Logo image
Logo image

La meditación cambia el cuerpo y la mente

4 minutos
Según los datos arrojados por un estudio científico se ha comprobado que la meditación consciente reduce un indicador de inflamación nociva, incluso después de cuatro meses
La meditación cambia el cuerpo y la mente
Escrito por Equipo Editorial
Última actualización: 26 agosto, 2024

La meditación está de moda. En cuanto le cuentas a alguien que tienes un problema, rara es la ocasión en la que no te recomiendan practicarla. No importa si el problema es mental o físico.

A veces, la insistencia de la gente nos lleva a rechazar una idea de plano. Sin embargo, ¿no sería más interesante preguntarse por qué tantas personas coinciden en aconsejarte una misma cosa?

El interés por las culturas orientales ha puesto en primer plano la importancia del poder de las ideas. Y es que ellas son el centro de nuestra existencia. Es cierto que la alimentación y el ejercicio físico facilitan el mejor funcionamiento de nuestro cuerpo.

No obstante, también es verdad que cuando nuestras emociones no están equilibradas, el cerebro segrega sustancias que cambian nuestro cuerpo y nuestra mente.

Así, es posible que aparezcan padecimientos físicos o pensamientos que nos dificulten la vida. En este sentido, la meditación supone una gran ayuda para mantenernos saludables.

Hasta hace poco, la conciencia de esto ha venido acompañada de la experiencia personal. Lo que a uno le pasa. Hoy hemos dado un paso más: un estudio científico ha confirmado los beneficios de realizar esta actividad.

El estudio sobre la meditación descarta el efecto placebo

Some figure
J. David Creswell, director del estudio, profesor adjunto de psicología y director del Laboratorio de Desempeño Humano y Salud en la Universidad Carnegie Mellon (Pittsburgh, Estados Unidos) era muy consciente de las reticencias que el mindfulness suscita.

Una de ellas, consiste en pensar que el bienestar que se siente se debe más a una sugestión de quien lo practica que a efectos reales.

Para evitar esta cuestión, creó dos grupos. En uno se realizaba de verdad la meditación, mientras que, en el otro, se consiguió elaborar un proceso de simulación de la misma.

  • En primer lugar, reunió a 35 hombres y mujeres que presentaban niveles de estrés elevados, debido a que no tenían trabajo.
  • A todos ellos les realizaron analíticas sanguíneas y tomografías cerebrales.

Sin embargo, solo se llevaron a la mitad a un centro de retiro para que aprendiera a meditar conscientemente. Con el resto, se llevó a cabo una falsa, basada en técnicas de relajación y distracción.

El resultado fue llamativo. Todos ellos afirmaron que se sentían más positivos en relación con su situación. Por su parte, las conclusiones de los análisis y las tomografías fueron muy curiosas.

  • Solo había alteraciones en las personas que sí habían meditado. En los demás, todo seguía igual.
  • El equipo explica que se detectaron mayores conexiones cerebrales en las zonas encargadas de la gestión del estrés, de la generación de calma y de la tranquilidad.
  • Además, dichos cambios eran visibles cuatro meses después del retiro, incluso a pesar de que pocos la habían introducido en su rutina posterior.

La meditación bajó los niveles de inflamación

Some figure

Además de lo sucedido en la mente, encontraron que un indicador de inflamación era menor que antes de la investigación. Esto demuestra que las ventajas del mindfulness van más allá de los que podría parecer.

No obstante, el director del equipo advierte de que aún no se puede precisar el alcance exacto de sus beneficios. En cualquier caso, el descubrimiento resulta suficiente como para que se multipliquen los esfuerzos de los científicos en este sentido.

Ya no se trata de las impresiones de los budistas o de consumidores de autoayuda que no saben cómo templarse.

Por el contrario, contamos con pruebas que de que la meditación consciente mejora nuestra calidad de vida. Además, el hecho de que cuatro meses después perduren sus efectos implica que se trata de una actividad que nos ayuda a largo plazo.

Teniendo en cuenta la cantidad de elementos nocivos a los que estamos expuestos sin que podamos hacer nada, parece razonable apostar por esta opción.

Todo ello nos muestra cómo el primer paso para mejorar nuestra salud pasa por escuchar a nuestro cuerpo.

Es muy improbable que los efectos que notes al introducir un hábito nuevo constituyan una mera imaginación. Esta es la razón por la que, desde aquí, queremos agradecer el empeño de muchas personas que han defendido un estilo de vida alternativo. Otra clase de medicina.

Incluso cuando se les ha tratado como «iluminados» y poco cuerdos. Su constancia y la defensa de sus valores se han traducido en un estudio científico que les ha dado la razón y del que todos sacaremos provecho. Una gran lección, ¿no?


Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.


  • Tang, Y. Y., Hölzel, B. K., & Posner, M. I. (2015). The neuroscience of mindfulness meditation. Nature Reviews Neuroscience. https://doi.org/10.1038/nrn3916
  • Brewer, J. A., Worhunsky, P. D., Gray, J. R., Tang, Y.-Y., Weber, J., & Kober, H. (2011). Meditation experience is associated with differences in default mode network activity and connectivity. Proceedings of the National Academy of Sciences. https://doi.org/10.1073/pnas.1112029108
  • Zeidan, F., Gordon, N. S., Merchant, J., & Goolkasian, P. (2010). The Effects of Brief Mindfulness Meditation Training on Experimentally Induced Pain. Journal of Pain. https://doi.org/10.1016/j.jpain.2009.07.015

Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.