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Las personas rencorosas no perdonan ni olvidan

4 minutos
El rencor cumple una función en nuestras vidas, pero puede convertirse en un problema a la hora de relacionarnos con los demás.
Las personas rencorosas no perdonan ni olvidan
Sara Ramo González

Revisado y aprobado por la psicóloga Sara Ramo González

Última actualización: 09 julio, 2023

El rencor es un sentimiento negativo muy común. Aparece cuando no somos capaces de superar los conflictos personales y mantenemos una actitud defensiva aunque se trate de hechos del pasado. De hecho, no solo lo experimentan quienes no saben perdonar sino también quienes han sido abandonados, heridos o traicionados.

Las personas rencorosas en exceso pueden tener problemas para relacionarse con los demás. De la misma forma, suelen acabar siendo infelices, dado que viven constantemente en el pasado y no pueden avanzar, ya que el rencor es un estado muy angustiante que suele volverse crónico. 

Es importante entender que este sentimiento tiene una serie de funciones que es importante conocer. No se trata solo de una emoción negativa (y en ocasiones autodestructiva), ya que también cumple un rol fundamental en el proceso adaptativo y como mecanismo de defensa. A continuación, te contamos un poco sobre ello.

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El valor adaptativo del rencor

El rencor es un sentimiento que se asocia con la memoria. Las redes de memoria que configuran la experiencia vital almacenan todo aquello que puede ser útil en un momento dado. Tanto la información positiva como la negativa.

En general, y por supervivencia, la información de tipo negativo o que supone una amenaza se guarda de forma especial en el cerebro. El objetivo de este mecanismo es favorecer que la persona no vuelva a exponerse al daño recibido.

Los humanos, como cualquier animal, evolucionan a partir de la adaptación al entorno. Y esto sucede gracias a que los recuerdos advierten de qué estímulos, ya sean personas u objetos, del entorno son convenientes y cuáles no. En el caso del rencor, hablaríamos de una información de tipo negativo.

El rencor como mecanismo de defensa

Las personas rencorosas guardan algunas informaciones y acontecimientos etiquetándolos como negativos de tal manera que es difícil que más adelante puedan modificarse. La intención es protegerse, lo que ocurre es que puede generarles un problema a la hora de establecer nuevas relaciones o reparar antiguos rencores.

A nivel general, todos empleamos esquemas cognitivos que nos ayudan y guían en diferentes situaciones, ya que nos ofrecen información sobre la experiencia almacenada o las opciones que tenemos. Lo ideal es que estos esquemas sean flexibles y se nutran continuamente, pero no siempre es así.

En el caso de las personas rencorosas, puede ser que como mecanismo de defensa activado por experiencias desagradables con otras personas, sus esquemas cognitivos sean más rígidos. Esto implica que esta clase de gente no cambiará fácilmente de parecer.

Sin embargo, esto es un hábito muy negativo. Vivir constantemente odiando a otra persona es agotador y puede minar la energía y la autoestima de cualquiera. El rencor hiere más de lo que se cree.

Por ello, es importante tratar de buscar una salida para ese sentimiento, ya que a largo plazo podría ocasionar graves problemas. Por ejemplo, es posible recordar una experiencia negativa para no repetirla sin connotaciones tan dañinas de por medio.

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¿Las personas rencorosas pueden cambiar?

Aunque no se pueda plantear un método preestablecido, sí se pueden ofrecer consejos para las personas rencorosas que quieran realizar cambios en su forma de ser.

Por ejemplo, es recomendable focalizarse en el momento actual. El pasado ya no existe y mientras uno se recrea en él, puede que se esté perdiendo cosas interesantes del “ahora”. Hay que tratar de disfrutar de lo que se haga en cada momento y practicar, por ejemplo, actividades como el mindfulness.

De la misma forma, la comunicación también es importante. Si algo nos ha herido o hecho daño, lo mejor es hablar con la persona o personas implicadas. Así, nos sentiremos mejor y no nos guardaremos nada. Intentar ser asertivo y positivo al respecto y mantener la mente abierta a las posibles explicaciones es de gran ayuda.

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Busca ayuda si no necesitas

Si, a pesar de estos consejos, es imposible dejar de ser rencoroso, es fundamental acudir a terapia. Con ayuda de un buen psicólogo, será más fácil exteriorizar y tratar los problemas no resueltos y la calidad de vida volverá a ser la que era antes con el paso del tiempo.

El rencor no solo daña a quien lo experimenta, sino también a los que están a su alrededor. Muchos de ellos no tienen la culpa de las malas experiencias pasadas y no es justo que paguen por estas. Hay que dar oportunidades a los demás, pero sobre todo, a uno mismo. ¡El presente es demasiado interesante como para perder el tiempo con el ayer!


Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.


  • Maganto, Carmen ; Garaigordobil, M. (2010). Evolucion del Perdon:diferencias generacionales y diferencias de sexo. Revista Latinoamericana de Psicología.
  • Ramírez Patiño, M. (2016). Sobre el resentimiento y el perdón: una réplica a Ricardo Gibu. Open Insight. https://doi.org/10.23924/oi.v7n12a2016.pp33-51.177
  • Kancyper, L. (2000). La memoria del rencor y la memoria del dolor. Revista Asociación Escuela Argentina de Psicoterapia Para Graduados.

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