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Los peligros de comer alimentos enlatados

4 minutos
Los componentes de los envases de plástico y metal pueden causar desde obesidad a problemas cardíacos. Lo más recomendable es guardar la comida en recipientes de vidrio o papel.
Nelton Abdon Ramos Rojas

Revisado y aprobado por el médico Nelton Abdon Ramos Rojas

Escrito por Yamila Papa Pintor
Última actualización: 06 julio, 2023

Muchos alimentos del mercado están envasados en latas, lo que se considera totalmente normal y no parece entrañar peligros. Sin embargo, varias investigaciones indican que el material con que se fabrican las latas puede generar un compuesto tóxico que perjudicaría nuestra salud. Te contamos cuáles son los peligros de comer enlatados.

Las latas tienen un recubrimiento especial hecho con resinas de bisfenol A. No importa que no recuerdes este nombre, lo que sí debes saber es que se acumula en el cuerpo y sus efectos no son para nada buenos.

Un estudio hecho en la Universidad de Harvard reveló que las personas que consumieron sopas enlatadas durante cinco días consecutivos tenían una gran cantidad de Bisfenol A en la orina. Se les volvieron a realizar análisis tras 5 días sin consumirlas y no se detectó dicha sustancia.

¿Es tóxico el Bisfenol A?

El bisfenol A (BPA, por sus siglas en inglés) resulta de gran interés para muchos científicos. Una publicación del Journal of the Medical Association indica que este compuesto se usa para producir plásticos, resinas y latas. En este estudio publicado en EE.UU. confirmó la presencia de altos niveles de BPA en bebés y niños.

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Canadá fue el primer país del mundo en declararlo sustancia tóxica y le siguió la Unión Europea, donde se prohibió este componente para producir biberones. Sin embargo, las resinas de BPA se siguen usando en otros productos, como en el recubrimiento de las latas de metal para alimentos y bebidas.

Todavía no hay información suficiente como para saber a ciencia cierta cuáles son todos los efectos dañinos de la acumulación de bisfenol A en el organismo, aunque las pruebas con animales han sido alarmantes.

Sí se sabe, por ejemplo, que el BPA es un disruptor endocrino, es decir, que puede alterar el funcionamiento del sistema hormonal. Se le vincula a la diabetes, las enfermedades cardiovasculares y la obesidad.

Entonces, el problema no es tanto el contenido (aunque también hay que prestar atención a ello), sino al contacto que los alimentos tienen con el bisfenol A. Los científicos están haciendo lo posible para que deje de usarse BPA en las latas y no se comercialicen alimentos enlatados.

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Los riesgos de los alimentos enlatados

Además de en las latas, el BPA está presente en el plástico, incluso en los envases al vacío. Los únicos envoltorios o recipientes que “se salvan” son los de vidrio o papel (¿te has puesto a pensar cómo cambia el gusto de un alimento según dónde lo guardes?).

Los productos químicos sintéticos que se usan para embalar, almacenar y procesar los alimentos son enemigos silenciosos. Nadie sabe lo que está ingiriendo ni cómo puede afectar a su salud (o la de su familia). La mayoría de estos compuestos no son inertes, por lo que se pueden filtrar en la comida sin problemas.

Las personas que consumen muchos alimentos enlatados pueden verse afectadas por estas sustancias con más facilidad. Y vale la pena recordar que pueden causar obesidad, cambios hormonales, problemas cardíacos y diabetes.

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Es verdad que no se sabe demasiado todavía al respecto, ni siquiera cómo afecta al organismo. Lo que sí está confirmado es que las latas contienen sustancias tóxicas como el formaldehído, del que se ha descubierto que es cancerígeno. Esta sustancia también se encuentra (aunque en menor medida) en las botellas de plástico.

Los peligros de las latas de atún

No hay dudas de que es uno de los alimentos enlatados más populares por su versatilidad. Sin embargo, debido al mercurio de las latas donde se envasa el atún, este alimento pierde todos los beneficios del pescado (ácidos grasos Omega 3 y fósforo).

El mercurio es un metal con efectos tóxicos en el sistema nervioso. Además de estar presente en las latas, también se sabe que aparece en algunas especies marinas debido al agua donde habitan.

Se ha observado que este metal podría aumentar el riesgo de padecer infartos de miocardio, alteraciones neurosensoriales, interferencia en el desarrollo neurológico (en el caso del feto), etc.

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Los riesgos del recubrimiento de las latas de aluminio

La gran mayoría de las latas que se utilizan para almacenar alimentos y se venden en el mercado tienen un revestimiento plástico, también conocido como resina epóxica, que se aplica en la superficie. Este procedimiento se realiza para evitar que los alimentos reaccionen y sus ácidos puedan erosionar el material.

Lo importante parece ser que las latas duren mucho tiempo (para conservar el alimento), y por eso se les aplica ese recubrimiento.

La intoxicación por latas, un problema “antiguo”

El problema de los alimentos enlatados no es nuevo, sino que se tiene constancia de casos de intoxicación, al menos, desde el siglo XIX. Por ejemplo, en la historia de la fatídica expedición de John Franklin por el Ártico, donde muchos de los tripulantes del barco murieron por comer comida en latas.

Años después se descubrió que la causa fue envenenamiento por plomo, que se usaba para soldar las latas de conserva. Si bien hay parte de mito en este relato y  los procedimientos para almacenar alimentos han cambiado, es bueno saber que el problema de la intoxicación en latas no es algo nuevo.

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