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Descubre el sistema de doble felpudo que mantiene la suciedad fuera de tu casa

3 minutos
Un solo felpudo no basta. La forma más eficaz es colocar uno en la entrada exterior para raspar el barro y la arena, y otro en el interior para absorber la humedad y el polvo fino.
Descubre el sistema de doble felpudo que mantiene la suciedad fuera de tu casa
Escrito por Valentina Vallejo
Última actualización: 11 octubre, 2025

¿Cuántas veces a la semana barres o pasas la aspiradora por el recibidor? Gran parte de la limpieza del hogar consiste en actuar cuando la suciedad ya está dentro. Sin embargo, la estrategia más inteligente es prevenir, y el campo de batalla principal es la puerta de entrada. El sistema de doble felpudo (alfombrilla) no es un gasto adicional, sino una inversión en un hogar más limpio que te hará ahorrar tiempo.

¿Por qué un solo felpudo no es suficiente?

La mayoría de nosotros confiamos en un solo felpudo, pero le pedimos una tarea imposible. Si utilizamos un único felpudo, este debe, al mismo tiempo, raspar la suciedad más gruesa (barro, arena), secar la humedad y atrapar el polvo fino.

La realidad es que casi todos los tipos de tapetes están diseñados para hacer bien una de estas dos funciones, pero no ambas. Un tapete de coco es excelente para raspar, pero pésimo para absorber agua. Un tapete de algodón es muy absorbente, pero se satura con el barro. El resultado es que siempre termina entrando algún tipo de suciedad en casa.

Por eso, lo ideal es combinar dos felpudos distintos, cada uno especializado en una tarea concreta. A continuación, te explicamos cómo puedes hacerlo.

1. El tapete exterior (el “rascador”)

Colocado justo fuera de tu puerta, este felpudo es tu soldado de primera línea. Su único trabajo es enfrentarse a la suciedad más grande y dañina, raspando y eliminando las partículas abrasivas de las suelas de los zapatos: barro, arena, gravilla y hojas.

¿Qué buscar en un felpudo para el exterior? Busca materiales robustos y resistentes a la intemperie, como fibra de coco, caucho con relieves o cerdas duras de vinilo. Lo más importante es que la superficie sea rugosa y con textura, capaz de entrar en el dibujo de las suelas y atrapar la suciedad más difícil.

2. El tapete interior (el “secador y atrapapolvo”)

Ubicado justo dentro de la puerta, este felpudo es tu especialista en acabados. Su misión es atrapar el polvo fino, el polen y, sobre todo, absorber la humedad que el primer felpudo no pudo eliminar. Actúa como la barrera final, asegurando que solo entren en casa los pies limpios y secos.

¿Qué buscar en un felpudo para interior? Para cumplir su función, necesita materiales suaves y absorbentes. La microfibra es la mejor opción por su capacidad de atrapar partículas finas y absorber agua, aunque el algodón también funciona bien. Es importante que tenga una superficie densa y suave, una base de goma antideslizante y que sea lavable a máquina para facilitar el mantenimiento.

Claves para que el sistema funcione

Para que esta defensa sea eficaz, ten en cuenta dos detalles:

  • Mide el espacio: antes de comprar, mide el ancho de tu puerta. Lo ideal es que los felpudos cubran la mayor parte de este espacio, asegurando que nadie pueda entrar esquivándolos.
  • Limpia los tapetes con regularidad: un sistema de felpudos solo funciona si está limpio. Acostúmbrate a una rutina semanal: sacude bien el tapete exterior y pasa la aspiradora a fondo por el tapete interior.

La mejor forma de mantener una casa limpia es evitar que la suciedad entre. Con el sistema de doble felpudo, tu entrada se convierte en la primera barrera de limpieza del hogar. Es un cambio sencillo que facilita la limpieza diaria, protege tus suelos y ayuda a que toda la casa se mantenga más acogedora.

Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.