Laringectomía: ¿por qué se realiza y que implicaciones tiene?
Revisado y aprobado por la enfermera Leidy Mora Molina
La laringectomía es una intervención quirúrgica en la que se extirpa la laringe por completo. Este tipo de cirugía provoca grandes cambios en quienes son sometidos a ella. Lo más relevante es la pérdida de voz faríngea, las alteraciones en el olfato, los cambios en la respiración y las modificaciones en la apariencia personal.
Quienes se someten a una laringectomía deben tener una traqueostomía de por vida. Esta es una apertura en la tráquea, con un tubo insertado, que facilita el paso del aire hacia los pulmones. Esto implica la necesidad de cuidados permanentes.
Los efectos de la laringectomía son muy diversos e involucran varias limitaciones cotidianas. Este tipo de pacientes deben reeducar su voz y es posible que tengan que lidiar con dificultades para deglutir los alimentos y para hacer esfuerzos.
¿Quiénes deben ser sometidos a una laringectomía?
Dentro de la laringe hay dos vías diferentes: una conduce al estómago (esófago) y otra a los pulmones (laringe y tráquea). La laringe comparte un espacio común con el esófago que se denomina faringe. La laringectomía elimina la laringe y, por lo tanto, corta la conexión entre la boca y los pulmones.
La extirpación de la laringe es una cirugía muy severa que solo se lleva a cabo si no hay más alternativa. ¿Cuándo ocurre esto? En los siguientes casos:
- Hay un trauma grave en la laringe; es decir, un daño considerable ocasionado por una herida de arma de fuego u otro factor por el estilo.
- El paciente tiene cáncer de laringe.
- Hay necrosis por radiación. Esto es: un daño severo en esa zona a causa de la radioterapia.
¿En qué consiste el procedimiento?
Para realizar la laringectomía se requiere de anestesia general. El cirujano hace incisiones en el cuello y, a través de ellas, extrae la laringe. En algunos casos, también puede extirpar parte de la faringe y/o los ganglios linfáticos.
Tras la extracción de la laringe, el médico hará un orificio en la parte frontal de la tráquea. Este se llama «estoma» y tiene un diámetro similar al de una moneda de cinco centavos. Luego, se inserta un tubo o cánula para conectar los pulmones con el exterior.
Al final, se hace una sutura con puntos quirúrgicos. Por lo general, se colocan tubos de drenaje en el cuello para eliminar los líquidos y la sangre de la zona intervenida. Tras concluir, el paciente debe ir a una sala de recuperación.
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En algunas ocasiones, también se hace una punción traqueoesofágica (TEP) durante la laringectomía. Esto es un pequeño orificio en la tráquea y el esófago. Luego, se coloca una válvula para que el agujero permanezca abierto. El objetivo es mantener los alimentos fuera de la tráquea sin bloquear el paso de aire.
Posibles riesgos
Toda cirugía implica riesgos. Entre los más comunes están la hemorragia, la infección, la reacción alérgica a los medicamentos, los problemas respiratorios y los problemas cardiacos. En la laringectomía en particular existen otros riesgos, como los siguientes:
- Hematoma o acumulación de sangre debido a la ruptura de las arterias tiroideas.
- Surgimiento de fístulas. Esto es, conductos o conexiones anormales entre la faringe y la piel.
- Estenosis anastomótica. Se llama así a la condición en la cual la abertura del estoma se vuelve demasiado pequeña.
- Filtración. Se produce entre la prótesis de la traqueostomía y la perforación traqueoesofágica (TEP).
- Daño a la tráquea o al esófago.
- Dificultades para hablar.
- Dificultades para deglutir los alimentos.
¿Qué se debe tener en cuenta antes de una laringectomía?
Antes de la laringectomía se debe realizar una serie de pruebas y de exámenes. Lo habitual es que se soliciten exámenes de sangre y, a veces, estudios de imagenología. El médico también hará un examen físico completo.
