¿Es correcto desobedecer leyes injustas? Esto pensaba Martin Luther King

¿Te has encontrado alguna vez ante una situación que consideras injusta, aunque es legal? ¿Cómo te has sentido? Sigue leyendo y conoce lo que pensaba Martin Luther King, al respecto.
¿Es correcto desobedecer leyes injustas? Esto pensaba Martin Luther King

Última actualización: 08 octubre, 2023

Martin Luther King, en una carta abierta que escribió mientras estuvo recluido en la prisión de Birmingham (Alabama, Estados Unidos), aseguraba ser un ciudadano correcto y respetuoso. Sin embargo, también planteó dudas acerca de si es correcto obedecer leyes que se consideren injustas.

A continuación, conoceremos un poco más sobre las ideas contenidas en la Carta de Birmingham. Y discutiremos si es válido o no, rebelarse cuando la legislación parece contrariar principios fundamentales como la libertad, la igualdad y la justicia. ¿Qué piensas tú al respecto?

Martin Luther King: carta desde la prisión

Se dice que Martin Luther King estuvo detenido o encarcelado casi 30 veces, por diversas acusaciones de desobediencia civil y por otros cargos, fundamentados en falsos testimonios o interpretaciones caprichosas de las leyes. Sin embargo, nunca perdió la motivación ni cesó en su lucha, por esa o por cualquier otra circunstancia.

Ahora bien, el 16 de abril 1963, estando en una prisión de Alabama (Estados Unidos), Martin Luther King redacta una misiva desde la cárcel llamada Carta de Birmingham, por el nombre de la localidad donde se encontraba ubicado el recinto penitenciario. Se le acusaba, una vez más, de alterar el orden público, después de una protesta en contra de la discriminación racial.

Este documento surgió en respuesta a una declaración de algunos miembros del clero, en la que estos admitían que, si bien había injusticias sociales, se debía llevar la lucha contra la segregación en una corte, pero no salir a las calles a protestar.



¿Qué expresaba Martin Luther King en su carta?

En su carta abierta, el líder afroamericano y activista por los derechos civiles, comenzó aclarando que la comunidad le había pedido que participara de un programa de acción directa no violenta. Y que se encontraba en dicha ciudad cumpliendo su promesa. Luego, añadió una frase contundente: «estoy en Birmingham porque también está aquí la injusticia».

De igual modo, fustigó a los líderes religiosos que censuraban las acciones de protesta, diciendo: «deploráis las manifestaciones que ahora tienen lugar en Birmingham. Pero vuestra declaración, siento decirlo, hace caso omiso de las condiciones que dieron lugar a estas manifestaciones».

Precisamente, Martin Luther King en su carta enumera cuáles eran esas condiciones; además, aclara que se habían agotado otros medios, antes de pasar a las protestas de calle. Y creía que sin estas acciones contundentes no se podrían alcanzar los objetivos, pues las mismas ayudarían a forzar una negociación.

«No nos hemos apuntado ni un solo tanto en materia de derechos civiles sin una empecinada presión… la libertad nunca la concede voluntariamente el opresor. Tiene que ser exigida por el oprimido».



¿Es correcto desobedecer leyes injustas?

En la medida que se hilaba la respuesta de Martin Luther King, la carta iba adquiriendo un tono más exaltado, aunque sin perder la coherencia ni dejar de ser brillante en la argumentación. Un momento cumbre lo alcanza cuando manifiesta perplejidad ante los referidos miembros del clero, que lo criticaron por violentar las leyes.

«No cabe duda de que su preocupación es legítima», dice con algo de sorna. Incluso se adelanta una posible objeción, ya que él exigía que se respetara el Estado de derecho en cuanto a la igualdad, pero también pedía a sus seguidores que ignoraran ciertos reglamentos regionales.

La respuesta que da para justificar tal actuación es la siguiente: «existen dos clases de leyes: las justas y las injustas». Incluso asegura que él sería el primero en seguir los buenos mandamientos, con respecto a los cuales se debe tener una responsabilidad tanto moral como legal.

Sin embargo, por las mismas razones considera que también es correcto desobedecer normas inicuas. En relación con esto, apela a la autoridad de San Agustín, afirmando que: «una ley injusta no es tal ley».

Las normas contra las que Martin Luther King luchaba

Es conveniente destacar algo en relación con el contexto donde se desenvolvía la lucha por los derechos civiles, que emprendían Martin Luther King Jr. y Malcolm X, entre otros líderes. Las normas que discriminaban a las personas afroamericanas eran legales, es decir, estaban emanadas por una autoridad legalmente constituida, como un alcalde o gobernador.

Esta era una situación similar a la que se vivió, en otro momento de la historia y en otro lugar, cuando los nazis llegaron al poder y decretaron una legislación antisemita, conocida como las leyes raciales de Nuremberg.

Volviendo al caso de Martin Luther King y su carta, para diferenciar una y otra clase de norma, refiere lo siguiente: «una ley injusta es una norma en conflicto con la ley moral» o, como diría Tomás de Aquino, que «no tiene su origen en el derecho natural», por lo que resulta ser «una norma que degrada la personalidad humana».

Del mismo modo, añadiendo otra definición, señala que una ley injusta es una norma por la que una minoría obliga a una mayoría a obedecer, pero sin que rija para aquella. Por contrapartida, será justa si es la mayoría la que obliga a la minoría.

Tomando en cuenta estas razones antes expuestas, Martin Luther King instaba a acatar una decisión de la Suprema Corte en la que se declaraba inconstitucional la segregación racial en las escuelas. Pero también decía que se debían desobedecer las ordenanzas segregacionistas.



La victoria de la constancia

Otro gran hombre, como fue el Libertador Simón Bolívar, escribió en una ocasión: «Dios concede la victoria a la constancia». Y así ocurrió, en efecto, con la lucha de Martin Luther King y los planteamientos de su carta.

Al final, la rueda del tiempo siguió girando y demostró que quien no se ubica del lado de lo correcto, estará equivocado siempre, aun siguiendo las normas. Y, por el contrario, si alguien actúa movido por los principios universales de libertad, igualdad y justicia, seguirá siendo correcto, a pesar de desobedecer a leyes injustas.

Así, el racismo en los territorios del sur de los Estados Unidos, comenzó a no ser considerado oficial. Y el sueño de Martin Luther King pasó con el tiempo a ser una realidad para muchos ciudadanos afroamericanos.


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