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Los cuidados en los primeros meses del bebé

7 minutos
El cuidado de un bebé durante sus primeros meses de vida es exigente. No obstante, los bebés no son tan frágiles como parecen y atenderlos no es tan complicado.
Los cuidados en los primeros meses del bebé
Maricela Jiménez López

Revisado y aprobado por la médico Maricela Jiménez López

Escrito por Equipo Editorial
Última actualización: 10 julio, 2023

Cuando llega un recién nacido, este depende exclusivamente de los cuidados de sus padres. En los primeros meses del bebé es más difícil entender qué es lo que le afecta o necesita, pero poco a poco le van conociendo y cada vez les resulta más fácil atenderlo y cuidarlo.

A veces llorará porque tiene hambre, otras, porque tiene sueño, muchas más, porque el pañal está sucio… El llanto es su forma de comunicación. Te maravillará darte cuenta de que, a medida que avanzan los días, vas descifrando el significado de su llanto.

Sin embargo, mientras llega ese momento, estos son los cuidados básicos que necesita un bebé en sus primeros días de nacido. Toma nota y pon en práctica estos consejos.

Principales cuidados en la alimentación en los primeros meses del bebé

La alimentación tiene que ser a demanda, ya sea con leche materna o con fórmulas lácteas. El estómago del recién nacido es muy pequeño (del tamaño de su puño) así que la cantidad también es pequeña, por ello, debe ser sin horarios, a demanda del bebé.

De hecho, si toma leche de más, es posible que el pequeño regurgite una pequeña porción de leche. Es normal. Le ocurre tanto a los bebés amamantados como a los que toman leche de fórmula.

En los primeros 6 meses de vida del bebé, requieren nada más que leche para estar adecuadamente alimentado. Los bebés no necesitan tomar agua, ni infusiones, ni ninguna preparación con cereales u otros sabores. Solo necesitan leche.

En este sentido, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la lactancias materna exclusiva durante estos primeros 6 meses para, después, empezar con la alimentación complementaria, pero sin abandonar la lactancia hasta, al menos, los 2 años.

Lee también: 8 beneficios de la lactancia para la madre y el bebé

Para los bebés amamantados

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En ocasiones, a pesar de que el bebé lleva mucho tiempo mamando, no parece estar satisfecho. Revisa cómo es el agarre del pecho. Si succiona solo el pezón, no sacará mucha leche. Debes vigilar que toda la areola de tu pecho esté dentro de su boca.

Los bebés se duermen mientras son amamantados. A veces, no tienen mucha hambre o están medio dormidos; solo hay que mover un poco el pezón para que se despierten y sigan succionando.

Sin embargo, no siempre se duermen. Muchas veces, después de mamar se quedan unos minutos interesados en el entorno. Llorarán si no les prestamos atención y si tienen gases.

Para los bebés alimentados con biberón en los primeros meses

Cuando el bebé tiene que ser alimentado con biberón, lo mejor es que una misma persona sea la que siempre se lo dé durante los primeros meses. Aunque no lo parezca, cada uno tiene su forma de dar el biberón y el pequeño lo percibe. En este sentido, lo ideal es que lo haga su madre.

Mientras se le da el biberón, hay que verificar que no ingiera aire, porque eso lo llenará de los molestos gases. Para ello, hay que tener el biberón lo suficientemente inclinado como para que la leche ocupe toda la tetina.

En la preparación de la leche con fórmulas lácteas hay que seguir las instrucciones del fabricante. Asimismo, el biberón y la tetina han de estar correctamente esterilizados y el agua utilizada debe ser filtrada y hervida para eliminar cualquier presencia de microorganismos, como señala este artículo publicado en la Revista Enfermería Neonatal.

Después de comer

Para ayudar al bebé a eliminar los gases, hay que ponerlos en vertical, apoyados sobre nuestro hombro y darle unas suaves palmadas en la espalda. También lo puedes poner boca abajo sobre las rodillas, como muestra esta información de KidsHealth.

