La lesión que llevó a Roger Federer al retiro

Revisado y aprobado por el médico Leonardo Biolatto

Escrito por Fernando Clementin

Última actualización: 06 julio, 2023

Quien es para muchos el mejor jugador de tenis de toda la historia ha dejado la actividad profesional en una emotiva despedida. Además de sus 41 años, hay una lesión que prácticamente ha obligado a Roger Federer a concretar su retiro del deporte que practicó toda la vida.

Desde hace 2 años, el suizo apenas había podido jugar poco más de una decena de partidos en el circuito. Precisamente, fueron 14 duelos. Las lesiones que durante tantos años pudo evitar con base en su profesionalismo, le comenzaron a pasar factura.

La rodilla, el punto débil de las lesiones de Roger Federer

A lo largo de su destacada carrera como profesional, Roger Federer disputó nada menos que 1526 partidos. Fue número 1 del ranking de la ATP (Asociación de Tenistas Profesionales) por 310 semanas y ganó la impactante cantidad de 20 torneos de Grand Slam. También fue campeón olímpico de dobles y campeón de Copa Davis con su país en 2014.

Sin embargo, hubo un duelo que no lo tuvo como vencedor y fue con su propia rodilla derecha. En 2020, Federer anunció que aprovecharía la detención deportiva para realizarse una artroscopia. Sentía molestias y dolores en esa zona, confesó. Primera señal de alarma.

Una artroscopia es un proceso quirúrgico en el cual se hacen pequeñas incisiones en la rodilla para introducir pinzas y una cámara. Esta técnica permite incluso tratar dolencias, reparar ligamentos y tendones, resolver artritis de origen infeccioso o hasta fracturas óseas y quistes.

El problema de Federer en su rodilla derecha tenía que ver con la acumulación de líquido. Esto puede producir hinchazón en la zona, síntoma que se acompaña de rigidez y dolor.

Una de las posibles causas es el sobreuso, algo que parece probable tras tantos años de carrera de Federer. Otros desencadenantes son los traumatismos y las lesiones subyacentes.

Otras lesiones en la carrera de Roger Federer

Aparte de esta última, el suizo padeció algunas pocas lesiones y patologías que lo alejaron del circuito tenístico. Las que se podrían considerar como más graves no son más de 5.

Por ejemplo, en 2008 tuvo mononucleosis. Esta es una enfermedad que produce un cuadro muy parecido al de la gripe, con fiebre, fatiga y malestar. El suizo estuvo 2 meses sin competir.

En 2014, en tanto, una lesión en la espalda le impidió presentarse a jugar la final del Masters de Londres ante Novak Djokovic, uno de los grandes rivales que ha tenido dentro de la pista.

Dos años más tarde, en 2016, aparecería la primera lesión de rodilla. Fue en los meniscos de su pierna izquierda, lo que lo llevó a pasar por el quirófano por primera vez. Pudo volver 3 meses más tarde, en Wimbledon, pero el esfuerzo le valió una recaída y quedó inactivo hasta el año siguiente.

En la articulación de las rodillas hay dos cartílagos en forma de C, que son los meniscos. Su función es amortiguar la unión entre la tibia y el fémur, de modo que permiten el movimiento de la rodilla y le dan estabilidad. Cuando estos se rompen, se produce rigidez y dolor en la zona.

Roger Federer y un retiro a lo grande

Lamentablemente, el tiempo pasa también para los grandes deportistas de la historia. Tarde o temprano, el desarrollo natural de su cuerpo y la competencia con atletas mucho más jóvenes termina por forzarlos en demasía. En los tenistas, las rodillas, las muñecas y la espalda suelen sufrir.

Trabajé duro para volver a mi mejor forma, pero también conozco las capacidades y los límites de mi cuerpo y su mensaje hacía mí ha sido claro.
Roger Federer, al anunciar su retiro del tenis profesional.

De todos modos, Roger Federer siempre será recordado por todo lo que dejó adentro de las pistas, tanto a nivel deportivo como personal. Fueron 24 años maravillosos que ahora deberán encontrar otro camino —ligado al tenis o no— para seguir.