-951.
- Pérez M, García A, Sabina A, Vega M, et al. Sensibilización a diferentes tipos de ácaros en pacientes adultos. Rev cubana med. 2002; 41( 2 ): 74-80.
- Pastrana J, Blasco R, Erce R, Pinillos A. Picaduras y mordeduras de animales. Anales Sis San Navarra. 2003; 26(1 ): 225-241.
Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.