Mitigar los dolores durante las primeras semanas de embarazo
Escrito y verificado por el médico Mario Benedetti Arzuza
Los dolores durante las primeras semanas de embarazo son normales cuando se mantienen dentro de lo tolerable y no impiden hacer vida normal. En cambio, cuando se presentan en conjunto con otros síntomas que agravan la sensación de malestar, hay que acudir al médico para determinar por qué se están produciendo y cuál es el tratamiento más acorde.
A continuación te comentaremos cuáles son algunas de las posibles causas de los dolores durante las primeras semanas de embarazo para que las tengas en cuenta en la consulta con el profesional.
Posibles causas de los dolores durante las primeras semanas de embarazo
Los dolores durante las primeras semanas de embarazo se generan por el estiramiento que se produce en el abdomen para adaptar el espacio que requiere el feto con el fin de desarrollarse. Este tipo de molestia es superable, pues es de intensidad baja y no suele durar mucho.
Asimismo, los ligamentos del útero se van estirando, produciendo un dolor punzante similar al padecido durante el dolor menstrual. Generalmente, ocurre durante el primer trimestre del embarazo, cuando el organismo va cambiando en función del proceso de gestación.
Existen ciertos tipos de cólicos que se manifiestan con sensación de hinchazón en el abdomen que son provocados por las contracciones del útero propias de este período.
Por último, las molestias intestinales producidas por la disminución del ritmo del proceso digestivo durante el embarazo y los gases retenidos pueden ser la causa de otro tipo de dolores.
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¿Y si las molestias siguen después de los 3 primeros meses?
Si las molestias superan los primeros tres meses debes estar atenta. En especial si percibes calambres agudos en una zona específica del abdomen, durante un tiempo prolongado y de manera frecuente.
También, presta atención a posibles hemorragias vaginales, fiebre y vómito, ya que son señales de que algo no anda bien. Acude a tu médico y plantéale todos los síntomas, sin obviar detalles.
Los problemas que pudieran presentarse si no atiendes a tiempo cualquiera de estos síntomas pueden generar problemas mayores, tales como parto prematuro, desprendimiento de la placenta y, en el peor de los casos, un aborto espontáneo.
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¿Cómo mitigar los dolores?
Para mitigar los dolores, lo más recomendable es seguir las indicaciones del médico. En algunos casos, puede bastar con tomarse un tiempo para reposar, beberse una infusión de manzanilla y relajarse, pero en otros casos, puede que lo más recomendable sea salir a dar un paseo.
No es recomendable automedicarse con analgésicos de venta libre ni AINE, pues si bien estos pudieran proporcionar un alivio momentáneo, también podrían ocultar la verdadera causa del problema, lo que dificultaría el diagnóstico.
En caso de que sea difícil de sobrellevar el dolor, lo más adecuado es acudir al médico cuanto antes, proporcionarle detalles sobre todo lo que respecta la molestia y ponerse en sus manos para recibir el tratamiento más adecuado.
Recomendaciones
- Es importante que la embarazada resuelva todas las inquietudes con el profesional y evite recurrir a la automedicación y el uso de remedios naturales, ya que ambas cuestiones son riesgosas para su salud y la del feto.
- Algunos remedios naturales podrían causar interacciones con los fármacos o alimentos, por ello hay que usarlos siempre con precaución previa consulta con el médico.
- En caso de que el médico autorice el consumo de un remedio, hay que seguir sus instrucciones y no mezclar el autorizado con otros remedios.
- Mantener una buena higiene postural contribuye tanto a la prevención como el alivio del malestar.
- Evitar el uso de prendas de ropa ajustadas y zapatos de tacón por periodos de tiempo prolongados, ya que suelen causar incomodidad y promover el malestar.
- Colocarse una compresa caliente sobre la zona afectada (el vientre o la espalda), envuelta en un paño o toalla para no quemar la piel.
- Dormir de lado y, si lo desea, con un almohada para embarazadas.
- Mantener una dieta equilibrada, con un consumo apropiado de fibra, para evitar el estreñimiento. La papaya y la avena son alimentos que favorecen la digestión, pero existen muchas otras opciones que se pueden aprovechar.
- Hacer ejercicio de forma regular, según las indicaciones del médico.
El tipo de ejercicio debes consultarlo con tu médico. Aunque, casi siempre una caminata y dinámicas ligeras es lo más indicado, cuidando siempre no hacer movimientos bruscos ni esfuerzos innecesarios que puedan afectar al feto.
Siguiendo las recomendaciones del profesional y manteniendo un estilo de vida saludable y coherente será fundamental para cuidar tanto de la salud propia como la del bebé.
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