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No pongas la leche en la puerta de la nevera: la razón por la que se estropea rápido

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La puerta es la zona más cálida y con más cambios de temperatura, justo lo contrario a lo que necesita la leche. Te explicamos dónde guardarla para conservarla mejor.
No pongas la leche en la puerta de la nevera: la razón por la que se estropea rápido
Publicado: 27 noviembre, 2025 15:00

¿Vuelves de hacer las compras y colocas la leche en el compartimento de la puerta de la nevera? El diseño parece hecho a medida, es cómodo y accesible; pero acabas de cometer un error que acorta su vida útil.

El principal enemigo de la leche fresca es la inestabilidad térmica. Por eso, la puerta es el peor lugar para que la guardes. Es la zona más cálida de tu frigorífico y la que sufre las mayores variaciones de temperatura. Cada vez que abres la nevera, la puerta es lo primero que se expone al calor de la cocina, acelerando el deterioro de la leche y aumentando el riesgo de que se estropee antes de la fecha de caducidad.

Cuál es el lugar correcto para guardar la leche

Si la puerta es el peor sitio, ¿cuál es el mejor? La respuesta es el lugar más frío y estable de tu nevera. Para la leche, esto se traduce en los estantes centrales o inferiores, y siempre lo más al fondo posible.

Estas zonas están más alejadas del aire caliente que ingresa cada vez que abres la puerta. Entonces, la temperatura es mucho más constante, que es lo que un producto tan perecedero necesita para mantenerse fresco y seguro.

En general, todos los lácteos (leche, yogur, quesos, mantequilla) deben guardarse en los estantes del medio.

Consejos extra para que la leche dure más

Reubicar la leche es el paso más importante, pero puedes reforzar su conservación con otros hábitos.

  • No la dejes fuera de la nevera. El tiempo que pasa sobre la mesa del desayuno también cuenta. Por lo tanto, sírvela y devuélvela al frío de inmediato.
  • Cierra siempre bien el envase, mejor si es con un cierre hermético que proteja la leche de la contaminación cruzada y evite que absorba olores de otros alimentos.
  • Verifica la temperatura, asegurándote de que el frigorífico está funcionando de forma correcta, idealmente a 4 °C o menos. Un termómetro de nevera es una inversión pequeña y muy útil para comprobarlo.
  • No sobrecargues la nevera, porque si está demasiado llena, impide que el aire frío circule de forma correcta. Entonces, se crean zonas más cálidas y el motor debe trabajar más. Deja espacio entre los alimentos para una refrigeración eficiente.

¿Y qué puedes guardar en la puerta?

El espacio de la puerta sigue siendo útil, pero para los productos adecuados. Es el lugar perfecto para alimentos menos sensibles a las fluctuaciones de temperatura que contienen conservantes naturales o son más estables. Por ejemplo, puedes guardar:

  • Conservas
  • Bebidas azucaradas
  • Mermeladas y encurtidos
  • Salsas envasadas (kétchup, mostaza, mayonesa, salsa césar, etc.)

Entonces, lo recomendable es que muevas la leche al estante central y aproveches para reorganizar la puerta con las salsas y mermeladas. Cambiar los lácteos a un estante tiene un impacto mayor del que puedes pensar. Esta modificación en la organización de tu nevera garantiza que sean más seguros y se mantengan frescos por más tiempo. También es una forma eficaz de reducir el desperdicio de alimentos.

Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.