Cómo airear tu edredón en otoño para evitar malos olores y humedad

¿Te ha pasado de sacar el edredón del armario y encontrar que tenga olor a guardado? Este olor es una señal de que ha quedado humedad atrapada entre las fibras, creando un ambiente ideal para los ácaros y las bacterias.
La solución más simple para prevenir los malos olores es airearlo antes de guardarlo. También te servirá para quitar ese olor a encierro en caso de que tu edredón ya esté impregnado con él. Aquí te explicamos cómo hacerlo para no dañar el material.
1. Elige el momento ideal
Selecciona un día seco y con poca humedad en el ambiente, mejor si hay un poco de brisa. El mejor momento del día es entre la media mañana y las primeras horas de la tarde, ya que el aire es menos húmedo.
2. Decide dónde airearlo
Si tienes un espacio abierto, como un balcón o jardín, cuelga el edredón en un tendedero durante un par de horas. Si es de un color claro (que no se destiña), puedes colgarlo al sol por media hora y luego dejarlo en la sombra.
En el interior, el método es igual de eficaz. Extiéndelo sobre el respaldo de algunas sillas o en un tendedero portátil cerca de una ventana abierta. Si hay un poco de humedad, puedes usar un deshumidificador en la habitación para acelerar el proceso.
3. Déjalo secar el tiempo necesario
El tipo de relleno que posea determinará cuánto tiempo tardará en secarse. Los rellenos naturales (como las plumas) absorben más humedad y necesitan un aireado más prolongado (3 o 4 horas). Los rellenos sintéticos, al ser menos porosos, se secan más rápido (en 1 o 2 horas).
4. Sacúdelo antes de guardar
Al terminar, sacude el edredón para redistribuir el relleno y devolverle su volumen y esponjosidad. Luego, puedes guardarlo en el armario. Lo más aconsejable es dejarlo dentro de bolsas de guardado (mejor si son al vacío).
Errores comunes que debes evitar
Un mal aireado puede ser peor que no hacerlo. Presta atención a estos fallos frecuentes:
- Usar el radiador para secarlo, ya que el calor directo de un radiador puede dañar las fibras sintéticas y apelmazar los rellenos de plumas.
- Dejarlo fuera hasta el anochecer, porque la humedad aumenta a medida que cae el sol. Entonces, provocará el efecto contrario y lo recogerás más húmedo de lo que estaba.
- Exponerlo al sol directo durante horas. Aunque el sol tiene propiedades higienizantes, una exposición prolongada debilita las fibras del tejido y puede hacer que los textiles blancos adquieran un tono amarillento. Cuélgalo a la sombra o con sol indirecto.
Los trucos que no funcionan
Es tentador buscar soluciones rápidas cuando el cobertor ya tiene mal olor. Sin embargo, algunos remedios caseros son ineficaces o contraproducentes.
- Rociar aceites esenciales o ambientadores textiles: solo enmascaran el olor a humedad, sin eliminarlo por completo. Además, pueden añadir más humedad al tejido y dejar manchas aceitosas.
- Espolvorear bicarbonato de sodio: el bicarbonato es un gran desodorizante en seco para alfombras y colchones, pero espolvorearlo sobre un edredón es poco práctico y difícil de retirar por completo de entre las fibras y el relleno.
Airear no sustituye el lavado
El aireado es una tarea de mantenimiento semanal o que puedes realizar antes de guardar el edredón para la próxima temporada. No reemplaza una limpieza profunda ni elimina el sudor y la suciedad acumulada. Para eso, es necesario lavar el edredón al menos una vez por temporada, siguiendo siempre las instrucciones del fabricante.
Si quieres facilitar el trabajo, usa una funda de edredón lavable que proteja el relleno y te permita mantener la higiene, lavando solo esta cubierta cuando sea necesario. En el caso de problemas de alergias, considera también usar una funda antiácaros adicional bajo la funda decorativa; aunque el cobertor esté libre de humedad y limpio, no podrá sustituirla.
Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.







