Leucorrea fisiológica, ¿en qué consiste?

La leucorrea fisiológica puede empeorar con el uso de tampones o con una higiene excesiva de la zona. ¿Cómo reducirla? ¿Cuándo preocuparse? ¡Descúbrelo!
Leucorrea fisiológica, ¿en qué consiste?
Leonardo Biolatto

Revisado y aprobado por el médico Leonardo Biolatto.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 18 marzo, 2021

La leucorrea fisiológica es una situación muy frecuente en la mujer. Consiste básicamente en el incremento del flujo vaginal. Sin embargo, aunque puede resultar muy incómodo, no suele estar causado por ningún problema de salud.

Es conveniente distinguir la leucorrea fisiológica de una patológica, ya que en algunas ocasiones sí que se puede deber a una infección o a algún objeto dentro de la vagina. Normalmente, la leucorrea fisiológica se da justo antes de la menstruación.

La cantidad de flujo puede llegar a ser muy abundante. En algunos casos, la vulva puede irritarse o la mujer puede llegar a sentirse avergonzada o molesta. Por ello, en este artículo te explicamos en qué consiste la leucorrea fisiológica y qué hacer frente a ella.

¿Qué es el flujo vaginal?

Leucorrea fisiológica
En condiciones normales, el flujo vaginal tiene un color blanquecino o transparente; sin embargo, cuando hay infecciones, su color y olor varían.

El flujo vaginal es un líquido que se segrega en el aparato reproductor femenino, especialmente en las paredes de la vagina. Sus funciones son muy diversas, como actuar de lubricante para hacer posible el acto sexual y el embarazo.

El flujo varía continuamente durante el ciclo menstrual en función de la actividad hormonal. En condiciones normales es transparente o blanquecino. No obstante, hay ocasiones en las que estas secreciones pueden variar mucho.

Cuando el flujo vaginal cambia de color (volviéndose amarillento o ligeramente verde), olor o consistencia, puede deberse a algún problema, como una infección. Lo mismo ocurre cuando aumenta o disminuye demasiado su cantidad.

Por ello, es necesario prestarle atención al flujo y a sus características. Cualquier cambio puede ser signo de una infección e, incluso, puede tratarse de una enfermedad de transmisión sexual. Ante cualquier duda debes consultar al ginecólogo.

¿En qué consiste la leucorrea fisiológica?

El término leucorrea hace referencia a un aumento de la cantidad de flujo vaginal secretado. Como hemos mencionado antes, esto puede deberse a una infección o algún problema de salud. Sin embargo, también puede ser simplemente una condición normal.

La leucorrea fisiológica es, por tanto, un aumento del flujo vaginal que no se debe a ninguna patología ni a ningún problema de salud. En este caso, el flujo suele ser transparente o ligeramente blanco. Además, el olor suele ser normal.

El problema es que la leucorrea fisiológica puede preocupar a la mujer. Incluso, puede resultar muy incómoda debido a su abundancia o porque, en algunos casos, irrita la vulva.

No se sabe muy bien cuál es la causa de esta situación. Se piensa que los cambios hormonales durante el ciclo menstrual son los principales causantes de que el flujo aumente tanto de cantidad.

Por otra parte, se ha relacionado con el estrés o con el exceso de higiene en la zona. También con la excitación sexual y el embarazo. Pero lo cierto es que puede producirse hasta en bebés o niñas.

¿Qué se puede hacer frente a la leucorrea fisiológica?

Limpieza íntima
Mantener una adecuada higiene íntima ayudará a reducir las incomodidades causadas por la leucorrea fisiológica.

Lo principal es que acudas a tu médico de cabecera o a tu ginecólogo. Ante una leucorrea, es necesario descartar que la causa sea una infección o la presencia de un cuerpo extraño en tu vagina.

Para ello, el médico tomará una muestra de tu flujo vagina. Es una prueba sencilla e indolora; no debes sentir vergüenza ni miedo a la hora de acudir al ginecólogo. Una vez tomada la muestra, se manda a un laboratorio.

Allí, realizarán un cultivo para descartar que existan bacterias patológicas en tu vagina. Esta prueba puede dar falsos negativos, pero es fácil de repetir y, además, se suelen tener en cuenta otros síntomas. Si no hay mal olor ni otras molestias suele tratarse de leucorrea fisiológica.

Una vez que haya quedado claro que es una leucorrea fisiológica y que no hay ninguna enfermedad, hay una serie de medidas sencillas que puedes seguir para reducir tu incomodidad:

  • Trata de mantener una higiene adecuada. Esto no quiere decir que deba ser excesiva, al contrario. Es preferible que laves tu zona íntima solo con agua.
  • Además, debes secar bien la zona. Ten cuidado, hay que hacerlo con suavidad para no aumentar la irritación.
  • Utiliza ropa interior de algodón y que no sea demasiado apretada.
  • Si tienes la menstruación, elige bien la protección que utilizas. El uso de tampones puede favorecer una infección, y los salvaslips pueden irritar la zona.

Cuándo acudir al médico

La leucorrea fisiológica se refiere a un aumento de flujo vaginal sin una causa patológica. Si notas cambios en tu flujo, lo ideal es que acudas al médico cuanto antes para descartar cualquier posible enfermedad y para instaurar las medidas necesarias.


Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.


  • Instituto Superior de Ciencias Médicas (Villa Clara, C., & Pestana Pérez, N. (1997). Revista Medicentro electrónica. Medicentro Electrónica (Vol. 21). Instituto Superior de Ciencias Médicas de VC. Retrieved from http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1029-30432017000200007
  • Spence D, Melville C. Vaginal discharge. BMJ. 2007;335(7630):1147–1151. doi:10.1136/bmj.39378.633287.80
  • López–Olmos, J. (2012). Leucorreas líquidas y cremosas: diferencias clínicas y microbiológicas (estudio prospectivo de 1 año). Clínica e Investigación En Ginecología y Obstetricia, 39(2), 57–63. https://doi.org/10.1016/j.gine.2011.11.005
  • McCathie, R. (2006). Vaginal discharge: common causes and management. Current Obstetrics and Gynaecology16(4), 211–217. https://doi.org/10.1016/j.curobgyn.2006.05.004

Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.