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20 lecciones de vida que debes aprender

14 minutos
Recopilamos las mejores lecciones de vida que puedes usar para orientar tus pensamientos y acciones. Reflexiona sobre sus ideas y úsalas como filosofía de vida si te agradan.
20 lecciones de vida que debes aprender
Elena Sanz

Revisado y aprobado por la psicóloga Elena Sanz

Última actualización: 09 julio, 2023

La vida es en sí misma una montaña rusa. Para enfrentarla es muy útil una serie de herramientas, entre las cuales destacan las habilidades, la experiencia y por supuesto el conocimiento. Si estás en un momento crítico de ella, hemos preparado una lista de 2o lecciones de vida que debes aprender.

Algunas de nuestra lecciones son un poco obvias, otras te enseñan una perspectiva diferente de la vida. Lo que sí es cierto es que todas te ayudarán a asimilar y hacer frente a los momentos con mejores resultados. Mientras más pronto puedas aplicar estas lecciones de vida que debes aprender, más pronto empezarás a interpretarla de una forma que asegurará tu bienestar.

Las mejores lecciones de vida que debes aprender

A veces creemos que sabemos todo sobre la vida y nos cerramos a que alguien más nos dé consejos sobre ella. A lo largo de tu vida habrás rechazado cientos y cientos de ellos, la mayoría de personas mayores que aprendieron la lección demasiado tarde.

Siempre es un buen momento para aprender las mejores lecciones de vida, en especial cuando estás atravesando un momento de crisis del cual crees que no saldrás. Veamos algunas reflexiones que puedes hacer para conducir tu vida por el sendero de mayor virtud.

1. No le encuentres un sentido a la vida, encuéntrale un propósito

A menudo se nos dice que debemos encontrarle un sentido a nuestra vida para poder disfrutarla plenamente y evitar navegar a la deriva. Grave error. No le debes encontrar un sentido a la vida, le debes encontrar un propósito. Es este el que te permitirá fijar metas, alcanzar objetivos y rodearte de lo que te proporciona bienestar.

Por supuesto, debe ser un propósito propio. No imites el de los demás, y asegúrate de que este esté en orden de lo que hoy te causa mayor placer. Por ejemplo, puedes fijarte como propósito de vida ayudar a los más necesitados, recorrer el mundo viajando, hacer mucho dinero o proteger a los animales. Una vez lo has establecido, puedes planificar las acciones que te llevarán a cumplirlo.

2. La felicidad es algo que construyes, no algo que se te da

Tomemos el mismo ejemplo anterior para seguir con nuestras mejores lecciones de vida. Muchas personas fijan como propósito de esta ser feliz. Sin embargo, no por determinarlo empezarás a ser feliz de inmediato. La felicidad no es algo que mereces o se te da, es algo que construyes sobre la base del esfuerzo.

La felicidad no es una utopía, pero es algo que solo puedes obtener cuando empiezas a construirla. No existe solo un tipo de felicidad, de manera que aquellas cosas que hacen felices a los demás no tiene por qué causar el mismo impacto en ti. En el camino, las siguientes reflexiones sobre la felicidad pueden serte de gran ayuda.

3. Tu esfuerzo a veces no se verá retribuido

Ya hemos establecido que tener un propósito y trabajar en tu felicidad son una de las grandes lecciones de vida que puedes aprender. A estas debes sumar una más: no todo esfuerzo que hagas se verá retribuido. Puede que esto contradiga lo que ya te hemos dicho, pero en realidad lo que hace es suministrarte una dosis de realidad.

Sí, puedes establecer un propósito, y puede que este al alcanzarlo te haga feliz, pero no existe una garantía de que lo vayas a alcanzar. Por supuesto que el trabajo duro es el mejor camino para hacer realidad tus deseos, no te decimos lo contrario.

Solo que debes estar consciente de que a veces, solo a veces, no podrás materializarlos por mucho que te esfuerces. El exceso de anhelo, de confianza e incluso la mala suerte pueden jugar en tu contra. Saber esto te permitirá levantarte más rápido y fijar otro objetivo para perseguir.

