Mascarilla de miel para la piel
Revisado y aprobado por la dietista Renata Sylwia Kosierb Fernández
La mascarilla de miel es una manera de sacar provecho de las valiosas propiedades curativas de la miel. No en balde, los antiguos consideraban a la miel como manjar propio de dioses, pues ya desde la Antigüedad, la miel se utilizaba como alimento. Nuestros ancestros ya eran conscientes de su gran aporte de energía para con nuestro organismo.
Por otro lado, las propiedades curativas de la miel no son menos notables. De ahí que también se la haya utilizado históricamente para tratar quemaduras, así como otros tipos de heridas, según datos avalados por este estudio.
Más recientemente, se la valora también como un recurso natural muy efectivo para cuidar de la piel. Según informaciones de la red de Educación del Consumidor del Gobierno de Aragón y la Comisión Europea, la mascarilla de miel es uno de los mejores ejemplos de la afirmación anterior.
Los resultados de su aplicación sobre el rostro son visibles. Al arrastrar impurezas e, incluso, parte del acné, le devuelve a la piel su aspecto más fresco y saludable.
Propiedades antibacterianas de la miel
Uno de los elementos más importantes de la miel para la eliminación de impurezas es su pH ácido. Debido a ello, las bacterias no pueden crecer y reproducirse en superficies o ambientes donde la miel esté presente.
La miel cuenta, además, con otro compuesto muy estimable para restablecer a la piel su aspecto más saludable. Es el peróxido de hidrógeno que, al entrar en contacto con ciertos fluidos del cuerpo, actúa como agente antibacteriano. Así, cuando se la aplica sobre la piel, la miel limpia los poros. Su consistencia cerosa ayuda a eliminar también la suciedad y la capa de células muertas que la recubre normalmente.
Esta es una forma tan natural como eficaz de cambiar las condiciones de ambientes donde, de normal, crecerían muchos microorganismos. Esos mismos microbios son causa del acné y forman parte del barro e impurezas presentes en la piel habitualmente.
Cómo hacer la mascarilla de miel
Preparar una mascarilla de miel es muy sencillo. Solo has de asegurarte antes de que no eres alérgica a la miel.
- Una vez hecha la comprobación, echa en un plato varias cucharadas de miel.
- Aplícatela sobre el rostro con los dedos.
- Deja que la miel actúe sobre la superficie del rostro entre 10 minutos y 20 minutos.
- Transcurrido ese tiempo, enjuaga o aclara con abundante agua hasta que la hayas retirado completamente.
Al terminar, notarás cómo tu piel luce más radiante y fresca. También estará mejor preparada para hacer frente a las pequeñas infecciones que a menudo están detrás del rubor del rostro.
Este es un magnífico ejemplo de cómo sacar provecho de un alimento que hay en la mayoría de hogares. No olvides que la mascarilla es una de las aplicaciones cosmetológicas que tiene la miel.
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