La glándula pineal, cada día más interesante
Revisado y aprobado por el médico José Gerardo Rosciano Paganelli
La glándula pineal (cuerpo pineal, conarium o epífisis cerebral) es una pequeña glándula endocrina, situada cerca del centro del cerebro y cuya forma es similar a un pequeño cono de pino.
Entre sus funciones destaca la producción de melatonina, hormona derivada de la serotonina. Ésta cumple la función de regular los patrones de sueño de cada persona.
Anteriormente, se creía que la glándula pineal era un simple residuo procedente de fases anteriores de nuestra evolución. No se le daba mayor importancia, al considerarse que no tenía utilidades importantes en nuestra actual fase evolutiva.
Sin embargo, recientes revisiones han despertado más el interés sobre esta importante glándula. Los resultados encontrados se han unido al asunto de lo ultradimensional.
Como mencionamos anteriormente, hoy en día se sabe que esta glándula es la responsable de la secreción de melatonina, hormona que, con el paso de los años, se va reduciendo y que está relacionada con los ritmos circadianos y los procesos de la pubertad.
Además, diferentes hallazgos han revelado que la melatonina tiene una acción antioxidante. Asimismo, también participa en la apoptosis de células cancerosas en el timo (un órgano del sistema inmunológico).
Capacidades de la glándula pineal
Esta glándula tiene la capacidad de responder a las variaciones de luz que ocurren a nuestro alrededor. Es decir, es fotosensible. Por lo tanto, identifica cuándo hay oscuridad a nuestro alrededor para segregar melatonina. Con esto, logra inducirnos a un estado de calma e introspección.
Sabemos que la circulación de hormonas a través de nuestro cuerpo provoca una serie de emociones y sensaciones. Estas, a su vez, varían según el tipo de hormona segregada.
En el caso de la glándula pineal, los seres humanos segregamos endorfinas. Estas nos ayudan a entrar en un estado de conciencia más íntimo. Este estado es estimulado por la sensación de tranquilidad que aporta la melatonina.
Al liberar estas endorfinas, nuestro organismo disminuye y relaja los sentidos. Así, la reducción de glucógeno en la sangre nos induce poco a poco al sueño y a un estado de tranquilidad.
En este estado, la actividad cerebral está bajo mínimos. Asimismo, se reduce la interferencia del mundo exterior e incrementa la concentración sobre uno mismo.
Esto, a nivel práctico, hace que nos distanciemos de los problemas y nos lleva a observarlos con otra perspectiva.
De este modo tenemos un pensamiento más reflexivo y nos tomamos el tiempo para repasar todos los acontecimientos cotidianos.
Así, encontramos respuestas y soluciones que sin esa concentración nos costaría mucho trabajo conseguir.
Por otro lado, recientes investigaciones determinaron que la glándula pineal es un magnetorreceptor. Es decir, resulta sensible a los campos magnéticos y transforma sus ondas en estímulos neuroquímicos.
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Electromagnetismo, glándula pineal y salud pública
El profesor José Luis Bardasano, de la Universidad de Alcalá de Henares (España), realizó una ponencia titulada “Electromagnetismo, glándula pineal y salud pública”. Él es uno de los mayores especialistas en el tema de bioelectromagnetismo.
En ella explicaba que en nuestro organismo existen dos sistemas de comunicación. Uno es de base química y el otro de base eléctrica.
- Hace referencia al sistema endocrino. Sistema responsable de segregar hormonas que viajan a través de canales de información. Como por ejemplo, los vasos sanguíneos, vasos linfáticos o el canal neural, entre otros. Esto con el fin de alcanzar los órganos diana o efectores.
- Hace referencia al sistema nervioso. En este sistema las señales son electromagnéticas. Por lo tanto, se distribuyen a través de una red con centros y ”subestaciones” que asienta sobre las neuronas. De este modo llegan a músculos, corazón o glándulas, entre otros.
Ambos sistemas han evolucionado paralelamente. Desde sus orígenes trabajan en conjunto en perfecta armonía cronobiológica.
Tanto los ritmos como los ciclos en que funcionan están coordinados por la glándula pineal.
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Estas investigaciones han podido determinar que las alteraciones electromagnéticas pueden llegar a interrumpir la secreción de la melatonina. Al igual que lo hace la luz.
La reducción de la actividad de la glándula pineal puede provocar en la persona serios problemas, como:
- Fatiga
- Estrés
- Trastornos del humor
- Trastornos del sueño
- Bajo rendimiento profesional
- Depresión
- Falta de concentración
- También genera el riesgo de padecer cánceres como el de mama.
¡Interesante!
Como ves, la glándula pineal es más interesante de lo que se creía hace algunas décadas.
Su actividad nos favorece tanto física como emocionalmente, participando en el afrontamiento diario que hacemos del estrés y mejorando en general nuestra calidad de vida.
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