4. De cada desgracia puedes aprender

Por supuesto, esto no es algo que verás en su momento. Cuando estás en medio de una desgracia solo ves su lado negativo, aunque no debes dejar pasar mucho tiempo antes de que empieces a reflexionar al respecto. Un despido en el trabajo, una decepción amorosa, la pérdida de un ser querido y demás pueden darte muchas lecciones importantes de vida si estás dispuesto a verlas.

A su vez, la mayoría de ellas te enseñan sobre ti mismo. Te enseñan cuán fuerte eres, cuáles son tus habilidades y competencias para resolver problemas. En perspectiva, más adelante, descubrirás que has aprendido más de tus desgracias que de tus logros. Te dejamos con algunas habilidades que pueden ser útiles en la vida.

5. Tus objetivos deben ser flexibles

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Con el objetivo de evitar frustraciones innecesarias, es importante comprender que no todo va a salir como queremos. Aceptar lo inesperado es parte de la vida.

Constantemente estamos presionados por el sistema para alcanzar ciertos objetivos a cierta edad. Una titulación universitaria, una familia, un hijo, un coche o un apartamento. La rigidez de tus objetivos solo puede tener un desenlace fatal: decepción y frustración cuando llegue el momento y no hayas alcanzado aquello que esperabas a determinada edad.

Es por esto que lo mejor que puedes hacer es establecer objetivos flexibles. Sé generoso contigo mismo y gradúa tus metas de vida de acuerdo con tus capacidades. Establece objetivos realistas; así como un plan de aquello que quieres alcanzar a corto y largo plazo. No temas en reajustarlos si crees que se te salen de las manos o simplemente cambias de parecer en el camino.

6. No siempre tu amor se corresponderá

Otra de las mejores lecciones de vida, una que es ignorada por miles de millones de personas. No, el que ames a alguien no implica que este corresponderá tu amor. Esto no tiene por qué traducirse en tristeza, desilusión, amargura o soledad. Al contrario, debes asimilarlo con respeto y con mucha madurez.

El amor, junto con el trabajo, son dos de las experiencias de vida más importantes de una persona. Es natural que quieras encontrar a alguien que te ame, que te aprecie, te valore y con quien quieras construir una vida. Pero esto no implica perder el control de tu vida cuando te rechacen o cuando quien esté junto ti decida terminar la relación.

7. Tu salud emocional es tan importante como la física

Por fortuna, esta es una de las lecciones de vida que poco a poco se ha asimilado con mayor receptividad. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), unos 280 millones de persona padecen de depresión (el 5 % de los adultos). Es la enfermedad más común relacionada con la salud emocional.

No es la única, por supuesto, otras como la ansiedad, los trastornos de pánico, las fobias, el trastorno bipolar, los trastornos de la personalidad y demás son cada vez más comunes. Así como cuidas el cuerpo con alimentación y ejercicio, también debes cuidar tu mente para alcanzar un verdadero bienestar.

8. Lo que importan son las acciones, no las palabras

Aunque la experiencia nos dicta lo contrario, somos una sociedad que le da un mayor valor a las palabras que a las acciones. Curiosamente, lo que debemos hacer es justo lo contrario: primar lo que se hace por encima de lo que se dice. Esto aplica tanto para tu propio comportamiento como para la forma en que interpretas el de los demás.

Por dar el ejemplo más común, hoy en día está generalizado decir te amo sin que la palabra se corresponda con lo que se siente o lo que se hace. Las palabras son vacías en sí mismas, y no tienen algún tipo de importancia si no se relacionan con la realidad. No basta decir te amo, hay que demostrarlo. Aprende a juzgar esto último antes que otra cosa.

9. A veces el éxito requiere arriesgarse

Piensa en algo: la vida es la suma de las decisiones que has tomado. Entonces, tu futuro es la suma de las decisiones que tomarás. Muchas veces el éxito está en las decisiones, en especial en aquellas que debes elegir de manera imprevista y rápidamente.

Para muchos esto es suerte, para otros no es más que casualidad. Lo cierto es que la vida dejaría de ser vida sin algo de riesgo. No hablamos solo desde el punto de vista monetario, sino de cualquier acción que tenga como consecuencia alcanzar algo que deseabas. Por ejemplo, en el amor: a veces arriesgándote es que logras que esa persona que te gusta se fije en ti.

