Los finales inacabados en las relaciones de pareja

Revisado y aprobado por el psicólogo Bernardo Peña

Escrito por Raquel Lemos Rodríguez

Última actualización: 06 julio, 2023

En algunas relaciones de pareja, no se llega a producor una ruptura propiamente dicha. Esto evita que la persona abandonada por la otra no pueda hacer su duelo.

Esto es lo que ocurre en los finales inacabados. Los finales inacabados no son más que esas situaciones en las que alguien se queda solo porque la otra persona decide desaparecer de su vida. Así, sin más explicación. Para esto hay un fenómeno denominado “ghosting” que lo ilustra muy bien.

La esperanza en una relación que se ha roto

Dicen que la esperanza es lo último que se pierde. De hecho, eso mismo ocurre cuando una persona es abandonada por otra. No da explicaciones, se va sin mediar palabra. Esto nos provoca dudas y diversos pensamientos obsesivos. Imaginemos que estamos en una relación con una persona. Todo va bien, no hay problemas graves que alerten de una inminente ruptura. Sin embargo, un día nos levantamos y esa persona ha desaparecido.

Intentamos contactar con ella por teléfono y ese número ha dejado de existir. Sus redes sociales también han desaparecido (posiblemente porque nos ha bloqueado de todas ellas). Es como si hubiese desaparecido de la faz de la tierra.

La sensación que esto nos deja en la boca es de una amargura que se va acentuando a medida que pasan los días. Las dudas de por qué se ha ido sin decir nada, qué ha podido pasar. Incluso de si esa persona está bien nos hacen mantener la esperanza de que vuelva.

Su regreso nos podría dar las respuestas necesarias para poder cerrar ese capítulo de nuestra vida. Pero con esa desaparición fugaz parece que se ha dejado una puerta abierta. Una puerta que nos llena de dolor, de frustración, dudas y amargura. Como bien mencionamos, hay un fenómeno denominado “ghosting” que hace referencia a todas esas personas que desaparecen. Pero, ¿por qué lo hacen?

Descubre: La esperanza de las personas rotas

Los finales inacabados, una opción cobarde

Lo que ocurre aquí es que se esquiva ese “dar la cara”, quedar con la pareja y comunicarse con ella de una manera honesta, sincera, pero siendo claros. En vez de hacer esto, que sería lo correcto, la persona que quiere dejar la relación huye. Es lo más fácil para ella.

No tiene que dar explicaciones, tampoco enfrentarse a los lloros y súplicas de su pareja. Solo tiene que desaparecer. Sin duda alguna, este tipo de actitud deja mucho que desear, pues el daño que le está causando a esa persona que supuestamente un día amó es mucho peor que si le dijese “mira, no deseo continuar con esta relación”.

Lee también: La forma en la que resuelves tus conflictos habla de ti

¿Se han desecho de mí?

Esta es la pregunta que una persona que experimenta un final inacabado puede pensar. Me han utilizado y, cuando han dejado de quererme o necesitarme, me han abandonado sin darme una mísera explicación. Sobra decir que las personas que pasan por esta experiencia sufren una bajada de autoestima tremenda que puede hacer que caigan en una depresión profunda.

El hecho de no poder entrar en la habitación del duelo debido a que no saben si la relación ha terminado en realidad o no supone un dolor interno que no les permite cerrar ese capítulo que tanto bien les podría hacer. Expresar las emociones, sacar todo lo que llevan dentro y acudir a un profesional podrá ayudar a estas personas a ponerle punto finale a esos finales inacabados que, en realidad, sí están terminados por completo.

El apoyo de los amigos y de los familiares, así como cuidar de uno mismo para mejorar la autoestima, será algo esencial, pues estas personas tienden a volverse grises y a no ser capaces de saborear la vida. Todo debido a una pareja que no ha tenido el valor de decirle de frente que quería ponerle fin a la relación.

Finales inacabados: tu experiencia puede ser de ayuda para otros

¿Has experimentado alguna vez los finales inacabados? ¿Cómo has podido superarlos? Tu experiencia puede ayudar a muchas más personas que puedan estar pasando por esta situación tan dolorosa donde la culpa y los remordimientos se convertirán en el pan de cada día.