¿BLW o purés? Cuál es más seguro para la alimentación complementaria

Elegir cómo empezar la alimentación complementaria de un bebé no siempre es sencillo. Entre recomendaciones cruzadas, consejos familiares y lo que se ve en redes sociales, muchas madres y padres se preguntan si es más seguro ofrecer purés con cuchara o apostar por el método BLW, en el que el bebé come por sí mismo.

La preocupación por el atragantamiento suele estar muy presente, pero no siempre se cuenta toda la información. A continuación, te contamos qué tener en cuenta para alimentar a tu bebé con mayor tranquilidad, más allá del método que elijas.

¿Existe un método más seguro entre BLW y purés?

Aunque a primera vista el BLW puede parecer más arriesgado, lo cierto es que no se ha demostrado que aumente el riesgo de atragantamiento frente a los purés cuando se practica correctamente. Ambos enfoques pueden ser seguros si se adaptan al momento del bebé y se aplican con cuidado.

En la práctica, el problema no suele ser si el alimento va triturado o en trozos, sino cómo se ofrece, en qué condiciones y si el bebé está preparado para recibirlo.

Señales que indican que el bebé está listo

Más allá de la edad, hay señales claras que indican que un bebé puede iniciar la alimentación complementaria con mayor seguridad.

• Mantenerse sentado con estabilidad y buen control de la cabeza.
• Mostrar interés por la comida y tratar de llevársela a la boca.
• Haber perdido el reflejo de expulsar la comida con la lengua.

Respetar estas señales es clave, tanto si se eligen purés como BLW.

Consejos para reducir el riesgo durante la alimentación complementaria con BLW y purés

1. Adapta la forma y la textura de los alimentos. En BLW, los alimentos deben ser blandos, fáciles de aplastar con los dedos y presentarse en piezas grandes que el bebé pueda agarrar. En el caso de los purés, conviene que sean homogéneos y sin trozos duros inesperados.
2. Evita alimentos de alto riesgo. Durante los primeros años es recomendable no ofrecer frutos secos enteros, uvas sin cortar, zanahorias crudas, trozos duros de manzana u otros alimentos que puedan provocar atragantamiento.
3. Cuida la postura al comer. El bebé debe estar siempre sentado, con el cuerpo erguido y buen apoyo, nunca reclinado, acostado ni en movimiento.
4. Mantén una supervisión constante. Es importante que un adulto esté atento durante toda la comida y evite distracciones como el uso del móvil.
5. Crea un ambiente tranquilo. Comer sin prisas, sin juegos ni estímulos externos ayuda a que el bebé se concentre en la comida y la gestione mejor dentro de la boca.

Arcadas no son lo mismo que atragantamiento

Uno de los aspectos que más alarma genera en BLW son las arcadas. Ver al bebé hacer gestos de incomodidad, toser o empujar la comida con la lengua puede asustar, pero esto forma parte de su aprendizaje.

El reflejo nauseoso es un mecanismo natural de protección y es habitual durante los primeros meses de alimentación. El atragantamiento real, en cambio, implica dificultad para respirar y es mucho menos frecuente. Entender esta diferencia ayuda a mantener la calma y a reaccionar mejor.

¿Y si se combinan BLW y purés?

Cada vez más familias optan por un enfoque mixto, adaptándose al día a día y a las preferencias del bebé. Esta opción puede ser igual de segura si se siguen las mismas pautas de preparación y supervisión.

Al final, más que elegir entre BLW o purés, lo importante es ofrecer alimentos adecuados, respetar el ritmo del bebé y acompañarlo con atención. La tranquilidad en la mesa también se aprende, y empieza con información clara y expectativas realistas.