10. Nunca estará completa tu educación

Es un gran error creer que tu educación termina el día que saliste del instituto o el día que egresaste de la universidad. La educación es una etapa continua, una que solo termina el día en que mueres. Aprender constantemente debe ser entonces una filosofía de vida, una que te ayuda tanto profesional como laboralmente.

Aunque la educación autodidacta es bienvenida, recuerda que un buen maestro es irremplazable. No te cierres entonces a los consejos y a las orientaciones de los demás, no creas tampoco que la edad es un limitante. Por ejemplo, mantén una actitud abierta a reflexionar sobre estas lecciones importantes de vida; aun cuando inicialmente no compartas algunas de ellas.

11. Una actitud puede determinar una victoria

Esto es algo que has escuchado muchas veces, y de seguro has ignorado otras tantas. Por supuesto que tus habilidades y destrezas determinan en gran medida tu victoria, pero estas no sirven de nada si las acompañas de una mala actitud.

Por el contrario, la confianza, la determinación y la perseverancia pueden ayudarte a equilibrar la balanza cuando partas con desventajas. Además, es aquello que te impulsará a intentarlo de nuevo en caso de no alcanzar la victoria. Mantén siempre una buena actitud en las cosas que haces, incluso cuando estas no sean tan importantes.

12. Sabes quiénes son tus amigos en los momentos difíciles

Es muy fácil ser un amigo en los momentos de bonanza, de salud y de estabilidad. Es más difícil en las épocas de crisis, de enfermedad y de desamparo. Sin embargo, un verdadero amigo es aquel que permanece junto a ti en las buenas y en las malas. Es aquel que te muestra apoyo incondicional sin importar qué tan mal la estés pasando.

Debido a esta premisa solo conocerás quiénes son tus verdaderos amigos en estos momentos. Si llevas años de una racha ganadora ten presente esto, ya que a quienes consideras hoy un amigo fraternal mañana puede abandonarte en medio del camino. Esto no es para nada una actitud pesimista. Saberlo te ahorrará tragos amargos y desilusión.

13. El dinero no siempre te da felicidad

Atención con las palabras que hemos elegido: no siempre te da la felicidad. Por supuesto que el dinero puede darte la felicidad. Con él puedes disfrutar de una estabilidad, costear cualquier problema de salud y adquirir bienes y servicios que relacionas con la felicidad.

Sin embargo, es un error pensar que siempre serás feliz con él. Podrás tener todo el dinero del mundo y aún sentirte vacío. Esto es algo que debes tener en cuenta en caso de que tu propósito de vida sea amasar una gran fortuna. De acuerdo con algunos estudios, las personas con mayor dinero disfrutan menos de los momentos felices. La ecuación de dinero igual a felicidad no siempre se cumple.

14. Perdonar no implica guardar resentimiento

¿Cuántas veces has perdonado a alguien pero aun así guardado resentimiento hacia esa persona? Te recordamos una de las lecciones de vida que ya te presentamos: las acciones priman por sobre las palabras. Etimológicamente, perdonar se compone de los étimos latinos per (‘completamente’) y donare (‘obsequiar’). Se traduce literalmente como olvidar una falta o librar una deuda.

En definitiva, consiste en olvidar por completo una acción; dejarla en el pasado. Si constantemente la estás recordando, no has perdonado en absoluto. Si manifiestas esto verbalmente o a través de acciones, tampoco. Perdonar es uno de los actos más difíciles que puede hacer un ser humano, así que procura no regalar perdones a diestra y siniestra si no lo sientes.

15. No eres responsable de lo que hacen o dicen los demás

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Es importante sentirnos bien con nosotros mismos sin preocuparnos en exceso por lo que hacen los demás. Cada realidad es individual y todos tenemos que aprender a manejarla.

Otra premisa básica para vivir es asimilar que no eres responsable de lo que hacen o dicen los demás. Esto parece muy evidente, pero en la práctica en ciertas ocasiones asumimos los actos de los demás como propios. De hecho, sentir vergüenza ajena es una de las tantas formas en que lo hacemos.

Podemos llegar a disculparnos en nombre de los demás, e incluso asumir sus consecuencias. Un adulto es responsable de lo que dice y lo que hace, de manera que no tienes por qué arrebatarle esta responsabilidad. Con el tiempo aprenderás que hacerlo es una de las causas más frecuentes de tensión y estrés.

