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¿Rayones en el suelo por las sillas? Evitarlos es así de sencillo

3 minutos
Ese chirrido al mover una silla, además de incomodar, suele ser una señal de que el suelo está sufriendo. Con el tiempo, ese roce constante puede dejar marcas difíciles de reparar. Te mostramos cómo evitarlo.
¿Rayones en el suelo por las sillas? Evitarlos es así de sencillo
Escrito por Valentina Vallejo
Última actualización: 08 octubre, 2025

Ese sonido molesto al mover una silla suele venir acompañado del temor a encontrar un nuevo arañazo en el suelo. Aunque es un problema común, no es inevitable. Es el resultado del desgaste que produce la fricción constante entre las patas y la superficie. Con el tiempo, el polvo o la arena que se acumula puede rozar entre la silla y el suelo y dejar marcas que no se quitan con facilidad.

La buena noticia es que existen formas sencillas de evitarlo. A continuación, se presentan algunas opciones ideales para crear una barrera entre la silla y el suelo y así mantener tus espacios bien cuidados.

1. Fieltros adhesivos (la solución rápida y clásica)

Las almohadillas de fieltro con reverso autoadhesivo son una opción práctica para sillas que no se mueven con frecuencia. Se colocan fácilmente en la base de las patas y ayudan a reducir el ruido y los rayones. Para mejorar su adherencia, conviene limpiar bien la superficie con alcohol antes de colocarlas.

  • Ventajas: son económicos, fáciles de encontrar y discretos.
  • Desventajas: el adhesivo se desgasta y tiende a despegarse con el uso diario. Acumulan pelos y polvo en los bordes.

2. Fundas de silicona con base de fieltro (la opción más versátil)

Son “calcetines” de silicona transparente que, eligiendo la talla correcta, se ajustan con facilidad a las patas de la silla. Funcionan incluso en patas con formas poco convencionales o metálicas. Ya incluyen una base de fieltro para amortiguar el contacto.

  • Ventajas: se mantienen firmes en su sitio sin pegamento, protegen la pata por completo, son duraderos y eficaces contra el ruido y los arañazos.
  • Desventajas: son más visibles. Es necesario medir el diámetro de la pata para comprar la talla correcta.

3. Deslizadores de clavo o tornillo (la solución permanente)

Los deslizadores de clavo o tornillo se fijan directamente en la base de las patas de madera y permanecen firmes, incluso con el uso constante. Son ideales para sillas robustas y espacios donde se busca una solución que no requiera mantenimiento frecuente.

  • Ventajas: es la solución más segura y duradera. No se despegan nunca.
  • Desventajas: para su instalación, requiere herramientas (un martillo o un taladro) y un poco más de tiempo que otras opciones.

4. Ruedas para suelos delicados (para sillas de oficina)

Las ruedas de repuesto fabricadas con goma o poliuretano son una alternativa eficaz para sillas de escritorio que se usan sobre superficies delicadas, como laminado o madera. Sustituyen a las ruedas de plástico duro que suelen venir de serie y están pensadas para quienes buscan una movilidad suave sin comprometer el estado del suelo.

  • Ventajas: diseñadas específicamente para no rayar. Ruedan de forma suave y silenciosa.
  • Desventajas: solo son aplicables a sillas que ya tienen ruedas.

Para que los protectores cumplan su función, basta con revisarlos una vez al mes, especialmente si son de fieltro, y limpiarlos para eliminar polvo o arenilla acumulada, que puede rayar el suelo. También conviene verificar que no estén desgastados, aplastados o despegados, y reemplazarlos si muestran deterioro. Proteger el suelo de los arañazos es una inversión pequeña con un gran impacto.

Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.