¿Qué pasa si duermes cerca del WiFi? mitos y verdades que debes conocer

A pesar de que la conexión WiFi lleva muchos años formando parte de la vida cotidiana de millones de personas, todavía persisten numerosas creencias que relacionan la radiación emitida por los routers con problemas de salud. Hay quienes afirman que dormir cerca de estos dispositivos causa problemas de sueño, dolores de cabeza y hasta más riesgo de enfermedades neurológicas.
De hecho, muchos han optado por desconectarlos, alejarlos del dormitorio y limitar su uso por temor a sufrir repercusiones a largo plazo. Pero, ¿qué tan cierto es que la conexión inalámbrica tiene el potencial de enfermarte? La evidencia científica respalda que la mayoría de estos temores son infundados, y aclara qué hay detrás de la exposición a estas ondas.
Ni afecta el sueño ni te vuelve infértil, esto dice la ciencia sobre dormir cerca al WiFi
La desinformación sobre los efectos del WiFi en la salud no es nueva, y ha estado presente desde que la tecnología inalámbrica comenzó a integrarse de forma masiva en los hogares y espacios de trabajo. Proviene de la idea de que la radiación emitida por los routers puede compararse con la de los rayos X o la radiación nuclear, que han demostrado causar daño celular y enfermedades graves.
Sin embargo, nada más lejos de la realidad. Años de estudios científicos han corroborado que estas emisiones no comprometen el bienestar. Al ser de tipo no ionizante, como la que transmiten la radio o el microondas, carecen de la energía necesaria para degradar las células o el ADN. Producen calor, sí, pero no lo suficiente para dañar los tejidos.
El miedo que persiste sobre dormir cerca de los equipos inalámbricos tiene que ver con una serie de mitos que, a día de hoy, se siguen difundiendo con alarmismo. Veamos lo que dice la ciencia al respecto.
1. “Dormir cerca al WiFi afecta la producción de melatonina y el sueño”
Experimentos realizados en animales sugieren que puede haber una disminución en la producción de melatonina, hormona del sueño, cuando hay una exposición a campos magnéticos de alta intensidad. A raíz de esto, hay quienes aseguran que las ondas inalámbricas afectan el descanso. No obstante, los científicos desmienten que suceda así.
Aunque en teoría parece lógico, lo cierto es que la intensidad de la radiación de un router doméstico está muy por debajo de la usada en dichos estudios. Lo que sí puede llegar a reducir tu calidad de sueño es utilizar smartphones, tablets, computadoras o cualquier dispositivo que emita luz azul, puesto que esta parece retrasar el tiempo que tardas en quedarte dormido.
2. “La exposición a redes inalámbricas aumenta el estrés oxidativo”
No hay pruebas sólidas que respalden que la exposición a redes WiFi en condiciones normales deriven estrés oxidativo y mucho menos daño celular o cáncer. La razón es la misma: sus ondas no alcanzan a ser tan potentes para generar este tipo de efectos. En cambio, hábitos como una dieta pobre en antioxidantes, consumo excesivo de ultraprocesados, tabaquismo y falta de sueño sí aceleran este proceso.
3. “Dormir cerca al WiFi causa infertilidad”
No. Como lo explicamos antes, las ondas inalámbricas son no ionizantes y no tienen suficiente intensidad para alterar las células reproductivas. No hay estudios sólidos en humanos que demuestren que la conexión inalámbrica cause infertilidad en la mujer o disminución de la calidad del esperma en los hombres.
4. “Estar cerca del router causa dolor de cabeza”
Si bien algunas investigaciones han explorado la llamada “hipersensibilidad electromagnética”, sus resultados han sido poco concluyentes. Para los expertos, los dolores de cabeza que algunas personas asocian a la exposición al WiFi, en realidad se deben a factores psicológicos, estrés, fatiga o problemas de postura y visión.
5. “Tener el router en la habitación aumenta el riesgo de enfermedades neurológicas”
De ninguna manera. La radiación emitida por los equipos inalámbricos es no ionizante y de baja intensidad. Por lo tanto, es incapaz de alterar el sistema nervioso, dañar tejidos o afectar el ADN. No hay evidencia que relacione la exposición a estas ondas con enfermedades como el alzhéimer, el párkinson o tumores cerebrales.
Apagar el router es una práctica recomendable, pero no por los motivos que crees
La conclusión de los científicos es que no hay riesgos relevantes por dormir cerca del router WiFi. Pero si es algo que causa preocupación, una opción es colocarlo a por lo menos 3 metros de distancia de la cama. No es algo estrictamente necesario, pero es una forma de reducir muchísimo más la exposición a la radiación.
Ahora bien, la idea de apagar el router es recomendable, pero no porque sea malo para la salud. Más bien, es una estrategia que puede contribuir a reducir la hiperconectividad y la exposición a pantallas durante la noche. Y es que cuando quitamos el acceso a Internet, nos quitamos la tentación de scrollear o navegar en la web cuando se supone que deberíamos estar descansando.
De paso, apagar las conexiones disminuye el consumo de los dispositivos y, por tanto, conservarán más carga al despertar. Además, en ciertos casos, reiniciar el router puede mejorar la velocidad del Internet, optimizando su función al día siguiente.
Dicho todo esto, la verdad es que la decisión de dormir o no con el WiFi cerca es más una cuestión de comodidad y preferencia personal que de peligros reales. No pasa nada si lo dejamos prendido o en la habitación, pero tenemos la opción de apagarlo o instalarlo afuera si eso nos tranquiliza o contribuye a nuestro descanso.
Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.