Las “emociones” del estómago
Hoy en día, el estómago es considerado como nuestro segundo cerebro. Influye en nuestro estado de ánimo y sistema inmunitario. Encontramos la explicación de esta influencia en el hecho de que, de las millones de neuronas del sistema digestivo, algunas comparten terminaciones nerviosas con el cerebro.
Las emociones, ya sean buenas o malas, repercuten en nuestro estómago debido a que el cerebro, que es el órgano que controla la mente y el sistema digestivo, entre otras muchas funciones, se encuentran íntimamente conectados. Así se detalla en esta publicación de la Escuela de Medicina de Harvard, entre muchas otras que han tratado el tema.
La acción del cerebro en nuestro estómago
El cerebro controla tanto la actividad del estómago como la del intestino a través de un nervio llamado “vago”. Este nervios es el número 10 de los nervios craneales y, entre otras muchas funciones, se encarga de transmitir información relacionada con la actividad sensorial y muscular, así como con las funciones anatómicas.
Por otro lado, las enfermedades del sistema digestivo como pueden ser la gastritis, la acidez gástrica, el dolor abdominal o la colitis se pueden agravar cuando la persona sufre estrés, ansiedad, nerviosismo o cualquier alteración emocional. Hay estudios que han estudiado la conexión entre las emociones y las funciones digestivas.
A pesar de que lo más común es la situación que hemos descrito antes, puede ocurrir lo contrario. Con esto queremos decir que algunas afecciones en el sistema digestivo pueden producir dolor de cabeza u otras afecciones en esta parte del cuerpo.
Hay que tener en cuenta que muchas de las patologías actuales son el reflejo del estado de nuestra salud mental. El estrés es un problema de salud que atañe a casi todas las personas de hoy en día, por lo que se podría decir que es la epidemia del siglo XXI. Cada vez son más los pacientes que llegan a la consulta del médico por problemas digestivos asociados al estrés.
¿Cómo podemos mejorar la relación mente-estómago?
Un ejemplo de cómo el estómago repercute en la mente es cuando tenemos hambre. Muchas personas, cuando se sienten hambrientas, están de mal humor. Sin embargo, ocurre lo contrario cuando tenemos ansiedad, ya que solemos llenar ese vacío con comida.
Para mejorar nuestro estado emocional, tenemos varias opciones, como por ejemplo:
- Hacer terapia con un psicólogo.
- Aumentar las horas de descanso: los expertos recomiendan dormir entre 7 y 9 horas diarias.
- Evitar en lo posible situaciones que nos causen ansiedad o nerviosismo.
- Leer libros de autoayuda.
- Practicar reiki, yoga o meditación ha sido comprobado como práctica positiva para la salud mental.
- Acudir a sesiones de masajes relajantes.
Remedios naturales
En cuanto a la salud digestiva, tenemos más alternativas. Por suerte, podemos recurrir a diversos remedios naturales para conseguir ese equilibrio cerebro-estómago. Te contamos cómo algunas plantas nos pueden ayudar:
- Hinojo: se pueden masticar las semillas o hacer una infusión. El hinojo alivia los cólicos, espasmos intestinales y gases. Se han confirmado sus efectos en pacientes con colon irritable.
- Menta: la infusión de menta alivia la indigestión, las flatulencias, los cólicos, náuseas y vómitos. Además, claro, es muy útil para combatir el mal aliento.
- Manzanilla: es una flor que, preparada en infusión, ayuda a calmar las molestias estomacales, los espasmos gastrointestinales y la gastritis.
- Ulmaria: según las creencias populares, además de ser antiácido también alivia otros síntomas como los gases, el reflujo, las úlceras pépticas, la gastritis y la diarrea. No obstante, apenas se han comprobado efectos beneficiosos en riñones e hígados de animales.
- Melissa: también siguiendo la medicina tradicional, esta hierba poseería efectos calmantes para el estómago. En teoría, ayuda a aliviar cólicos, espasmos estomacales, gases y todo tipo de problemas digestivos relacionados con el estrés.
- Regaliz: las creencias populares indican que si preparas una infusión con partes iguales de regaliz, ulmaria y manzanilla, podrás aliviar la indigestión, la gastritis, la acidez y el estreñimiento.
- Jengibre: ciertos estudios confirman sus propiedades antinflamatorias, pero es importante aclarar que se trata de experimentos in vitro, por lo que sus resultados no son excluyentes.
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- The gut-brain connection. Harvard Medical School. https://www.health.harvard.edu/diseases-and-conditions/the-gut-brain-connection
- Aldrete Rodriguez, M., Navarro Meza, C., González Baltasa, R., León Cortés, S. V., & Hidalgo Santacruz, G. (2017). Estrés Y Salud En Personal De Stress and Health in Nurses of Enfermería De Una Unidad De a Tertiary Level Care Unit. Revista Cubana de Salud y Trabajo.
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