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Aceite de cocina usado: 4 señales de que ya lo debes cambiar

3 minutos
Un aceite muy utilizado desprende compuestos que pueden ser peligrosos para la salud. Si notas que tiene un olor, color y textura extraña, es momento de tirarlo.
Aceite de cocina usado: 4 señales de que ya lo debes cambiar
Escrito por Daniela Bernal
Última actualización: 14 octubre, 2025

¿Te ha pasado que, después de freír algún alimento, miras el aceite que quedó en la sartén y te surge la duda de si lo puedes volver a usar? La respuesta es “depende”. La calidad del aceite, la temperatura a la que cocinaste o el tipo de alimento que freíste, influyen en si es apto para un próximo uso. O si, por el contrario, es necesario que lo cambies.

Dicho esto, también es probable que te preguntes: ¿Cuándo es el momento adecuado para tirarlo? Y te diremos que hay un conjunto de signos visuales, olfativos y hasta táctiles que te permitirán saber si ese aceite se degradó y ya no es seguro para tu salud y la de los tuyos. Vamos a ver cuáles son.

¿Cuándo debes cambiar el aceite de cocina usado?

No existe un número exacto de usos tras los cuales debas cambiar el aceite. Y es que, cómo ya te adelantamos, hay diferentes puntos que hacen que se degrade más o menos rápido. En general, si fríes solo verduras, es probable que puedas reutilizar el aceite unas tres veces.

Mientras que si fríes pescado o alimentos empanados, tal vez podrías utilizarlo una vez más. El motivo es que el pescado transfiere olores y sabores al aceite, y los rebozados dejan gran cantidad de residuos en él. Más allá de este número de usos estimados, es mejor que seas observador y prestes atención a las siguientes señales de cambio.

  1. Sigue turbio después de filtrar: para reutilizar el aceite debes colarlo, y si al hacer esto sigue viéndose turbio y presenta partículas en su superficie, ha llegado el momento de cambiarlo.
  2. Humea muy pronto: los aceites de cocina nuevos alcanzan su punto de humo a altas temperaturas. Mientras que uno que necesita cambio desprende humo a temperaturas más bajas de lo normal.
  3. Tiene mucha espuma: debes cambiar tu aceite de cocina usado si al calentarlo forma una espuma persistente. Esto quiere decir que está cargado de moléculas de desecho y no es tan estable como el aceite nuevo.
  4. Olor, color y sabor extraños: si notas que el aceite tiene un olor rancio o a fritanga, es momento de cambiarlo. Lo mismo sucede si ves que se ha puesto muy oscuro (casi negro), y tiene una textura densa o pegajosa. También es posible que el aceite se vea y huela normal, pero al freír un alimento, tenga un sabor amargo. Si sucede eso, no dudes en desecharlo.

¿Cómo reutilizar el aceite de forma correcta?

Si no notas ninguna de las señales anteriores en el aceite, entonces puedes volver a usarlo. Ten en cuenta que no basta con dejarlo en la sartén hasta el próximo uso. Hay ciertos pasos que debes seguir para mantener su calidad y seguridad alimentaria por más tiempo:

  1. Doble filtrado: una vez que el aceite se haya enfriado (incluso puede estar tibio), procede a filtrarlo. Primero, pásalo por un colador de malla fina, para que retenga los restos más grandes de comida. Luego, pásalo por un filtro de café de papel. Este retendrá las partículas más pequeñas.
  2. Almacenamiento: después de filtrar el aceite, guárdalo en un recipiente con cierre hermético y que sea opaco. También aléjalo de fuentes de calor y de la luz solar, ubicándolo en un lugar seco y fresco. Tanto el aire, como la luz y el calor, aceleran la oxidación y degradación del aceite.
  3. Etiquetado: ponle una etiqueta al envase del aceite, donde anotes la comida que freíste con él, y solo úsalo para freír ese mismo alimento en el futuro. Así evitarás la contaminación cruzada y la transferencia de sabores.

Cuando llegue el momento de cambiar el aceite usado, recuerda no tirarlo en el fregadero, ya que haría mucho daño al ambiente, contaminando el agua. En su lugar, colócalo en un envase plástico y llévalo a un centro de reciclaje de aceites de cocina. Allí le pueden dar una nueva vida como parte de otros productos, como, por ejemplo, el biodiésel.

Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.