Nunca se olvida a un amor, se aprende a vivir sin él
Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater
Ningún amor es igual, ni amamos siempre de la misma manera. Cada relación que establecemos a lo largo de nuestra vida es única y excepcional, aunque su final esté cargado de tristeza y alguna decepción.
Hay quien, al terminar una relación, espera que la siguiente cumpla con todas sus expectativas. No obstante, hacer pareja significa también construir día a día una relación, respetar las diferencias y amar la semejanzas.
El amor es la emoción más compleja que puede experimentar el ser humano. Y su impacto en nuestro cerebro es tan intenso que es imposible olvidar cualquier relación de nuestro pasado.
El amor se vive, a veces se pierde, pero nunca se olvida: aprendemos a vivir sin esa persona que un día nos hizo feliz.
El amor que nunca se olvida
Hay amores que duelen, que cambian y que hacen que no deseemos volver a enamorarnos. No debe ser así. No debes darle tanto poder a alguien como para cerrar las puertas a tu felicidad.
Cuando algo acaba, debemos pasar un proceso de duelo necesario para poder avanzar. Así lo afirma esta investigación de la
- Universidad Nacional Autónoma de México
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Las relaciones vividas, sean positivas o negativas, deben ser aceptadas, superadas e integradas en nuestro ciclo vital como experiencias significativas de las cuales aprender.
El amor que perdimos y que nos hizo felices
En primer lugar, abordaremos las relaciones significativas que nos hicieron felices en algún momento de nuestra vida. Debes verlo como un regalo, a pesar de que el final esté cargado de tristezas.
- Quédate con la experiencia vivida. Toda época de nuestra vida que nos aportó alegría y felicidad valió la pena. Por ello es necesario saber cerrar esa puerta sin lamentos, sin amarguras.
- Intenta recordar siempre lo positivo de ese amor. Si te limitas a recordar solo ese final traumático, pesará más en tu mente el dolor que la recompensa de haber vivido una relación que te hizo crecer en emociones positivas.
- Ten en cuenta que las personas pasamos gran parte de nuestra vida recordando, que cada poco tiempo nuestra mirada se aloja en el ayer más que en el aquí y ahora.
- ¿De qué te sirve centrarte en la pena si hubo instantes de gran felicidad? Sonríe y quédate con lo bueno. Es un legado que no muchas personas pueden conservar o tener: tú eres afortunado.
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El amor que nos hizo daño en el pasado
Hay amores que duelen porque rompieron nuestros esquemas sobre el respeto, la convivencia o el cariño. Cerrar las puertas a nuevos amores solo porque uno nos hizo daño es como negarse a acercarse a las rosas porque una nos pinchó.- Recuerda que la finalidad en esta vida es ser felices. Y no importa cómo lo consigas, solo o junto a otra persona. Lo malo es negarse nuevas oportunidades solo por haber tenido una mala experiencia.
- El amor que duele no se olvida nunca, pero día a día dolerá menos y aprenderás a vivir con un recuerdo que no paraliza, que no te limita.
- Acepta que en el amor, como en la vida, hay personas buenas y personas no tan hábiles para abrir su corazón y formar pareja.
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- No personalices el dolor. No te conviertas en tu propio enemigo o en tu propio sufrimiento. Una relación pasada es un escalón que has superado. Es el ayer y debes aprender a eliminar cargas negativas: resentimiento, culpas, rabias…
- Sigue avanzando por la escalera de la vida. Los amores se viven, se experimentan con intensidad. Cuando los perdemos los lamentamos durante un tiempo determinado… Y luego, solo quedará el recuerdo.
Y ese recuerdo debe ser positivo. Como un amor que mereció vivirse, como un amor del que aprendiste. Todo es experiencia, todo es vida vivida.
Y el amor es una aventura que siempre va a merecer la pena mientras se viva de forma madura y consciente.
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