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Uvas frescas por más tiempo: el método correcto para lavarlas y almacenarlas

3 minutos
No laves las uvas hasta que vayas a comerlas: esto preserva su capa protectora natural. Para lavarlas, usa una solución de agua y vinagre, y sécalas bien para evitar el moho.
Uvas frescas por más tiempo: el método correcto para lavarlas y almacenarlas
Escrito por Valentina Vallejo
Última actualización: 10 octubre, 2025

Compramos un racimo de uvas frescas y, al cabo de pocos días, empiezan a ablandarse o a mostrar moho. Muchas veces esto ocurre por un hábito que parece lógico, aunque en realidad acelera su deterioro: lavarlas apenas llegamos a casa. Para evitarlo, conviene saber cuándo y cómo higienizarlas correctamente, además de almacenarlas de la forma adecuada. Así quedan más limpias y se prolonga su vida útil sin que pierdan frescura.

A continuación, te mostramos el método correcto para conservarlas en buen estado durante más tiempo.

1. Almacenamiento inicial: no lavar

No laves las uvas hasta que vayas a comerlas. Al llegar a casa, guarda el racimo directamente en la nevera. La bolsa de plástico perforada en la que suelen venir es ideal, ya que permite la circulación del aire y evita que se acumule humedad.

¿Por qué no lavarlas al inicio? Las uvas tienen una capa cerosa y blanquecina llamada “bloom”. No es suciedad, sino una barrera natural que la fruta produce para protegerse de la pérdida de humedad y del moho. Si las lavas, pierden esta protección.

2. Baño desinfectante (justo antes de comer)

Cuando vayas a comer las uvas, en un bol grande, prepara una solución con aproximadamente diez partes de agua fría por una de vinagre blanco. Sumerge las uvas que vayas a consumir y déjalas en remojo entre 5 y 10 minutos.

¿Por qué lavarlas con vinagre? El ácido acético del vinagre es un desinfectante natural. Ayuda a eliminar bacterias y destruye las esporas de moho de la superficie, algo que el agua sola no puede hacer.

3. Aclarado final

Saca las uvas del remojo y enjuágalas bien bajo un chorro de agua fría. Este paso elimina el sabor a vinagre y cualquier residuo superficial.

4. Secado meticuloso

Si te sobran uvas lavadas y no las vas a comer de inmediato, sécalas con cuidado: extiéndelas sobre un paño limpio o papel absorbente y asegúrate de que no quede humedad entre ellas.

¿Por qué es tan importante secarlas bien? La humedad es el principal catalizador para el crecimiento de moho. Al secarlas por completo, eliminas el ambiente que estos microorganismos necesitan para desarrollarse.

4. Almacenamiento post-lavado

Guarda las uvas únicamente cuando estén completamente secas. Colócalas en un recipiente hermético forrado con papel de cocina en el fondo. Este papel absorberá cualquier humedad residual y ayudará a conservarlas por más tiempo.

Errores comunes que arruinan tus uvas

Como has visto, la frescura de las uvas depende de tus hábitos de lavado y almacenamiento. En este sentido, es importante no cometer estos errores:

  • Lavarlas nada más llegar a casa: es el error más grave. Al hacerlo, eliminas su protección natural y añades humedad, lo que acelera el deterioro.
  • No secarlas bien: si las uvas aún tienen humedad y se guardan en un recipiente cerrado, el moho encuentra el ambiente perfecto para desarrollarse. Antes de almacenarlas, asegúrate de que estén completamente secas.
  • Dejarlas junto a una uva estropeada: revisa el racimo. Si ves una uva blanda o con moho, retírala inmediatamente para evitar que se propague.

Si tienes uvas en casa, revisa cómo las estás guardando. Basta con cambiar un par de hábitos para que duren más, se mantengan crujientes y no termines tirando la mitad del racimo. Empieza hoy: guarda sin lavar, lava solo lo que vas a comer y sécalas bien.

Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.