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5 infusiones naturales para bajar la tensión alta

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En el saber popular se conocen algunas hierbas que pueden prepararse en infusiones para intentar bajar la presión arterial. ¿Hay evidencias científicas sobre su eficacia?
5 infusiones naturales para bajar la tensión alta
Leonardo Biolatto

Escrito y verificado por el médico Leonardo Biolatto

Escrito por Leonardo Biolatto
Última actualización: 06 julio, 2023

Los tratamientos para bajar la tensión arterial alta o hipertensión pueden complementarse con infusiones naturales. Es decir, es posible añadir a la dieta algunos preparados herbales en forma de tés para contribuir al control de las cifras tensionales.

Esto, por supuesto, tiene sentido en el marco de la realización y el seguimiento de las prescripciones médicas. Las infusiones naturales para bajar la tensión alta no funcionan por sí solas. Es posible que refuercen el efecto de los fármacos y las modificaciones en el estilo de vida que se suelen indicar a los pacientes hipertensos.

Veamos, entonces, qué argumentos científicos hay para recomendar las siguientes 4 infusiones naturales. Recuerda que este artículo es solo una guía general y conviene que consultes con un profesional de la salud para aclarar las dudas que puedan surgir sobre su consumo.

El abordaje de la presión arterial alta

Cuando una persona se diagnostica con hipertensión arterial se catalogan las cifras que se obtuvieron de su tensión sanguínea de acuerdo con la gravedad. No es lo mismo una urgencia con tensiones sistólicas superiores a 180 milímetros de mercurio (mm Hg) que una situación de prehipertensión.

Clasificación de la hipertensión arterial

Según lo informado por la Clínica Mayo, un paciente puede ser encuadrado en alguno de los siguientes grupos:

  • Prehipertenso: son personas con presión sistólica de 120 a 129 mm Hg y diastólica por debajo de 80 mm Hg. Todavía no se considera un diagnóstico claro de hipertensión arterial, pero los valores ya están por encima de la normalidad.
  • Hipertensión arterial de primer grado: cuando la tensión sistólica supera los 130 mm Hg y no pasa de 140 mm Hg, o la diastólica se registra entre 80 y 89 mm Hg, entonces ya hay hipertensión de grado 1.
  • Hipertensión de segundo grado: estos pacientes tienen valores repetidos de tensión arterial sistólica superior a 140 mm Hg y de diastólica mayor a 90 mm Hg. Es un franco cuadro patológico con riesgo de daño a los órganos en el mediano plazo.

La situación especial de la crisis o urgencia hipertensiva, cuando una persona ingresa a la sala de guardia con valores mayores a 180/120 mm Hg, requiere acciones terapéuticas inmediatas. Luego, es muy probable que el paciente se encuadre en alguna de las categorías que ya mencionamos, una vez ha finalizado el episodio agudo.

Tratamiento de la hipertensión arterial

Los pacientes hipertensos recibirán indicaciones para hacer cambios en su estilo de vida. Se tratan de medidas dietéticas y hábitos que permiten reducir de manera natural los valores tensionales. Puede que los prehipertensos no necesiten llegar a las opciones farmacológicas si este primer abordaje da resultado.

Entre las medidas higiénico-dietéticas más recomendadas tenemos las siguientes:

  • Realizar actividad física moderada y evitar el sedentarismo.
  • Controlar el estrés mediante la regulación de la ansiedad y con técnicas de relajación.
  • Reducir la presencia de sal en la dieta habitual.
  • Abandonar el tabaco y el consumo de alcohol.

Para los hipertensos de grado 2, y aquellos que no logran controlar las cifras con las recomendaciones anteriores, la farmacología ofrece una variedad de sustancias que pueden recetarse. La toma de un solo compuesto o la combinación de dos o tres depende de la decisión médica.

Entre los fármacos prescritos para tratar la hipertensión arterial tenemos al grupo de los diuréticos, a los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (IECAs), los betabloqueantes, los bloqueantes de los canales de calcio y los vasodilatadores. Nunca se pueden consumir sin la debida indicación profesional.

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El tratamiento farmacológico para la hipertensión arterial se emplea en casos que no responden a las medidas higiénico-dietéticas y en los cuadros más severos.

5 infusiones naturales para bajar la tensión alta

Realizadas las consideraciones previas, podemos hablar de 4 infusiones naturales que presentan alguna evidencia científica sobre su capacidad para reducir la presión arterial. Nuevamente, aclaramos que las mismas no son un tratamiento de primera línea. Vienen a complementar las medidas higiénico-dietéticas y los fármacos que ya mencionamos.

1. Apio

El apio es uno de los vegetales tradicionales en el abordaje de la hipertensión arterial con infusiones naturales. Es un ingrediente que tiene fitoquímicos y sustancias antiinflamatorias. Se especula con un cierto poder diurético también, lo que permitiría descargar el exceso de líquidos que elevaría la presión arterial en algunos pacientes.

