Cómo limpiar ollas quemadas con limón: truco natural que sí funciona

A quién no le ha pasado de distraerse en la cocina y, de repente, encontrar que el fondo de la olla está cubierto por una capa negra quemada. Antes de recurrir a estropajos metálicos que pueden rayar la superficie, puedes optar por una solución más ecológica y efectiva.
El limón es un agente de limpieza muy útil para este tipo de accidentes. Gracias a que contiene ácido cítrico, descompone y ablanda los restos de comida que han quedado carbonizados. Te enseñamos cómo usarlo.
Método 1: limón hervido
Cuando combinas el limón con calor, la reacción se acelera, haciendo que la suciedad se despegue con mucha más facilidad. Este método es ideal si el interior de la olla o sartén está cubierto de residuos pegados.
- Retira los restos grandes. Con una espátula de madera o silicona, raspa y quita los trozos de comida más grandes y sueltos que puedas.
- Cubre el fondo con limón. Corta uno o dos limones en rodajas y colócalas en el fondo de la olla. Añade suficiente agua para cubrir las rodajas y toda la zona quemada.
- Hierve a fuego lento. Lleva el agua a ebullición, baja el fuego y deja que se cocine a fuego lento durante 5 a 10 minutos. Verás cómo los restos empiezan a desprenderse.
- Deja enfriar y limpia. Apaga el fuego y espera a que el agua esté tibia. Luego, deséchala junto con los limones. Los restos quemados deberían estar ahora blandos como para retirarlos con una esponja o un estropajo suave sin rallar la superficie.
Método 2: pasta de limón y sal o bicarbonato
Para manchas más difíciles de quitar, tanto del interior como del exterior, esta alternativa es muy eficaz y no requiere hervir.
- Crea una pasta abrasiva. Espolvorea una capa generosa de sal gruesa o bicarbonato de sodio sobre la mancha quemada.
- Usa el limón como estropajo. Corta un limón por la mitad y úsalo para frotar la sal o el bicarbonato sobre la zona manchada, exprimiéndolo un poco para liberar el jugo.
- Deja actuar y limpia. Deja que la mezcla actúe durante unos minutos y luego frota de nuevo. La sal o el bicarbonato actúan como un abrasivo suave, mientras que el ácido cítrico ablanda la suciedad. Por último, enjuaga bien.
En qué materiales no debes usar este truco
El ácido cítrico puede dañar ciertos materiales. Por eso, debes usar este truco solo en superficies compatibles, como acero inoxidable, hierro fundido esmaltado y la mayoría de las piezas cerámicas.
Evítalo en ollas de hierro fundido sin esmaltar, cobre, latón o aluminio, ya que el ácido puede causar decoloración o manchas. Tampoco es recomendable en sartenes con recubrimientos antiadherentes que estén rayados.
Ten presente que debes proteger también tu encimera, ya que el jugo de limón puede dañar superficies de mármol o piedra natural.
Cuándo necesitas una solución más potente
El limón es una solución natural para la mayoría de los accidentes. Sin embargo, para quemaduras difíciles de eliminar o antiguas, puede que necesites un método más potente. Estas son otras opciones:
- Vinagre blanco: coloca una mezcla de agua y vinagre blanco (en una proporción 1:1) dentro de la olla o de la sartén y hiérvelo durante 10 minutos. Es una alternativa ácida más fuerte que el limón.
- Pastas abrasivas comerciales: para casos extremos, un limpiador específico en crema o pasta (como los que se usan para vitrocerámicas) puede ser la solución definitiva, siempre siguiendo las instrucciones del fabricante.
El limón es un aliado de primera en tu arsenal de limpieza. Devuelve el brillo a las ollas y deja un aroma fresco. La próxima vez que se te pegue algo en una olla de acero inoxidable, no la rasques. Prueba primero el método del limón hervido o su mezcla con bicarbonato.
Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.







