4 productos que NUNCA debes usar en tu vitrocerámica (y cómo evitarlos)

Una placa vitrocerámica aporta elegancia a la cocina, pero su superficie de cristal cerámico es delicada y propensa a sufrir daños. Aunque está diseñada para resistir los cambios de temperatura y su esmalte liso facilita la limpieza, también es sensible a productos o utensilios inadecuados que pueden deteriorar su acabado con el tiempo.
Al intentar eliminar manchas quemadas, es común recurrir a químicos genéricos que parecen eficaces, pero pueden causar microarañazos irreversibles, opacar el brillo y comprometer la limpieza futura.
1. Estropajos y fibras abrasivas
Los estropajos metálicos, las fibras abrasivas y los cepillos de cerdas duras son especialmente dañinos para la vitrocerámica. Aunque parezcan eficaces contra la suciedad incrustada, actúan como papel de lija sobre el cristal cerámico. Su uso, incluso una sola vez, puede dejar una red de microarañazos que apagan el brillo, matizan la superficie y dificultan la limpieza posterior.
- Alternativa segura: utiliza siempre paños de microfibra o la parte suave de las esponjas. Para los restos carbonizados, la única herramienta segura es la rasqueta específica para vitrocerámica.
2. Limpiadores químicos agresivos
Los productos de limpieza muy fuertes, como los quita grasas industriales, la lejía pura o los limpiadores de hornos, pueden parecer efectivos, pero no están pensados para superficies delicadas como la vitrocerámica. Al usarlos, es fácil que dejen manchas con reflejos azulados o borren las líneas que marcan las zonas de cocción. Estos daños no se corrigen y afectan tanto el aspecto como el funcionamiento de la placa.
- Alternativa segura: para la limpieza diaria, el vinagre blanco diluido en agua es eficaz. Para manchas difíciles, utiliza cremas limpiadoras para vitrocerámicas o una pasta de bicarbonato de sodio.
3. Limpiadores en polvo
Los limpiadores en polvo genéricos, como los que se usan en cocina o baño, pueden parecer prácticos, pero no son adecuados para la vitrocerámica. Sus gránulos actúan como arena al frotar, y eso termina rayando la superficie. Aunque se parecen al bicarbonato de sodio, no deben confundirse; su textura es más agresiva y no se disuelve con facilidad, lo que los vuelve peligrosos para una placa tan delicada.
- Alternativa segura: si usas bicarbonato, debe ser siempre en forma de pasta con agua. Esto disuelve parcialmente los cristales y crea una suspensión que pule suavemente en lugar de arañar.
4. Herramientas punzantes no autorizadas
Los objetos metálicos afilados como cuchillos, espátulas o cuchillas de cúter pueden parecer útiles para rascar suciedad difícil, pero son una de las formas más rápidas de dañar la vitrocerámica. No están pensados para deslizarse sobre el cristal sin dejar marcas, y su filo puede provocar arañazos profundos que no se corrigen. Además de afectar el aspecto, estos daños comprometen la limpieza y el uso diario de la placa.
- Alternativa segura: la única herramienta segura para rascar es la rasqueta para vitrocerámica. Su diseño permite usarla en un ángulo de 30-45 grados para levantar la suciedad sin clavar la cuchilla.
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Lo que sí puedes usar para cuidar la vitrocerámica
El cuidado de tu placa es más sencillo si usas las herramientas correctas:
- Para el día a día: un paño de microfibra y un pulverizador con agua y un poco de vinagre.
- Para manchas difíciles: bicarbonato de sodio para hacer una pasta.
- Para restos incrustados: la rasqueta específica.
- Como producto comercial: una crema limpiadora para vitrocerámicas.
La mayoría de los daños en las placas vitrocerámicas surgen de buenas intenciones, pero malas herramientas. El impulso de usar un estropajo fuerte para una mancha difícil puede causar un daño irreversible. Si evitas los productos de esta lista y optas por métodos suaves y específicos, el cuidado diario será más sencillo y seguro, asegurando que tu vitrocerámica se conserve en perfecto estado durante más tiempo.
Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.