¡No más nudos!: 5 formas para ordenar tus cordones sueltos y que no se enreden

Te ha pasado alguna vez que quieres cambiarle los cordones a tus zapatos, y cuando abres el cajón en donde los guardas, te consigues con un enredo de cordones. El cual lleva mucho tiempo y frustración desanudar.
Para evitar que esto te vuelva a suceder debes aplicar el principio “antinudos”. Es decir, enrolla tus cordones para reducir su superficie, fija las puntas para que no se enganchen y, de preferencia, guarda cada par por separado. Te explicamos varias alternativas para poner en práctica este principio y decirle adiós a los cordones enredados.
1. Enrolla en 8
Esta técnica es ideal para los cordones gruesos, como los que llevan las botas o zapatillas deportivas. Para hacerla tan solo debes extender los dedos índice y meñique en una mano y enrollar los cordones alrededor, trazando la forma del número 8 entre ellos. Termina sujetando el centro del número 8 con un trocito de alambre flexible o una goma elástica.
2. Crea bobinas planas
Si tienes cartón en casa o tarjetas viejas, pueden servirte para crear bobinas planas y almacenar tus cordones. Si vas a usar cartón, recorta rectángulos del tamaño de una tarjeta y hazles dos pequeños cortes o muescas en sus extremos. En las tarjetas, pasa directo a las muescas.
Lo siguiente es trabar uno de los extremos del cordón en la muesca y enrollarlo alrededor de la bobina, para terminar colocando el otro extremo del cordón en la muesca libre. Esta alternativa es muy útil para los cordones planos.
3. Válete de pajitas o carretes
En lugar de tirar los carretes de hilo viejos o las pajitas gruesas, puedes reutilizarlos para ordenar cordones finos. Tan solo enrolla el cordón por fuera del carrete o pajita y fija el extremo con un trocito de cinta adhesiva, para que no se desate.
4. Usa pinzas de ropa
Este método es muy similar al anterior y vale para todo tipo de cordones. Vas a enrollar el cordón o el par de ellos, de forma horizontal, alrededor de una pinza de ropa, bien sea de madera o plástico. Cuando llegues al final, sujeta los extremos con la “boca” de la pinza.
5. Almacena en bolsitas zip o pastilleros
Si tienes cordones de raso o seda, que son resbaladizos y no suelen mantenerse donde los coloques, una bolsita zip es la opción ideal. Basta con enrollar el par de cordones y meterlos en la bolsita, así es imposible que se enreden con otros y se mantendrán prolijos.
Otra alternativa que vale para cordones de estos materiales, o que sean muy pequeños —como los del calzado infantil—, es un pastillero que ya no uses. Al igual que con las bolsitas, vas a enrollar los cordones y meterlos en un compartimiento del pastillero. Si no caben juntos, coloca cada cordón en un compartimiento separado.
Guarda tus cordones en una caja
Una vez que tengas todos los cordones desenredados y ordenados, guardarlos todos en un mismo sitio, para que los tengas siempre a la mano. Una caja de zapatos vieja o una más pequeña puede servirte. Si los ordenaste con el método de las bolsitas, las bobinas planas o las pinzas, te recomendamos colocarlos uno detrás de otro, como si fueran fichas en un archivo. Así podrás ubicarlos con mayor facilidad.
Incluso hay quienes los ordenan de esta forma y por colores. Por ejemplo, primero los cordones claros y luego los oscuros, colocando una pequeña etiqueta a cada color. Más esto es opcional y queda a tu gusto. Lo que no debe serlo es asegurarte de que los cordones estén limpios y secos antes de almacenarlos, para evitar la aparición de moho. Recuerda, la higiene ante todo.
Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.







