Los niños no deberían consumir bebidas energéticas, mira por qué
Revisado y aprobado por la enfermera Leidy Mora Molina
El consumo de bebidas energéticas ha crecido de forma exponencial en los últimos años entre los niños. Estos productos no son saludables para nadie, pero en los menores tienen consecuencias aún más graves. Por desgracia, se estima que cerca de la mitad de los consumidores habituales tienen menos de 18 años.
Las bebidas energéticas contienen estimulantes. Incluyen enormes cantidades de azúcar, cafeína y taurina, que es un potenciador de la misma cafeína.
Las sustancias que están presentes en las bebidas energéticas pueden perjudicar la salud de los niños y adolescentes. Por eso, desde el punto de vista médico, los menores nunca deberían consumir este tipo de productos. Enseguida explicaremos por qué.
¿Qué son las bebidas energéticas?
Lo primero que se debe decir es que las bebidas energéticas no son lo mismo que las bebidas deportivas o isotónicas. Estas últimas son utilizadas por los deportistas para rehidratarse y reponer azúcar y minerales después de haber realizado una actividad física exigente.
Las bebidas energéticas, en cambio, tienen un alto contenido de sustancias estimulantes. En particular, cafeína. Cada envase presenta entre 27 y 164 miligramos de cafeína.
Estas bebidas también contienen compuestos como la taurina y la guaraná, que potencian los efectos de la cafeína. Se les atribuye la capacidad de incrementar la función cognitiva o el rendimiento deportivo. Sin embargo, no existe ninguna evidencia científica sólida que lo corrobore.
Otra cosa es que el efecto estimulante de estos productos genere esas sensaciones. Sea como fuere, lo cierto es que las bebidas energéticas contienen niveles de cafeína no seguros y suplementos de hierbas que también pueden tener efectos estimulantes.
Efectos sobre la salud
Las bebidas energéticas provocan efectos negativos en el sistema nervioso y en el aparato cardiovascular. En términos generales, las consecuencias inmediatas suelen ser la alteración de los patrones del sueño y, de forma paradójica, un aumento de la sensación de fatiga.
La taurina se ha asociado con el incremento del ritmo cardiaco y la agitación. Así mismo, si hay algún trastorno previo ansioso o maníaco, los síntomas se exacerban. De otro lado, los elevados niveles de azúcar de las bebidas energéticas incrementan la resistencia a la insulina.
¿Por qué no son recomendables para los niños las bebidas energizantes?
Los niños y los adolescentes son personas en proceso de desarrollo. Los efectos de las bebidas energéticas pueden ser más severos.
En general, este segmento etario tiene mayor riesgo de presentar eventos adversos por el consumo de estos productos, así como consecuencias a largo plazo. Veamos.
Efectos adversos inmediatos
En los niños y los adolescentes se presentan con más frecuencia efectos adversos por consumo de bebidas energéticas. Estos incluyen dolor de cabeza, palpitaciones, náuseas, vómitos, diarrea, problemas para dormir y convulsiones.
En un estudio llevado a cabo en Australia por el Telethon Kids Institute, se estableció que un 55,4 % de los menores que eran consumidores habituales de bebidas energéticas presentaban eventos adversos que requerían asistencia médica.
Problemas en el comportamiento
Otro estudio publicado en Neuroscience Biobehavior reportó problemas de conducta en los niños y adolescentes que consumen bebidas energéticas de forma habitual. En general, tienden a la hiperactividad y suelen asumir conductas de riesgo.
Así mismo, tienen más problemas con la regulación del comportamiento y desarrollan conductas autodestructivas. De otro lado, son más propensos a consumir alcohol y sustancias psicoactivas como acompañantes o mezclas.
Se inclinan por una alimentación menos nutritiva y tienen más trastornos del estado de ánimo. De igual manera, presentan un rendimiento escolar más bajo y se muestran con menores habilidades sociales.
La salud cardiovascular
Una investigación publicada por la Asociación Americana del Corazón (AHA por sus siglas en inglés) señala que el consumo frecuente de bebidas energéticas altera la actividad eléctrica del corazón. Esto incrementa la probabilidad de desarrollar una anomalía llamada taquicardia ventricular.
Los efectos del azúcar
Este tipo de bebidas contienen elevados niveles de azúcar. En principio, esto facilita el desarrollo de caries dental. Sin embargo, no es lo más grave.
Estos compuestos hacen a los menores más propensos a la diabetes y a la obesidad. Se estima que en la actualidad hay alrededor de 158 millones de niños y adolescentes obesos en el mundo.
Intoxicación
El consumo elevado de bebidas energéticas en niños hace viable una intoxicación. Las consecuencias pueden ser muy graves, con pérdida de la consciencia, alucinaciones, convulsiones, derrames cerebrales e incluso muerte súbita. En muchos casos, el abandono de estas bebidas provoca síndrome de abstinencia.
Bebidas alternativas
Muchos niños y adolescentes, al igual que un buen número de padres, confunden las bebidas energéticas con las isotónicas. Lo primero es comprender las diferencias y ser conscientes de que las bebidas deportivas solo se deben emplear luego de una actividad física intensa.
Dicho esto, todo atleta joven debería poder recuperarse con agua pura. Si se consume en la cantidad adecuada no hay riesgos de que se deshidrate. Lo indicado es que beba agua cada 15 o 20 minutos.
Si el niño quiere beber algo diferente, estas pueden ser buenas alternativas:
- Isotónicas o deportivas: son bebidas que contienen hidratos de carbono y electrolitos, pero también una cantidad importante de calorías.
- Aguas vitaminizadas: estas bebidas también suelen contener calorías de más, cafeína, edulcorantes artificiales y hasta hierbas. No son recomendables.
Los jugos naturales son una buena opción, siempre que sean bajos en azúcar. Las frutas frescas también ayudan a mantener equilibrada la hidratación corporal. Sin embargo, el agua sigue siendo la más saludable alternativa.
Esquivar la publicidad para niños de las bebidas energéticas
Es importante consultar con el pediatra sobre las bebidas que acostumbran a consumir los niños y los adolescentes. Una buena información es el mejor soporte para tomar decisiones adecuadas en este aspecto.
Los fabricantes de bebidas energéticas suelen utilizar una publicidad muy persuasiva dirigida a los menores. Si la legislación no controla esto, lo indicado es hablar con los pequeños para que se informen bien y no se dejen manipular por esos mensajes engañosos.
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