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Importancia de mantener las encías sanas

8 minutos
El sangrado al cepillar los dientes puede indicar que algo no está bien con el tejido gingival. Sigue leyendo y entérate por qué hay que mantener las encías sanas.
Importancia de mantener las encías sanas
Vanesa Evangelina Buffa

Escrito y verificado por la odontóloga Vanesa Evangelina Buffa

Última actualización: 13 agosto, 2024

Mantener las encías sanas es parte de los cuidados fundamentales de la cavidad bucal. Tener una boca en óptimas condiciones permite que sus funciones se puedan llevar a cabo sin dificultades. En particular, cuidar las encías evita la aparición de enfermedades que, incluso, ponen en juego la permanencia de los dientes en la boca.

El tejido gingival, además de proteger las piezas dentarias, forma parte de las estructuras que les dan sostén. De ahí la importancia de adoptar hábitos que permitan mantenerlo sano. ¿Qué puedes hacer? Descubre a continuación algunos consejos.

¿Por qué es tan importante mantener las encías sanas?

Como ya adelantamos, las encías cumplen un rol fundamental en el sostén y la protección de la porción radicular de las piezas dentarias. Conservarlas saludables es fundamental para que los dientes permanezcan estables en su lugar y la boca pueda cumplir sus funciones de manera adecuada.

Si la salud del tejido gingival se descuida, pueden aparecer varias afecciones que ponen en riesgo su integridad. La gingivitis es una de las problemáticas más frecuentes de esta estructura. Se trata de la inflamación superficial del tejido, como consecuencia del acúmulo de placa bacteriana.

Se manifiesta con encías hinchadas, de color rojo intenso, sensibles y que sangran con facilidad. Por lo tanto, cuando la persona nota sangrado durante el cepillado de los dientes, debe considerarlo como una señal de advertencia que requiere atención.

Otro de los problemas frecuentes en las encías es la periodontitis o piorrea. Es un proceso inflamatorio e infeccioso profundo que afecta los tejidos de sostén del diente, conformados por la encía, el ligamento periodontal, el cemento y el hueso alveolar.

Sus síntomas abarcan lo siguiente:

  • Inflamación gingival.
  • Presencia de placa bacteriana y sarro acumulados.
  • Movilidad dentaria.
  • Presencia de pus.
  • Halitosis.
  • Mal gusto en la boca.

Esta condición es la evolución de una gingivitis que no se trató de manera oportuna. La destrucción de los tejidos y la pérdida de hueso le quita sostén a las piezas dentarias. Por eso, si no se trata de manera oportuna, puede llevar a la pérdida de los dientes. Además, está asociada a enfermedades crónicas que afectan la salud general.

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Las encías pueden resultar comprometidas por la acumulación de placa bacteriana. Así, se inflaman y pueden presentar sangrado.

Otras afecciones

Existen otras problemáticas que pueden aparecer asociadas al descuido del tejido gingival. A continuación, las enumeramos.

  1. Absceso de encía o periodontal: son colecciones de pus originadas por infecciones localizadas en el periodonto.
  2. Encías retraídas: es la migración de este tejido a zonas más profundas, lo que deja parte de la raíz dentaria descubierta. Esta desprotección de la porción radicular no solo afecta la estética del paciente, sino que también genera sensibilidad dentaria y aumenta el riesgo de caries.
  3. Hiperplasia gingival: es el aumento de tamaño y crecimiento exagerado del tejido gingival. Puede estar asociado a factores genéticos, a condiciones sistémicas y al uso de ciertos medicamentos. Aunque la mala higiene oral y el acúmulo de placa bacteriana empeora la situación.
  4. Cáncer bucal: puede localizarse sobre le tejido gingival, manifestándose como tumoraciones, manchas, úlceras o llagas que no cicatrizan. Al encontrar lesiones de este tipo sobre las encías es importante consultar de manera inmediata con el odontólogo.

6 consejos para cuidar y mantener las encías sanas

Como verás, para evitar las afecciones que mencionamos es fundamental mantener las encías sanas. A continuación detallamos algunas prácticas para cuidar el tejido gingival.

1. Higiene oral

El cepillado de dientes y encías es esencial para evitar el acúmulo de placa bacteriana y la formación de sarro sobre los tejidos dentarios. La presencia de bacterias, los ácidos que producen y los depósitos de cálculo son los responsables de la mayoría de las patologías bucales.

Así las cosas, con un cepillado dental bien realizado, la placa bacteriana se desorganiza y se evita que se deposite o se acumule sobre los dientes y encías. Al realizar la higiene dental, se debe utilizar un cepillo de cerdas suaves y pasta dental con flúor.

  • El cepillado debe durar por lo menos 2 minutos y ha de realizarse 3 veces al día o después de cada comida.
  • Los movimientos deben ser lentos y precisos para tratar de alcanzar todas las superficies de las piezas dentarias.
  • Se debe limpiar la zona de unión de los dientes con las encías y la lengua.
  • Asimismo, es necesario complementar la higiene dental con el uso del hilo dental. Esto permite limpiar las zonas entre los dientes donde el cepillo dental no logra acceder.
  • Puede que el odontólogo aconseje utilizar algún enjuague bucal para mejorar las condiciones de limpieza de la boca.