El paciente debe consultar con un terapeuta de la deglución y con un logopeda. Esto le permitirá prepararse para los cambios que sobrevendrán después de la cirugía. Asimismo, debe contar con la asesoría de un nutricionista. Si es fumador, debe abandonar el tabaco y recibir apoyo e información para lograrlo.
La persona debe informarle al médico sobre los fármacos que esté usando. Además, debe indicar si consume habitualmente alcohol y, en el caso de las mujeres, si hay embarazo o posibilidades de este.
A todo lo anterior se suman las siguientes indicaciones:
- Debe evitarse cualquier medicamento que dificulte la coagulación de la sangre. Esta medida se tomará desde una semana antes de la cirugía.
- El paciente no debe consumir comidas o bebidas desde 12 horas antes de la intervención quirúrgica.
- Si la persona tiene barba o bigote, debe afeitarse.
- Seguir cualquier otra indicación que señale el médico.
¿Qué aspectos se deben tener en cuenta después de la laringectomía?
Tras la realización de la laringectomía, lo más probable es que el paciente pase varios días en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). Tendrá que alimentarse mediante un tubo que va desde la nariz hasta el estómago. Recibirá oxígeno a través del estoma y analgésicos.
Cuando la condición se estabilice, pasará a una habitación del hospital. Deberá permanecer allí por alrededor de 10 días. Durante ese lapso, se le entrenará para que aprenda a hablar y comer de nuevo. También se le ayudará a que se acostumbre a la nueva forma de respirar.
Tras el paso por el hospital, deberá continuar con el proceso de rehabilitación. Esto incluye los dos aspectos básicos que se señalan a continuación.
Cuidado del estoma
En el estoma hay una abertura por la que pueden ingresar virus y bacterias con el potencial de causar una infección. Por eso, es fundamental aprender a cuidarlo. Los bordes del mismo deben limpiarse con agua, jabón suave y una gasa.
Dentro del estoma, se forman costras y mucosidades. Estas deben retirarse para que el aire fluya de manera correcta hacia los pulmones. A veces basta toser con fuerza para eliminar estas acumulaciones; si no es posible, tendrán que retirarse de forma manual. La persona intervenida debe recibir adiestramiento para ello.
Es importante contar con un humidificador en el hogar, ya que esto previene la formación de costras en el estoma. A veces también se indica el uso de una máscara especial que proporciona aire humidificado; su uso es temporal.
Rehabilitación del habla
La laringectomía hace que cambie el sonido de la voz de forma notoria. El aire ya no circula de la misma manera y esto provoca grandes modificaciones en la manera de emitir los sonidos. Es importante desarrollar nuevas formas de comunicarse, así como aprender de nuevo a hablar.
En principio se puede emplear la comunicación no verbal, a través de gestos o lenguaje de señas. Algunas de las alternativas para la recuperación del habla son las siguientes:
- Habla esofágica. Supone atrapar el aire de la boca en la parte superior del esófago y la garganta. Aunque es difícil de aprender, esta técnica puede producir habla.
- Electrolaringe. Consiste en la adaptación de un dispositivo para producir voz y habla. Sonará de forma robótica, pero es fácil de utilizar y soluciona el problema a corto o largo plazo.
- Discurso TEP. Supone conectar una prótesis de voz a la válvula TEP (la de la punción traqueoesofágica). Esta se ubica sobre el estoma y permite hablar.
Vivir tras una laringectomía
Toda laringectomía implica grandes cambios para la vida. Sin embargo, con las indicaciones del caso y mucha perseverancia se puede lograr un diario vivir casi normal. Es posible volver a respirar, hablar y comer de una manera que no ocasione mayores molestias.
El mayor riesgo es el bloqueo del estoma, ya que esto corta la respiración. Con el adiestramiento adecuado se puede evitar que suceda. Una persona con laringectomía requiere de apoyo psicológico, ya que tendrá que enfrentar muchos cambios psicosociales.
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