La importancia de tener una buena salud mental
Escrito y verificado por el médico Nelton Abdon Ramos Rojas
Muchas veces, no nos detenemos a pensar en lo importante que es tener una buena salud mental. Esto hace que no nos preocupemos por ella y que no la cuidemos como es debido.
Aunque no nos demos cuenta, esta influye directamente en muchos aspectos de nuestra vida diaria y, además, nos ayuda a gozar de diversos beneficios.
Cuidar de nuestra mente no es una cuestión de evitar a toda costa el estrés o negar emociones como la tristeza, el miedo y la ira, sino de aprender a gestionar de forma eficiente los pensamientos y emociones a diario.
Profundicemos.
Beneficios de una buena salud mental
Favorece el equilibrio psicológico y social
Una buena salud mental puede traducirse como un estado de equilibrio, tanto con uno mismo, como con los demás. De hecho, al sentirse a gusto con ellas mismas, las personas gestionan mejor las dificultades del día a día y desempeñan mejor sus tareas.
Cuando no tenemos una buena salud mental y, por el contrario, estamos demasiado agobiados, estresados y ansiosos, puede que “estallemos” sin motivo alguno, en situaciones que hubieran podido resolverse sin mayor inconveniente.
Gestionar nuestros pensamientos y emociones de una forma sana no es cuestión de una sesión de meditación. En realidad, se trata de una labor constante, en la que seamos conscientes de que la clave es intentar mantenerse flexibles.
En caso de malestar, lo más recomendable es buscar ayuda profesional. Recurrir al psicólogo es una elección responsable, madura y muy positiva.
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Crea relaciones saludables y enriquecedoras
Tener una buena salud mental nos garantiza tener unas relaciones saludables y enriquecedoras con nuestro entorno. Esto es algo indispensable para sentirnos bien con nosotros mismos, ya que somos seres sociales.
En el caso de que no nos sintamos bien a nivel emocional, podríamos ver afectada nuestra capacidad para relacionarnos con otros. Nos sentiríamos aislados de los demás, lo que nos llevaría, inevitablemente, a la sensación de soledad.
Mucha gente se refugia en el aislamiento por la incapacidad de enfrentarse a una situación. Es importante saber que esto no es una solución, se trata tan solo de un parche que solo nos aliviará de forma momentánea.
Ayuda a gestionar el estrés
El estrés crónico puede causarnos muchos problemas. No es lo mismo sentir cómo la adrenalina se expande por nuestro cuerpo de vez en cuando, ante ciertas situaciones (lo cual es inevitable) que el sentimiento constante de agobio.
Una buena gestión del estrés podría ayudarnos a ser más productivos, a soportar la presión y a no frustrarnos con tanta frecuencia. Esto podría mejorar nuestro estado de ánimo.
Mantiene la ansiedad a raya
Muchas veces, el estrés puede transformarse en ansiedad. Esto es una señal de alerta que nos indica que hay algo que nos afecta de manera profunda y que estamos ignorando de forma inconsciente.
Tener una buena salud mental nos ayuda a tomar perspectiva. Así, podremos evitar que ciertas situaciones o circunstancias pasadas nos sigan torturando o atormentando en el presente.
Nos ayuda a afrontar las presiones
Tener una buena salud mental también puede ayudarnos a afrontar las presiones. Un buen estado psicológico nos ayuda a tener una autoestima fuerte y una dignidad a prueba de balas.
De esta forma, ningún agente externo podrá condicionar nuestras decisiones ni nuestra felicidad. Tendremos la suficiente fortaleza para negarnos a hacer aquello que no queremos y nos valoraremos con el respeto que nos merecemos.
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Busca ayuda si lo necesitas
Llegados a este punto, seguro que nos surge una pregunta: ¿Cómo podemos tener una buena salud mental? Las opciones a nuestra disposición son diversas y entre las más famosas se encuentran la meditación o el mindfulness.
Este tipo de prácticas pueden ayudarnos a disfrutar de una mayor paz mental. Así, seremos capaces de relativizar los problemas y reducir de esta manera el estrés y la ansiedad.
No obstante, para disfrutar de una buena salud mental, es indispensable que nos pongamos en manos de un profesional. No siempre hay que tener un problema o estar mal para ir al psicólogo. Este nos puede dotar de determinadas herramientas para mejorar en diversos aspectos de nuestra vida.
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