Asimismo, después de comer, recomiendan colocar al bebé unos 10 o 15 minutos en una postura erguida para evitar el reflujo y las molestias propias de los gases.

Los recién nacidos que son amamantados tenderán a tener más deposiciones que los que toman leche de fórmula. Cada bebé tiene su propio ritmo para defecar; unos lo harán una vez al día, y otros, tres o cuatro veces.

Descubre: 6 posturas para amamantar el bebé

Higiene en los primeros meses del bebé

El pañal hay que cambiarlo cada vez que sea necesario, pues la orina y las heces irritan la delicada piel del bebé. Aunque muchos pañales desechables ofrecen mantenerlos secos durante largas horas, siempre se genera una humedad y un calor que la irritan, lo que puede producir dermatitis del pañal, como señala este estudio publicado en la revista Pediatría Integral.

Para cambiar el pañal, una mesa o cambiador puede ser más cómodo que hacerlo sobre la cama. No obstante, hay que tener sumo cuidado a la hora de sostener adecuadamente al bebé. En un abrir y cerrar de ojos el pequeño puede girarse y darse un mal golpe.

Antes de poner un nuevo pañal, limpia y seca el área con suavidad. Procura que no quede nada de humedad entre los pliegues de los muslos y los genitales. Puedes aplicar una crema que bloquee la humedad para evitar la molesta pañalitis.

La hora del baño en los primeros meses del bebé

No hay unanimidad sobre cuándo es mejor dar el primer baño del bebé. Lo que sí es importante es que en esos primeros baños no se humedezca el cordón umbilical hasta que este se caiga.

En los primeros meses del bebé, el agua tibia es suficiente para asear al pequeño. Si se usa jabón ha de ser neutro. Asimismo, hay que evitar el uso de polvos de talco, ya que pueden ser inhalados por el bebé.

El cordón umbilical no necesita ningún vendaje especial mientras cicatriza. Después del baño, hay que secar bien el ombligo. Si la herida supura o sangra, hay que consultar con el pediatra.

Las uñas del bebé crecen muy rápido. Un buen momento para cortarlas es mientras duermen. Se pueden utilizar tijeras de punta roma, cortaúñas o bien limarlas con una lima muy fina.

La ropa del bebé

Los bebés suelen ser vestidos con demasiada ropa. Están tan abrigados, incluso en verano, que sudan y se sienten mal. Cuando tu bebé llora sin razón aparente, revisa si no lleva demasiada ropa para la temperatura del ambiente.

En los primeros meses del bebé, es normal que tengan las manos y los pies fríos. Sin embargo, si la piel a la altura de los omóplatos o sobre el abdomen está caliente y seca, significa que no tienen frío.

La ropa del bebé debe lavarse con jabón neutro, para evitar que los olores de los detergentes más fuertes puedan desencadenar alguna reacción alérgica. Sin embargo, no hay que exagerar. Los pequeños no necesitan que sus ropas sean esterilizadas ni hervidas durante horas. Se puede lavar su ropa con la del resto de la familia.

¿Cómo cargar al bebé?

Por último, durante los primeros meses del bebé es necesario sostenerle la cabeza. Cuando le tengas en brazos, has de sostenerla en todo momento con suavidad y, al mismo tiempo, con firmeza.

Los recién nacidos se asustan cuando la cabeza se les cae hacia un lado o hacia atrás. También, cuando se les alza de improviso. Haz contacto visual con tu bebé y háblale. Pon una mano debajo de su cabeza y otra bajo el tronco.

Acércalo a tu cuerpo, arrúllalo, que sienta tu corazón y disfrute de su cercanía. Recuerda que el contacto físico es tan importante como la alimentación y la higiene de tu bebé. Su olor es de los recuerdos más maravillosos que te dejarán los primeros meses del bebé.

Así pues, esperamos que estas recomendaciones para llevar a cabo durante los primeros meses del bebé te sirvan de ayuda cuando llegue al mundo tu pequeño recién nacido. No obstante, si tienes cualquier duda, consulta con un pediatra para que te oriente al respecto.


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