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El secreto de la chef Vero Gómez para unos pimientos asados con sabor de restaurante

3 minutos
No tires las pieles quemadas ni los jugos de los pimientos. Este "oro líquido" concentra todo el sabor dulce y ahumado.
El secreto de la chef Vero Gómez para unos pimientos asados con sabor de restaurante
Publicado: 03 noviembre, 2025 13:00

Para muchos, los pimientos asados son una guarnición sencilla y hasta un poco aburrida. Sin embargo, existe una forma de prepararlos que te hará cambiar de opinión. La chef Vero Gómez compartió en sus redes cómo obtener lo que ella llama “oro líquido”, un concentrado de sabor a partir de la piel de los pimientos que cambia este plato por completo.

Se trata de una forma sencilla de realzar el sabor de los pimientos, para que destaque muchos más su gusto dulce y ahumado. Sigue este paso a paso.

1. Asa los pimientos

Pon los pimientos rojos enteros y limpios en una bandeja y ásalos a una temperatura de entre 200 °C y 220 °C, hasta que algunas partes de la piel estén negras. “Es normal, no se están quemando. Tienen que salir así”, dice Vero. Gíralos a mitad de la cocción para que se tuesten de forma uniforme. Esto potenciará su sabor.

El tip de Verónica: ten cuidado porque al principio se cocinarán más despacio, pero si te descuidas puedes calcinarlos. Te tomará unos 40 a 50 minutos tenerlos listos, según tu horno.

Una vez cocidos, retíralos del horno y cúbrelos con un paño o con papel aluminio. Deja que suden y se enfríen durante 15 minutos. Este paso también hará que la piel sea mucho más fácil de retirar.

2. Extrae el “oro líquido”

Una vez que los pimientos estén templados, quítales la piel con las manos sobre un recipiente para recoger todos los jugos que liberan. Verás que sale sola muy fácil. No tires las partes negras; también se usan en el plato junto con todos los líquidos que hayan quedado en la bandeja.

A continuación, exprime las pieles dentro de un colador con ayuda de una cuchara o con las manos (como lo hace Vero Gómez). Así extraerás hasta la última gota de jugo, el “oro líquido” que le da el sabor tan especial.

3. Reduce el jugo

Una vez que tengas el jugo de la cocción y de la piel de los pimientos, viértelo en una olla pequeña. Luego, para que se espese, debes cocinarlo a fuego moderado hasta que notes que se reduce el líquido. Revuelve cada algunos minutos para que no se pegue ni queme. Conseguirás una salsa con un sabor a pimiento ahumado muy intenso.

4. Añade los últimos detalles

Como toque final, corta los pimientos en tiras y sírvelos en donde prefieras. Después, aliña con los ingredientes que más te gusten. Verónica aconseja usar una chalota picada, aceite de oliva, sal y unas gotas de vinagre de Jerez. Si prefieres, puedes sumar ajo picado o especias como el orégano y el perejil.

Finalmente, vierte el “oro líquido” por encima y mezcla todo muy bien. El paso restante es probar estos pimientos asados; de seguro te impresionarán con su sabor intenso.

Una técnica que potencia los sabores

Esta manera de preparar pimientos asados ayuda a que se caramelicen los azúcares naturales del pimiento entero y de la piel, y le aportan un dulzor más intenso al plato final. Además, incrementa el contraste entre lo dulce y lo ahumado gracias a la cáscara quemada.

Como puedes ver, muchas veces mejorar el sabor de los platos se trata de sacarles el mayor provecho a las partes que solemos descartar, como en este caso es la piel de los vegetales. En definitiva, existen formas sencillas de transformar una comida en un platillo mucho más elaborado y sabroso.

 

Ver esta publicación en Instagram

 

Una publicación compartida por Vero Gómez (@veronicamchef10)

Para muchos, los pimientos asados son una guarnición sencilla y hasta un poco aburrida. Sin embargo, existe una forma de prepararlos que te hará cambiar de opinión. La chef Vero Gómez compartió en sus redes cómo obtener lo que ella llama “oro líquido”, un concentrado de sabor a partir de la piel de los pimientos que cambia este plato por completo.

Se trata de una forma sencilla de realzar el sabor de los pimientos, para que destaque muchos más su gusto dulce y ahumado. Sigue este paso a paso.

1. Asa los pimientos

Pon los pimientos rojos enteros y limpios en una bandeja y ásalos a una temperatura de entre 200 °C y 220 °C, hasta que algunas partes de la piel estén negras. “Es normal, no se están quemando. Tienen que salir así”, dice Vero. Gíralos a mitad de la cocción para que se tuesten de forma uniforme. Esto potenciará su sabor.

El tip de Verónica: ten cuidado porque al principio se cocinarán más despacio, pero si te descuidas puedes calcinarlos. Te tomará unos 40 a 50 minutos tenerlos listos, según tu horno.

Una vez cocidos, retíralos del horno y cúbrelos con un paño o con papel aluminio. Deja que suden y se enfríen durante 15 minutos. Este paso también hará que la piel sea mucho más fácil de retirar.

2. Extrae el “oro líquido”

Una vez que los pimientos estén templados, quítales la piel con las manos sobre un recipiente para recoger todos los jugos que liberan. Verás que sale sola muy fácil. No tires las partes negras; también se usan en el plato junto con todos los líquidos que hayan quedado en la bandeja.

A continuación, exprime las pieles dentro de un colador con ayuda de una cuchara o con las manos (como lo hace Vero Gómez). Así extraerás hasta la última gota de jugo, el “oro líquido” que le da el sabor tan especial.

3. Reduce el jugo

Una vez que tengas el jugo de la cocción y de la piel de los pimientos, viértelo en una olla pequeña. Luego, para que se espese, debes cocinarlo a fuego moderado hasta que notes que se reduce el líquido. Revuelve cada algunos minutos para que no se pegue ni queme. Conseguirás una salsa con un sabor a pimiento ahumado muy intenso.

4. Añade los últimos detalles

Como toque final, corta los pimientos en tiras y sírvelos en donde prefieras. Después, aliña con los ingredientes que más te gusten. Verónica aconseja usar una chalota picada, aceite de oliva, sal y unas gotas de vinagre de Jerez. Si prefieres, puedes sumar ajo picado o especias como el orégano y el perejil.

Finalmente, vierte el “oro líquido” por encima y mezcla todo muy bien. El paso restante es probar estos pimientos asados; de seguro te impresionarán con su sabor intenso.

Una técnica que potencia los sabores

Esta manera de preparar pimientos asados ayuda a que se caramelicen los azúcares naturales del pimiento entero y de la piel, y le aportan un dulzor más intenso al plato final. Además, incrementa el contraste entre lo dulce y lo ahumado gracias a la cáscara quemada.

Como puedes ver, muchas veces mejorar el sabor de los platos se trata de sacarles el mayor provecho a las partes que solemos descartar, como en este caso es la piel de los vegetales. En definitiva, existen formas sencillas de transformar una comida en un platillo mucho más elaborado y sabroso.

 

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Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.