2. Alimentación

Llevar una dieta nutritiva y equilibrada otorga múltiples ventajas a todo el organismo. Considerar un aporte adecuado de vitaminas y minerales es esencial para cuidar la salud de la boca. Algunos de los nutrientes que aportan beneficios a la cavidad bucal y a las encías son los siguientes:

  • Calcio: el consumo de lácteos, verduras de hojas verdes, salmón y almendras ayuda a obtener este mineral. Es beneficioso para mantener las piezas dentarias sanas.
  • Fósforo: se encuentra en huevos, pescados, pollo, carne y legumbres. Protege y reconstruye los tejidos duros de los dientes.
  • Potasio: está presente en bananas, acelgas, aguacate y tomates. Mejora la densidad ósea, y es fundamental para el sostén de las piezas dentarias.
  • Vitamina A: está presente en el pescado azul, la zanahoria, el albaricoque y el tomate. Es antioxidante y favorece la cicatrización de los tejidos.
  • Vitamina B: presente en los huevos, el hígado, los frutos secos y la levadura de cerveza. Favorece la reparación del tejido gingival y protege las mucosas.
  • Vitamina C: se encuentra en cítricos como la naranja y el limón, en el tomate y los kiwis. Es fundamental para mantener las encías sanas y el periodonto en óptimas condiciones, ya que fortalece y protege las mucosas.
  • Vitamina D: está presente en pescados azules y los lácteos. Facilita la absorción del calcio y del fósforo, lo que aumenta la densidad ósea.
  • Vitamina K: se encuentra en verduras de hojas verdes, coles, perejil y brócoli. Es fundamental en la reparación de los tejidos y evita el sangrado excesivo.

3. Hidratación

Beber suficiente agua para mantener el cuerpo hidratado es clave para la salud general y, en especial, para la cavidad bucal. Tomar alrededor de 2 litros de agua a diario favorece la producción de saliva, fluido esencial para las mucosas orales.

La saliva mantiene las mucosas lubricadas y húmedas, lo que permite a la cavidad bucal cumplir con sus funciones. Además, tiene una función de autolimpieza que ayuda a eliminar restos de alimentos y bacterias de la boca.

Existen ciertos medicamentos que producen sequedad oral y aumentan el riesgo de sufrir ciertas afecciones, como las caries y la gingivitis. Estos efectos adversos se pueden contrarrestar masticando chicles con xilitol y utilizando sustitutos de saliva, dentífricos y enjuagues especiales.

4. Controles odontológicos periódicos

Acudir de manera frecuente al odontólogo es fundamental para mantener las encías sanas. En los controles, el dentista podrá detectar cualquier problemática a tiempo para darle solución de manera inmediata.

Además, el profesional dará el asesoramiento necesario para mantener la boca en buenas condiciones. Aporta consejos e indicaciones específicas según las necesidades y particularidades de cada caso.

Las limpiezas profesionales cada seis meses, o al menos una por año, también son fundamentales para mantener la boca sana. La misma permite quitar acúmulos de placa bacteriana y depósitos de sarro que con el cepillado no se pueden eliminar.

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Los controles odontológicos regulares permiten intervenir de manera oportuna ante cualquier alteración de las encías.

5. Controlar los hábitos nocivos

Algunas costumbres y prácticas de las personas son perjudiciales para los tejidos de la boca. Evitarlos, o al menos reducirlos, es lo ideal para mantener las encías sanas. El tabaco es uno de ellos. En la boca tiene efectos muy dañinos, como los siguientes:

  • Sequedad bucal.
  • Disminución de la capacidad de defensa de los tejidos frente a infecciones.
  • Inflamación de las mucosas.

El calor que genera, más la acción tóxica de la nicotina, dañan de manera irreversible las células de la boca. Es uno de los factores que predisponen al cáncer oral, además de promover la enfermedad de las encías y la periodontitis.

El alcohol es otra de las sustancias que, si se consume con frecuencia, daña los tejidos orales. También favorece el cáncer oral y la sequedad bucal, lo que eleva el riesgo de sufrir enfermedades bucodentales.

6. Cuidar la salud general

Existen factores genéticos y hormonales que influyen en la salud de las encías. La predisposición heredada de sufrir ciertas condiciones o los cambios que produce el embarazo, por ejemplo, no se pueden controlar ni evitar.

El uso de ciertas medicaciones o patologías específicas también pueden repercutir en la salud del tejido gingival. Por eso, es importante controlar las patologías sistémicas y realizar los tratamientos adecuados.

Además, en caso de utilizar medicaciones con efectos adversos sobre la boca, lo ideal es buscar alternativas con el médico a cargo del abordaje. Si no se puede cambiar la terapéutica, controlar las consecuencias con el odontólogo es fundamental para mantener la boca en las mejores condiciones posibles.

Un adecuado estado de salud repercute en la cavidad bucal y viceversa. Por lo tanto, es muy importante tanto el cuidado de todo el cuerpo como de la boca en particular.

Encías sanas para evitar complicaciones

Mantener las encías sanas no solo evita problemas bucales en el paciente. También disminuye el riesgo de sufrir otras afecciones asociadas a enfermedades orales. La periodontitis, por ejemplo, puede predisponer o agravar las patologías cardíacas o la diabetes.

Incorporar las prácticas que aquí compartimos a las rutinas habituales de cuidado personal permite tener una boca saludable. Por consiguiente, se evitaran enfermedades, complicaciones y tratamientos largos, difíciles y costosos. En definitiva, todo esto le otorga a la persona bienestar, comodidad, estética y seguridad.


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