Señales de que tu limonero necesita una poda (y cómo hacerlo sin dañarlo)

¿Tu limonero tiene las ramas cruzadas, secas o quebradas? Puede que estas señales te hayan alertado de que tu árbol necesita una poda. Aunque se trata de una tarea sencilla, es clave determinar cuándo y cómo hacerla. A continuación, te contamos los detalles de este cuidado esencial.
¿Cómo saber si un limonero necesita una poda?
Tu limonero te da señales de que necesita una poda. Si después de observarlo con atención notas lo siguiente, toma las tijeras:
- Ramificación excesiva: crea una especie de “ovillo” difícil de penetrar.
- Ramas secas o negruzcas: esto puede ser un indicio de la presencia de hongos.
- Chupones: se trata de brotes abundantes, que no dan frutos y se roban la savia.
- Altura excesiva: cuando crece demasiado, no es posible recoger los limones de la copa.
Paso a paso para una poda adecuada
La poda de un limonero es fácil, siempre y cuando cuentes con las herramientas adecuadas y sigas el procedimiento de forma correcta:
- Realiza una limpieza inicial. Con unas tijeras de bypass (para ramas finas), retira todo lo que esté seco o enfermo.
- Elimina los chupones. Identifica los brotes verticales que crecen desde el tronco y las ramas para luego cortarlos desde la base con tijeras de yunque o una sierra de mano.
- Aclara el centro. La idea es que respire y entre luz. Para ello, elimina con las tijeras de podar de bypass las ramas que crecen en el interior del árbol y las que se cruzan entre sí.
- Controla el volumen y la altura. Si tu árbol es muy alto, despunta las ramas más altas para frenar el crecimiento vertical y contribuir a la expansión a los lados.
Recuerda utilizar guantes de protección y desinfectar las tijeras con alcohol antes de empezar la poda.
¿Por qué y cuándo hacerlo?
La poda es un cuidado clave para la salud de tu limonero. Las las principales razones para hacerlo son las siguientes:
- Prevenir la aparición de hongos. Esto es posible debido a que mejora la circulación de aire y la entrada de luz.
- Eliminar las ramas enfermas o débiles. Si no las cortas, las muertas consumen los nutrientes sin aportar a su crecimiento.
- Controlar el tamaño y la forma. Esta medida favorece la cosecha y el cuidado del árbol.
Lo ideal es hacer la poda al final del invierno, entre febrero y marzo, debido a que ya han pasado las heladas fuertes. En este sentido, ten en cuenta que podarlo muy pronto lo hace vulnerable al frío; en cambio, cuando te demoras, podrías eliminar los brotes de la nueva cosecha.
Ahora que tienes claro cuándo tu limonero necesita una poda y cómo hacerla, ten presente que es preferible podar poco varios años seguidos que hacerlo una vez de forma drástica. Además, es fundamental hacer cortes de forma oblicua para que el agua de lluvia no se estanque y así evitar la aparición de hongos. En definitiva, gracias a este cuidado, tu árbol estará sano y te deleitará con sus frutos.
Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.