Un trabajo publicado en Journal of Medicinal Food en 2013 corroboró los efectos antihipertensivos de la semilla de apio en ratas. Por otro lado, se ha usado el jugo de apio para reducir la presión arterial en adultos mayores. Se piensa que sus compuestos inhiben la entrada de calcio en las células del músculo liso vascular. Por mucho, es una de las mejores infusiones naturales para bajar la tensión alta.

Una opción para preparar la infusión con apio sería colocar 20 gramos de apio en agua en ebullición. Tras 15 minutos de reposo, se cuela y se toma.

2. Orégano

El orégano es estudiado desde hace tiempo por su potencial para la industria farmacológica. Se hipotetiza con la posibilidad de que forme parte de medicamentos que ayuden a controlar el síndrome metabólico, la obesidad, la diabetes y la hipertensión arterial.

También resulta interesante que pueda ser un condimento para reducir el consumo de sal. Esto es algo con lo que los pacientes hipertensos tienen dificultades, ya que si están acostumbrados al sabor salado son reticentes a quitar el ingrediente de sus mesas. El orégano podría condimentar y generar un sabor que desplace al del cloruro de sodio.

Por otro lado, el orégano y sus compuestos moleculares han demostrado mejorar el perfil lipídico. En estudios controlados, reduce el colesterol malo o LDL y aumenta la concentración del colesterol HDL o bueno. Esto contribuye a la protección cardiovascular.

Se puede preparar una infusión natural con orégano para bajar la tensión arterial si se coloca una cucharadita de la sustancia en agua hirviendo. Tras 15 minutos de reposo está lista para ingerir.

3. Diente de león

La planta Taraxacum officinale W. se considera diurética. Por eso el diente de león se asocia a la posibilidad de reducir la presión arterial alta, ya que eliminaría los líquidos que pudiesen sobrecargar al sistema cardiovascular. Casi del mismo modo que lo harían algunos fármacos.

Si bien también se considera que el diente de león es útil para forzar la eliminación de los cálculos biliares, debería emplearse con cuidado en pacientes que, además de ser hipertensos, padezcan colelitiasis. Su efecto de estimulación de los movimientos de la vesícula biliar podrían generar un cólico severo si hay una obstrucción al trayecto de la bilis. Así lo aclara una publicación en la revista Medicina Naturista.

El uso habitual en té se prepara agregando una cucharada de diente de león en agua hirviendo. Luego se continúa con la ebullición 3 minutos más y se cuela para beber.

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El diente de león es diurético y colecistoquinético. Se debe tener precaución en los pacientes con litiasis biliar.

4. Olivo

El uso del olivo se puede vincular a una mejor salud cardiovascular en casi cualquier sentido. Debemos recordar que sus derivados son parte de la dieta mediterránea.

Esta pauta de alimentación ha sido estudiada como una forma de reducir los eventos cardíacos y los factores de riesgo que ponen en peligro el funcionamiento del corazón y de las arterias. De todas maneras, no queda claro si está en la combinación de los ingredientes mediterráneos o en alguno en particular el beneficio observado.

Las hojas de olivo son ricas en polifenoles. Estas sustancias tienen un efecto metabólico que no se limita a la hipertensión arterial. También resultan provechosas para el control de la obesidad y para ayudar a prevenir el síndrome metabólico.

Una infusión con las hojas de olivo se prepara con una cucharada de hojas secas de la planta que se colocan en agua hirviendo. Tras dejar reposar el líquido, se cuela y se puede tomar. Muchos acostumbran a ingerirlo tras las comidas.

5. Ajo

Diversos estudios e investigaciones han avalado las propiedades antihipertensivas del ajo. Comparadas con el placebo o la ausencia de tratamiento las preparaciones que incluyen ajo ayudan a controlar los niveles de presión sanguínea. Se piensa que aumenta la producción de óxido nítrico, lo que se traduce en la relajación y vasodilatación del músculo liso.

El compuesto más importante del ajo es la alicina. A este compuesto se le han atribuido propiedades antioxidantes y de eliminación de radicales libres. Para aprovechar mejor su propiedades tritura el ajo antes de incluirlo en la olla con agua hirviendo. Puedes acompañarlo de limón y jengibre.

Prueba las infusiones naturales para bajar la tensión alta con supervisión médica

Como ya dejamos aclarado, el uso de estas infusiones naturales para bajar la tensión alta debe complementar el abordaje médico. No son tés milagrosos ni causarán un efecto inmediato en las cifras tensionales.

También es prioritario informar al médico si se van a ingerir estas infusiones con frecuencia. De este modo, el profesional podrá evaluar si hay interacciones con los fármacos prescritos o si otra condición de salud sería contraindicación para su empleo. No es infrecuente que esto ocurra, de manera que un médico debe supervisar si las infusiones alteran el metabolismo o la efectividad de los fármacos que se han prescrito.


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