16. La ética y la moral van mucho más allá de la religión

Muchas personas creen que la ética y la moral son preceptos que solo desarrollan quienes creen en una religión. Más temprano que tarde descubrirás que esto no es así. Conocerás a personas devotas en tu vida que se comportarán ética y moralmente reprobables. De igual modo, estrecharás la mano de no creyentes con una virtud inmejorable.

Otra forma de asimilar esta lección es que nunca debes tener prejuicios hacia las personas. Sí, esto es algo que se nos dice desde que somos pequeños; pero en realidad sobran los momentos en que nos entregamos al prejuicio. Juzga siempre por las acciones de esa persona, que esta sea su tarjeta de presentación en todo momento.

17. Es imposible escapar de lo imprevisible

No importa qué tan metódico seas planificando tu vida, o qué tan bien creas que tienes controlada una situación, lo imprevisible está a la orden del día. Todos conocen la famosa sentencia que abandera la ley de Murphy: si algo malo puede pasar, pasará.

Saber esto es muy importante, ya que te prepara de antemano a la acción. También evita que bajes la guardia, o que des por sentado algo en tu vida. Por ejemplo, el que hayas alcanzado la felicidad a través del esfuerzo no implica que su disfrute sea eterno. Puede desvanecerse tan pronto como llegó, ya que no puedes prever por completo el curso de la vida.

18. Asegúrate de vivir tu vida

Una de las lecciones más importantes de vida es que tienes que vivir tu vida al margen de la de los demás. Siempre nos inspiramos en alguien para vivir, o siempre terminamos imitando en mayor o menor medida a los demás. Esto es algo normal, e incluso saludable para sumar aprendizajes, experiencias de vida y perspectivas diferentes.

Pero lo que no puedes tolerar es que tu modo de pensar, de interpretar la vida, esté condicionado al 100 % por alguien más. Es decir, que termines cediendo tus decisiones, tu autonomía, tu personalidad y tus objetivos y los reemplaces por los de otra persona. Solo tienes una vida, de manera que debes hacer en ella aquello que te haga feliz a ti. Olvídate en el proceso de los demás.

19. No necesitas a alguien más para estar completo

Esta es nuestra segunda de las lecciones de amor para la vida que te será de gran utilidad. Ya has aprendido que tu amor no siempre se corresponderá, ahora debes aprender que no necesitas a alguien para sentirte completo. Ideas como que todos tenemos una media naranja o un alma gemela nos han acompañado desde los griegos, y por desgracia han hecho más daño que bien.

Debes asimilar que no estás incompleto, y que si alguien ha decidido acompañarte como pareja no lo hace para llenar algo que antes estaba vacío. Si piensas de esta manera en caso de una ruptura, te inundará la sensación de que has perdido una parte que ti y que solo estarás completo si lo recuperas. Al no hacerlo, tu vida entra en un espiral de frustraciones y desilusiones.

20. Disfruta de lo que tienes para disfrutar de lo que obtendrás

Finalizamos nuestra selección de lecciones de vida con esta que te servirá de cara a los logros que coseches en el futuro: aprecia lo que has alcanzado hoy, así podrás apreciar también todo lo que obtengas de ahora en adelante. A veces nos concentramos tanto en lo que no tenemos que olvidamos dar valor a lo que ya hemos logrado.

¿Adivina qué? Cuando obtengas aquello que hoy anhelas, y mantienes esta actitud, tarde o temprano también lo desvalorarás por desear otra cosa. En definitiva, debes aprender a atesorar todo lo que hoy forma parte de tu vida; desde cosas materiales hasta personas. Puede que un día no te acompañen, y por supuesto no quieres arrepentirte de no darle en su momento suficiente atención.

Estés o no de acuerdo con las ideas presentadas, convendrás en que al menos ameritan una reflexión de tu parte. No temas en cambiar de opinión hacia algo, solo los tontos se aferran al dogmatismo. Si una filosofía de vida te hace el día a día más llevadero, ¿por qué no intentarla entonces?


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  • Quoidbach, J., Dunn, E. W., Petrides, K. V., & Mikolajczak, M. Money giveth, money taketh away: The dual effect of wealth on happiness. Psychological science. 2010; 21(6): 759-763.

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