Meibomianitis: causas, síntomas y tratamientos
Revisado y aprobado por la enfermera Leidy Mora Molina
La meibomianitis es la inflamación de las glándulas meibomianas que están ubicadas en el párpado superior e inferior del ojo. Estas glándulas liberan aceites en esa zona y cuando estos se vuelven más gruesos de lo normal, se produce la afección.
Los aceites meibomianos son muy importantes para la salud ocular. Si dejaran de producirse, los ojos se resecarían e irritarían. Sin embargo, si tales aceites son más gruesos de lo que debieran, se produce una acumulación en los párpados y el resultado es la meibomianitis.
A la meibomianitis también se le conoce como «meibomitis» o «disfunción de la glándula de Meibomio». En la mayoría de los casos, esta afección no causa daños duraderos. Sin embargo, en algunas pocas ocasiones puede provocar úlceras corneales o problemas más graves.
Causas de la meibomianitis
Las glándulas meibomianas producen aceites que son absorbidos lentamente por la película lacrimal. Esta es la capa delgada de humedad que cubre los ojos. Tal película está compuesta en mayor medida por agua, que se evaporaría si los aceites no estuvieran presentes.
Algunas afecciones como la rosácea, el acné o las alergias, así como los cambios hormonales de la adolescencia, pueden llevar a que los aceites se vuelvan más gruesos o densos. Si esto ocurre, tales aceites ya no se extienden sobre la película lacrimal, sino que se acumulan en los bordes de los párpados.
Esas acumulaciones son un nutriente para diversas bacterias que están en esa zona de la piel. Si esos microorganismos aumentan en exceso, se produce la meibomianitis. Es muy frecuente que curse de forma simultánea con la blefaritis, que también provoca la acumulación de una especie de caspa en la base de las pestañas.
Síntomas de la meibomianitis
El síntoma más evidente de la meibomianitis es el enrojecimiento y la inflamación de los párpados. Eso puede provocar una sensación arenosa o de ardor en los ojos, o picor en los párpados. Otros síntomas habituales son los siguientes:
- Ojos llorosos.
- Descamación de la piel que rodea el ojo.
- Costras en las pestañas al levantarse por la mañana.
- Orzuelos frecuentes.
- Parpadeo excesivo.
- Visión borrosa.
- Sensibilidad a la luz.
- Crecimiento anómalo de las pestañas.
- Pérdida de pestañas.
- Ojos secos.
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En este último caso, es posible que las glándulas meibomianas estén conectadas y entonces haya menos producción de aceite. En todos los casos, los síntomas pueden ser leves o tener diversos grados de severidad.
Diagnóstico
La meibomianitis se puede detectar en un examen rutinario de ojos. El médico va a explorar la parte frontal del globo ocular, poniendo especial énfasis en los párpados. Es posible que se valga de una luz brillante para detectar el posible bloqueo de las glándulas de Meibomio.
En algunas ocasiones, se toma una muestra de la secreción o costra que está en los párpados. Esta se envía a un análisis de laboratorio para establecer la presencia de bacterias en el fluido y así tener más elementos de juicio para el tratamiento.
Tratamiento
Lo usual es que se recomiende aplicar calor húmedo en los párpados del ojo afectado para reducir los síntomas. Esto debe hacerse luego de realizar una cuidadosa limpieza en el borde de los párpados.
Si hay rosácea o acné, el médico también tratará estos problemas. Hay ocasiones en las que el tratamiento de la meibomianitis puede requerir una o varias de las siguientes medidas:
- Exprimir la glándula meibomiana para extraer las secreciones que la obstruyen y dejarla limpia.
- Insertar una cánula dentro de las aberturas de las glándulas para lavar el aceite que está engrosado.
- Ingerir antibióticos.
- Tomar aceite de pescado. Esto puede ayudar a mejorar el flujo de aceite en el ojo.
- Usar un ungüento antibiótico en el párpado.
- Utilizar un fármaco con ácido hipocloroso para limpiar el párpado.
- Emplear Lipiflow. Este es un dispositivo que calienta el párpado y contribuye a destapar las glándulas.
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¿Puede prevenirse?
No hay una forma precisa de prevenir la meibomianitis. Sin embargo, una medida muy importante es la de tratar la rosácea o el acné, si están presentes para impedir que deriven en esta afección de los ojos.
También es importante evitar algunos alimentos como el chocolate, ya que estos pueden incrementar los síntomas. Lo más recomendable en todo caso es mantener una buena higiene ocular. Esto incluye un baño oftálmico, pero también pausas y ejercicios en los ojos.
Frente a la presencia de orzuelos, hay que visitar al médico
Los síntomas de la meibomianitis suelen ser bastante incómodos; no obstante, rara vez provocan dificultades mayores. En otras palabras, no amenaza la visión. Sin embargo, se puede convertir en una afección crónica que resta calidad de vida a quien la padece.
Los tratamientos disponibles no suelen mostrar su eficacia de forma inmediata. Hay que ser perseverantes y darle tiempo al tiempo. Es importante consultar con el médico cuando ninguna medida resulte eficaz y, sobre todo, cuando comienzan a salir orzuelos de forma repetida.
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