Lactancia masculina: todo lo que debes saber
Revisado y aprobado por la enfermera Leidy Mora Molina
Puede resultar extraño, pero la lactancia masculina es posible y está documentada. Esto confirma que a diferencia de los demás mamíferos, es una práctica aprendida aunque hay una condición biológica e instintiva. Por eso, es muy importante la educación, la toma de conciencia y el aprendizaje de la técnica correcta.
Ahora, si bien la lactancia es un comportamiento natural de la mujer, este ha sido tocado en su constitución por la vida moderna. Resulta indeterminable el momento exacto en que dejó de ser intrínseca de la especie para estar signada por la opción entre dar de mamar o usar fórmulas.
Los cambios de roles o la asunción cada vez más activa por parte de la mujer de actividades que parecían estar reservadas solo a los hombres actuaron sobre esta decisión. En el marco de estas profundas transformaciones y giros imprevistos, el tema de la lactancia masculina surge de manera sorpresiva como posibilidad para afrontar la alimentación de los hijos.
Glándulas mamarias en mujeres y hombres
La presencia de glándulas mamarias es propia de los mamíferos. Solo en los ratones no se forman conductos ni pezones. En el resto, aparecen los conductos galactóforos y pezones que se desarrollan de modo distinto según el sexo, cuando se llega a la pubertad.
Se presentan cambios en las mamas antes de nacer, en la pubertad y en la edad fértil. También, durante la menstruación o al llegar la menopausia. Valga saber que ya en el feto ocurre un engrosamiento en el área del pecho que se conoce como «cadena mamaria» o «línea de lactancia».
Al momento del nacimiento están formados los principales conductos galactóforos sin alvéolos, mientras que la glándula mamaria permanece latente hasta la pubertad. Lo interesante es que ambos casos tienen el mismo desarrollo y la misma estructura para los dos sexos.
¿Cómo provocar la lactancia masculina?
Tomar hormonas femeninas o medicamentos que actúan sobre las glándulas mamarias puede activar la lactancia masculina. No obstante, al igual que en el caso de las madres, es la succión frecuente e intensa de un recién nacido lo que puede de manera natural provocar la secreción láctea.
La hipófisis, tanto en el hombre como la mujer, almacena prolactina y oxitocina, sustancias responsables de la producción de leche. En caso de necesidad, por ausencia de la madre o por no poder suplir con alguna fórmula láctea, la historiografía médica documenta casos inusuales y curiosos de lactancia masculina.
Es presumible que al administrar un tratamiento similar al de las madres adoptivas se alcance a estimular la lactancia masculina en un determinado grado. Ello incluiría la estimulación de los senos, el consumo de hormonas, los medicamentos para incitar la producción de leche y un bloqueador hormonal masculino.
¿Cómo estimular las glándulas mamarias?
Un modo de estimular las glándulas mamarias masculinas es con el consumo de progesterona, hormona que libera la mujer cuando está embarazada. Por otro lado, en circunstancias particulares, la hipófisis de los hombres puede generar prolactina, lo que llenaría sus alvéolos rudimentarios de leche pues sus mamas contienen, como las de las mujeres, estos pequeños sacos o cavidades huecas.
La prolactina y en consecuencia la producción de leche puede darse debido a causas patológicas no asociadas a la lactancia. Por ejemplo, como efecto secundario ante el consumo de algunos medicamentos antipsicóticos y antihistamínicos. También por la presencia de un tumor benigno en la glándula pituitaria.
Un trastorno asociado a las mamas masculinas es la ginecomastia, la cual tiene que ver con el aumento o el agrandamiento de los tejidos. Esta se presenta con cierta frecuencia en la pubertad y remite sola.
También puede ser provocada con la exposición a estrógenos y andrógenos. El agrandamiento y el aumento de prolactina por estimulación generaría leche, aunque no en la cantidad que produciría una madre lactante Otra anomalía acontece en el caso de la galactorrea o secreción de leche, la cual está asociada a picos de prolactina, pero no a lactancia.
Lactancia masculina, más que un mito
En qué momento se asumió que la lactancia era solo materna se remonta a un pasado desconocido. Lo cierto es que las mamas masculinas son la evidencia de que alguna vez compartieron la alimentación de las crías. Tanto así que, ante el estímulo adecuado, permitirían lactar.
La vuelta al tema viene acompañado de la necesidad de valorar el hecho de amamantar como una manera de corregir el rumbo de la sobrevivencia de la especie que podría verse amenazada por los ritmos y roles asumidos para afrontar la modernidad. Según los expertos de las Naciones Unidas, no dar el pecho cuenta como una agresión a la humanidad similar al de las guerras mundiales y el deterioro ambiental.
En fin, en el debate sobre la crianza después de un periodo de ciego patriarcalismo se ha aumentado la importancia del hombre en las tareas del hogar y el cuidado de los hijos. Y en esa frontera de la intimidad, la lactancia masculina, que atavismos reducen exclusivamente al ámbito materno, se reconfigura en un significativo cambio de era.
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