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No tengo ganas de hacer nada, ¿qué puedo hacer?

5 minutos
Hay momentos en los que tenemos demasiado estrés o cansancio y no queremos hacer nada. Sin embargo, ¿qué ocurre cuando esto se mantiene con el tiempo? Aquí te lo explicamos.
No tengo ganas de hacer nada, ¿qué puedo hacer?
Isbelia Esther Farías López

Escrito y verificado por la filósofa Isbelia Esther Farías López

Última actualización: 10 julio, 2023

“No tengo ganas de hacer nada, ¿qué puedo hacer?”, quizá te has cuestionado esto es más de una ocasión. Por ello, hemos decidido reflexionar sobre este tema en concreto.

En una primera instancia, si no tienes deseo de hacer nada, tal vez sea normal y probablemente se deba al cansancio, ya que problemas tales como la fatiga se definen como una falta de energía y motivación, por lo general.

Es decir, quizá has estado muy ocupado, te encuentras viviendo bajo estrés, y llega el día en el que no quieres hacer nada. En ese momento, reflexionas y te das cuenta que no deseas ordenar tu casa, atender tu jardín o, quizás, ni siquiera desees ir al trabajo.

En estas situaciones vale la pena examinar el contexto, ya que investigaciones como la publicada en 2018 por la Revista de Neuropsiquiatría apuntan a que estar sometido bajo un fuerte estrés puede ser el detonante de la fatiga, y la antesala para otras enfermedades.

Si este es tu caso, quizá solo necesites descansar un poco, desconectarte de todo por un momento y recuperar energías. A continuación te detallamos lo que puedes hacer en concreto.

No tengo ganas de hacer nada: ¿qué sucede?

¿Qué ocurre en aquellos casos cuando no solo se trata de fatiga, sino que el caso parece más severo y el tiempo va pasando y pasando? Pues bien, si es así, entonces es momento de prestarle atención.

Los estados de apatía que toman mucho tiempo en ser superados, y en los que solo se quiere permanecer en la cama, aislados del mundo, puede ser un indicio de algo más grave.

Si además de no querer hacer nada sientes que deseas llorar o tienes angustia, falta de apetito, culpabilidad, tristeza, entre otros, entonces lo más recomendable es que consultes con un psicólogo o psiquiatra sobre tu estado mental.

Descubre: Consejos para tener un día lleno de motivación y alegría

Síntomas de una posible apatía

Según un grupo de investigadores japoneses, la apatía se caracteriza principalmente por una falta de motivación que no puede atribuirse a la angustia emocional, discapacidad intelectual o disminución de la conciencia.

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Cuando no tienes deseos de hacer nada, quizá tienes apatía o necesites hablar de tus problemas con un profesional

Otros síntomas de apatía podrían ser algunos como:

  • Vivir con desilusión.
  • Abandono de tus metas.
  • Tener un estilo de vida sedentario.
  • Invertir menos tiempo en tus proyectos.
  • Deseos de permanecer aislado socialmente.
  • Desinterés por interactuar con otras personas.
  • Solo se quiere dormir o no querer hacer nada.
  • Sensación de que tu vida transcurre sin un propósito.
  • Estos síntomas, además de una apatía, podrían ser parte de algún problema más allá de la apatía, por lo que resulta indicado consultar con un psicólogo o psiquiatra si esto se da.

¿Qué puedo hacer si no tengo ganas de hacer nada?

Hay algunas cosas que puedes hacer si no te sientes motivada que podrían ser de ayuda:

  • Intenta motivarte tú misma. La motivación podría no surgir en el primer momento, pero si te propones unas pequeñas tareas, quizás te sientas mejor. Imagina lo bien que te sentirías si vas al cine con tus amistades o si sales a caminar al parque.
  • Romper el ciclo de la negatividad. Este podría ser otra razón por la cual te sientes sin ganas de hacer nada, porque estás nadando, de manera inconsciente, en un mar de negatividad. Intenta romper ese ciclo, cambia tus rutinas y plantéate un objetivo que llene tu vida de ilusión.
  • Practica algún ejercicio físico. Tal vez suene ilógico, pero una vez que comiences a ejercitar tu cuerpo, experimentarás bienestar y tu estado de ánimo cambiaría.
  • Dedícate a eso que te gusta. Quizá, tus tareas son aburridas y eso es lo que te ocurre. Pero si retomas tu pasión por la fotografía, la pintura, aprender algún idioma, o te integras a un curso, ello podría ayudarte a retomar el ánimo en tu vida.
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Salir de viaje o romper de cualquier forma la rutina te puede ayudar a recuperar la energía y el deseo de hacer tus tareas cotidianas.

Otras opciones podrían ser:

  • Toma un pequeño viaje. Con ello podrías lograr desconectarte de la cotidianidad y la rutina. Unos días con la mente relajada podrían ser la solución.
  • Plantéate un reto. Proponte conocer nuevas personas, asistir a más eventos culturales, o vivir una experiencia que nunca antes hayas hecho.
  • Coloca una fecha en el calendario. Así te sentirás comprometida a la realización de tu nueva meta.
  • Evita aislarte. Para que los pensamientos tóxicos y el pesimismo no se apoderen de ti. Disfruta tiempo de calidad con las personas que quieres y que están cerca de ti.
  • La felicidad depende de ti. Recuerda que tu felicidad no depende de otras personas, sino de ti misma. En ti están todos los recursos para sentirte feliz.

Ver también: ¿De qué manera están ligados el bienestar físico y el emocional?

Recuerda buscar ayuda si lo necesitas

Si ya lo has intentado todo por ti misma, y sientes que aun así no logras salir de ese estado de desinterés o apatía, es importante y necesario que busques ayuda profesional. 

Si tú sientes que no cuentas con la suficiente fuerza para hacer tus tareas, regresar a tu trabajo o incorporarte a tus estudios, entonces visita a un psicólogo.

No te quedes esperando que simplemente la sensación se vaya sola, ni permitas que esto se apodere de ti. Podría ser que estuvieras padeciendo abulia como síntoma principal de una depresión mayor, o que tu estado sea el de una imposibilidad de sentir alegría o placer por las cosas, es decir, una anhedonia.

No te preocupes, cualquiera que sea tu situación, si ya lo intentaste todo y sigues pensando ‘no tengo ganas de hacer nada’, busca apoyo terapéutico para mejorar tu estado mental.


Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.


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